Washington, 24 feb (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, apeló hoy a la paciencia y la responsabilidad de ciudadanos y legisladores para salir de la crisis económica pero aseguró que "nos recuperaremos" y su país será "más fuerte que antes".
En su primer discurso ante el Congreso, Obama, que habló por más de 50 minutos, afirmó que "ha llegado el momento de abrir los ojos y responsabilizarnos de nuestro futuro".
En lo que ha sido una constante de su primer mes de mandato, la economía tuvo un papel de absoluto protagonismo en la alocución del presidente, que fue acogido con una gran ovación a su llegada y se vio interrumpido por numerosos aplausos a lo largo de su exposición.
En momentos en los que casi cada noticia económica es mala en Estados Unidos, Obama quiso lanzar un mensaje de optimismo muy necesario entre una población desmoralizada.
"Aunque vivimos tiempos difíciles e inciertos, esta noche quiero que cada estadounidense lo sepa: reconstruiremos, nos recuperaremos y Estados Unidos resurgirá más fuerte que antes", sostuvo.
El presidente también lanzó un llamamiento a la población para que adopte la responsabilidad que le corresponde.
"Ha llegado el momento de actuar con osadía y sensatez, para no solo revivir esta economía, sino también erigir unos nuevos cimientos para una prosperidad duradera", declaró, flanqueado del vicepresidente Joe Biden y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
El presidente, con unos altos índices de popularidad en las encuestas, promovió su programa económico como remedio para la crisis. Enumeró así el plan de estímulo promulgado la semana pasada y el plan de rescate del sistema financiero, y pidió al Congreso que le presente propuestas para reformar el sistema regulador.
No se abstuvo de arremeter, de manera muy poco disimulada, contra la política económica de su predecesor, George W. Bush, del que hereda "un déficit de un trillón de dólares, una crisis financiera y una recesión muy costosa".
Buena parte del discurso estuvo dedicada a adelantar, a grandes pinceladas, los principios de su propuesta de presupuesto, que presentará al Congreso el jueves.
Ese presupuesto, indicó, contendrá partidas para promover sectores imprescindibles a largo plazo, como la energía, la salud o la educación. También contendrá un aumento de sueldo para los militares.
Pero, advirtió que ha prometido recortar a la mitad en cuatro años el déficit fiscal de 1,3 billones de dólares.
Los legisladores, tanto demócratas como republicanos, y él mismo, tendrán que "sacrificar algunas prioridades muy meritorias para las que no hay dinero".
Sí adelantó, por ejemplo, recortes en áreas como la guerra de Irak, que permitirán ahorrar dos billones de dólares en diez años. Según indicó, próximamente propondrá una vía para la retirada "responsable" del país árabe.
La política exterior, empero, quedó en un segundo plano. Obama, que reservó sus anuncios en el ámbito internacional para el futuro, se limitó a ofrecer algunas pinceladas en las que prometió "una nueva era de implicación" estadounidense en el mundo.
Para asistir al discurso en la Cámara de Representantes se había dado cita todo el que es alguien en Washington: Los legisladores en pleno, así como seis de los nueve jueces del Tribunal Supremo, o el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke.
También estaba Chesley Sullenberger, el piloto que salvó la vida de sus pasajeros al aterrizar sobre el río Hudson en Nueva York tras perder los motores de su avión.
O, por invitación personal de la primera dama, Michelle Obama, que compareció con un vestido sin mangas azul, el banquero Leonard Abess, el presidente de un banco de Miami que repartió entre casi 500 personas el bono de 60 millones de dólares que recibió de Caja Madrid cuando el grupo español compró su entidad financiera.
El momento más emotivo, quizás, se produjo antes siquiera de que Obama comenzara a hablar: fue el abrazo que le dio a la jueza del Supremo Ruth Bader Ginsburg, recién operada de un cáncer de páncreas y que, recién incorporada al trabajo, no quiso perderse el evento.
Washington, 24 feb (EFE).- La economía, pasada, presente y futura se convirtió hoy en la protagonista absoluta del discurso que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dirigió hoy ante las dos cámaras del Congreso sobre sus prioridades legislativas.
En su discurso de unos 45 minutos de duración, el primero ante los legisladores, los jueces del Tribunal Supremo, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernake, y todos los poderes fácticos en Washington, Obama dejó claro que, por el momento, en su agenda hay poco espacio para lo que no sea hacer frente a la ingente crisis económica.
El presidente pasó revista a la economía que encontró al llegar a la Casa Blanca, y no ahorró críticas.Según recordó, heredó de su predecesor, George W. Bush, "un déficit de un trillón de dólares, una crisis financiera y una recesión muy costosa".
En los últimos años, denunció, "dejamos de mirar al futuro más allá del próximo pago, el próximo trimestre o las próximas elecciones".
Pero pese a que la situación es grave, la economía de Estados Unidos se contrajo un 3,8 por ciento durante el último trimestre del 2008, Obama aseguró que es posible superar los problemas e indicó que las medidas que ha introducido surtirán efecto.
El camino, indicó, no estará libre de obstáculos, pero Estados Unidos saldrá adelante si se empeña con sensatez y valentía.
"Lo que necesitamos ahora es que este país se una, afronte con osadía los desafíos que encaramos y se haga responsable de su futuro una vez más", destacó.
Hasta el momento, el presidente estadounidense ha promulgado un plan de estímulo económico valorado en 787.000 millones de dólares que asegura que permitirá crear o salvar entre tres y cuatro millones de puestos de trabajo en dos años.
También ha presentado un plan de rescate del sistema financiero y una iniciativa para ayudar a los propietarios de viviendas.
Prometió también acometer una reforma del sistema regulador, para evitar los excesos de los últimos años, y aseguró que pese a los gastos a corto plazo para hacer frente a la crisis recortará a la mitad el déficit actual en cuatro años, a 533.000 millones de dólares.
"Ya hemos identificado dos billones de dólares en ahorros a lo largo del próximo decenio", aseguró, al indicar que, entre otras cosas, se eliminarán los contratos sin concurso público en Irak o las exenciones fiscales a empresas que exportan trabajos al exterior.
El presidente estadounidense tiene previsto presentar el jueves su primera propuesta presupuestaria al Congreso, y aprovechó su alocución de hoy para avanzar algunos de los principios que lo regirán.
En este sentido, ya advirtió que su propuesta "reflejará la cruda realidad" económica actual y los legisladores, tanto demócratas como republicanos y él mismo, tendrán "que sacrificar algunas prioridades muy meritorias para las que no hay dinero".
Al mismo tiempo, indicó: "No podemos hacer caso omiso de nuestros desafíos a largo plazo" y por tanto debe invertirse en áreas como la energía, el cuidado sanitario o la educación.
Al lado de la economía, Obama dedicó poco espacio a los asuntos exteriores, en un reflejo de lo que ha sido hasta ahora su mandato.El presidente se ha concentrado en la crisis económica y tan solo hoy, más de un mes después de su llegada a la Casa Blanca, recibió a su primer líder extranjero, el primer ministro japonés Taro Aso.
Por contra, el presidente estadounidense dedicó las primeras semanas en el cargo a promover el plan de estímulo económico promulgado la semana pasada.
El lunes organizó en la Casa Blanca una cumbre de responsabilidad fiscal a la que asistieron cerca de 130 personas.
Con su mensaje hoy, Obama, que se desplazó con frecuencia fuera de Washington para promover el plan de estímulo directamente ante el público, pretendió de nuevo transmitir su mensaje directamente al pueblo. Al votante.Pero aún le hace falta.
Hasta el momento, los mercados han respondido con tibieza a sus propuestas y el lunes, mientras celebraba su cumbre de responsabilidad fiscal, la Bolsa de Nueva York cayó a niveles que no se veían desde 1997, entre temores a una nacionalización de bancos.
Hoy, los mercados repuntaron, después de que Bernanke indicara que la recesión podría tener fin este mismo año.Para conseguir que esta predicción se haga realidad, Obama tendrá que ser muy persuasivo.
Washington, 24 feb (EFE).- El gobernador de Luisiana, el republicano Bobby Jindal, criticó hoy algunos de los planes económicos del Gobierno de Barack Obama, que según él buscan promover las medidas intervencionistas y aumentar los impuestos.
El gobernador, hijo de unos inmigrantes indios y uno de los jóvenes valores en alza del partido, fue el elegido por los republicanos para responder al discurso televisado que dio esta noche Obama ante las dos Cámaras del Congreso.
Jindal, en un discurso también televisado, mostró la disposición de su partido a arrimar el hombro con los demócratas para aportar soluciones que permitan sacar al país de la crisis.
En este sentido, dijo que su país propuso crear empleos reduciendo el impuesto sobre la renta y sobre los beneficios empresariales, y creando incentivos para la inversión y la contratación de nuevos trabajadores.Pero los demócratas "rechazaron este enfoque, y aprobaron el proyecto de ley de gastos mayor de la historia", dijo el gobernador, en referencia al plan de estímulo económico, valorado en más de un billón de dólares si se suman los intereses por la deuda generada.
"Los líderes demócratas dicen que su legislación hará crecer la economía, pero lo que hará crecer es al gobierno, aumentar sus impuestos más adelante, y endeudar a futuras generaciones.
Es irresponsable", señaló.Jindal apuntó que demócratas y republicanos mantienen discrepancias "honestas y fundamentales" sobre el papel que debe jugar el Gobierno.
"Nosotros no creemos que la manera de fortalecer el país sea aumentando nuestra dependencia del Gobierno. Creemos que la manera de fortalecer nuestro país es limitando los gastos de Washington y dándole poder a las personas y pequeñas empresas para que hagan crecer nuestra economía y creen empleos", dijo.
Desde el lado demócrata, el senador John Kerry, que fue candidato a la presidencia en el 2004, alabó el "poderoso" mensaje que dio esta noche Obama, porque sienta las bases para poner soluciones a la grave crisis que sufre el país.
"Aplaudo al presidente por su candidez y su optimismo. Sabe que nos encontramos en un profundo agujero, pero tiene toda la razón en que juntos saldremos adelante.
Ahora debemos responder al llamamiento del presidente para unirnos para que juntos, como estadounidenses, pongamos de nuevo al país a funcionar", declaró.
En su primer discurso ante el Congreso, Obama, que habló por más de 50 minutos, afirmó que "ha llegado el momento de abrir los ojos y responsabilizarnos de nuestro futuro".
En lo que ha sido una constante de su primer mes de mandato, la economía tuvo un papel de absoluto protagonismo en la alocución del presidente, que fue acogido con una gran ovación a su llegada y se vio interrumpido por numerosos aplausos a lo largo de su exposición.
En momentos en los que casi cada noticia económica es mala en Estados Unidos, Obama quiso lanzar un mensaje de optimismo muy necesario entre una población desmoralizada.
"Aunque vivimos tiempos difíciles e inciertos, esta noche quiero que cada estadounidense lo sepa: reconstruiremos, nos recuperaremos y Estados Unidos resurgirá más fuerte que antes", sostuvo.
El presidente también lanzó un llamamiento a la población para que adopte la responsabilidad que le corresponde.
"Ha llegado el momento de actuar con osadía y sensatez, para no solo revivir esta economía, sino también erigir unos nuevos cimientos para una prosperidad duradera", declaró, flanqueado del vicepresidente Joe Biden y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
El presidente, con unos altos índices de popularidad en las encuestas, promovió su programa económico como remedio para la crisis. Enumeró así el plan de estímulo promulgado la semana pasada y el plan de rescate del sistema financiero, y pidió al Congreso que le presente propuestas para reformar el sistema regulador.
No se abstuvo de arremeter, de manera muy poco disimulada, contra la política económica de su predecesor, George W. Bush, del que hereda "un déficit de un trillón de dólares, una crisis financiera y una recesión muy costosa".
Buena parte del discurso estuvo dedicada a adelantar, a grandes pinceladas, los principios de su propuesta de presupuesto, que presentará al Congreso el jueves.
Ese presupuesto, indicó, contendrá partidas para promover sectores imprescindibles a largo plazo, como la energía, la salud o la educación. También contendrá un aumento de sueldo para los militares.
Pero, advirtió que ha prometido recortar a la mitad en cuatro años el déficit fiscal de 1,3 billones de dólares.
Los legisladores, tanto demócratas como republicanos, y él mismo, tendrán que "sacrificar algunas prioridades muy meritorias para las que no hay dinero".
Sí adelantó, por ejemplo, recortes en áreas como la guerra de Irak, que permitirán ahorrar dos billones de dólares en diez años. Según indicó, próximamente propondrá una vía para la retirada "responsable" del país árabe.
La política exterior, empero, quedó en un segundo plano. Obama, que reservó sus anuncios en el ámbito internacional para el futuro, se limitó a ofrecer algunas pinceladas en las que prometió "una nueva era de implicación" estadounidense en el mundo.
Para asistir al discurso en la Cámara de Representantes se había dado cita todo el que es alguien en Washington: Los legisladores en pleno, así como seis de los nueve jueces del Tribunal Supremo, o el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke.
También estaba Chesley Sullenberger, el piloto que salvó la vida de sus pasajeros al aterrizar sobre el río Hudson en Nueva York tras perder los motores de su avión.
O, por invitación personal de la primera dama, Michelle Obama, que compareció con un vestido sin mangas azul, el banquero Leonard Abess, el presidente de un banco de Miami que repartió entre casi 500 personas el bono de 60 millones de dólares que recibió de Caja Madrid cuando el grupo español compró su entidad financiera.
El momento más emotivo, quizás, se produjo antes siquiera de que Obama comenzara a hablar: fue el abrazo que le dio a la jueza del Supremo Ruth Bader Ginsburg, recién operada de un cáncer de páncreas y que, recién incorporada al trabajo, no quiso perderse el evento.
Washington, 24 feb (EFE).- La economía, pasada, presente y futura se convirtió hoy en la protagonista absoluta del discurso que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dirigió hoy ante las dos cámaras del Congreso sobre sus prioridades legislativas.
En su discurso de unos 45 minutos de duración, el primero ante los legisladores, los jueces del Tribunal Supremo, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernake, y todos los poderes fácticos en Washington, Obama dejó claro que, por el momento, en su agenda hay poco espacio para lo que no sea hacer frente a la ingente crisis económica.
El presidente pasó revista a la economía que encontró al llegar a la Casa Blanca, y no ahorró críticas.Según recordó, heredó de su predecesor, George W. Bush, "un déficit de un trillón de dólares, una crisis financiera y una recesión muy costosa".
En los últimos años, denunció, "dejamos de mirar al futuro más allá del próximo pago, el próximo trimestre o las próximas elecciones".
Pero pese a que la situación es grave, la economía de Estados Unidos se contrajo un 3,8 por ciento durante el último trimestre del 2008, Obama aseguró que es posible superar los problemas e indicó que las medidas que ha introducido surtirán efecto.
El camino, indicó, no estará libre de obstáculos, pero Estados Unidos saldrá adelante si se empeña con sensatez y valentía.
"Lo que necesitamos ahora es que este país se una, afronte con osadía los desafíos que encaramos y se haga responsable de su futuro una vez más", destacó.
Hasta el momento, el presidente estadounidense ha promulgado un plan de estímulo económico valorado en 787.000 millones de dólares que asegura que permitirá crear o salvar entre tres y cuatro millones de puestos de trabajo en dos años.
También ha presentado un plan de rescate del sistema financiero y una iniciativa para ayudar a los propietarios de viviendas.
Prometió también acometer una reforma del sistema regulador, para evitar los excesos de los últimos años, y aseguró que pese a los gastos a corto plazo para hacer frente a la crisis recortará a la mitad el déficit actual en cuatro años, a 533.000 millones de dólares.
"Ya hemos identificado dos billones de dólares en ahorros a lo largo del próximo decenio", aseguró, al indicar que, entre otras cosas, se eliminarán los contratos sin concurso público en Irak o las exenciones fiscales a empresas que exportan trabajos al exterior.
El presidente estadounidense tiene previsto presentar el jueves su primera propuesta presupuestaria al Congreso, y aprovechó su alocución de hoy para avanzar algunos de los principios que lo regirán.
En este sentido, ya advirtió que su propuesta "reflejará la cruda realidad" económica actual y los legisladores, tanto demócratas como republicanos y él mismo, tendrán "que sacrificar algunas prioridades muy meritorias para las que no hay dinero".
Al mismo tiempo, indicó: "No podemos hacer caso omiso de nuestros desafíos a largo plazo" y por tanto debe invertirse en áreas como la energía, el cuidado sanitario o la educación.
Al lado de la economía, Obama dedicó poco espacio a los asuntos exteriores, en un reflejo de lo que ha sido hasta ahora su mandato.El presidente se ha concentrado en la crisis económica y tan solo hoy, más de un mes después de su llegada a la Casa Blanca, recibió a su primer líder extranjero, el primer ministro japonés Taro Aso.
Por contra, el presidente estadounidense dedicó las primeras semanas en el cargo a promover el plan de estímulo económico promulgado la semana pasada.
El lunes organizó en la Casa Blanca una cumbre de responsabilidad fiscal a la que asistieron cerca de 130 personas.
Con su mensaje hoy, Obama, que se desplazó con frecuencia fuera de Washington para promover el plan de estímulo directamente ante el público, pretendió de nuevo transmitir su mensaje directamente al pueblo. Al votante.Pero aún le hace falta.
Hasta el momento, los mercados han respondido con tibieza a sus propuestas y el lunes, mientras celebraba su cumbre de responsabilidad fiscal, la Bolsa de Nueva York cayó a niveles que no se veían desde 1997, entre temores a una nacionalización de bancos.
Hoy, los mercados repuntaron, después de que Bernanke indicara que la recesión podría tener fin este mismo año.Para conseguir que esta predicción se haga realidad, Obama tendrá que ser muy persuasivo.
Washington, 24 feb (EFE).- El gobernador de Luisiana, el republicano Bobby Jindal, criticó hoy algunos de los planes económicos del Gobierno de Barack Obama, que según él buscan promover las medidas intervencionistas y aumentar los impuestos.
El gobernador, hijo de unos inmigrantes indios y uno de los jóvenes valores en alza del partido, fue el elegido por los republicanos para responder al discurso televisado que dio esta noche Obama ante las dos Cámaras del Congreso.
Jindal, en un discurso también televisado, mostró la disposición de su partido a arrimar el hombro con los demócratas para aportar soluciones que permitan sacar al país de la crisis.
En este sentido, dijo que su país propuso crear empleos reduciendo el impuesto sobre la renta y sobre los beneficios empresariales, y creando incentivos para la inversión y la contratación de nuevos trabajadores.Pero los demócratas "rechazaron este enfoque, y aprobaron el proyecto de ley de gastos mayor de la historia", dijo el gobernador, en referencia al plan de estímulo económico, valorado en más de un billón de dólares si se suman los intereses por la deuda generada.
"Los líderes demócratas dicen que su legislación hará crecer la economía, pero lo que hará crecer es al gobierno, aumentar sus impuestos más adelante, y endeudar a futuras generaciones.
Es irresponsable", señaló.Jindal apuntó que demócratas y republicanos mantienen discrepancias "honestas y fundamentales" sobre el papel que debe jugar el Gobierno.
"Nosotros no creemos que la manera de fortalecer el país sea aumentando nuestra dependencia del Gobierno. Creemos que la manera de fortalecer nuestro país es limitando los gastos de Washington y dándole poder a las personas y pequeñas empresas para que hagan crecer nuestra economía y creen empleos", dijo.
Desde el lado demócrata, el senador John Kerry, que fue candidato a la presidencia en el 2004, alabó el "poderoso" mensaje que dio esta noche Obama, porque sienta las bases para poner soluciones a la grave crisis que sufre el país.
"Aplaudo al presidente por su candidez y su optimismo. Sabe que nos encontramos en un profundo agujero, pero tiene toda la razón en que juntos saldremos adelante.
Ahora debemos responder al llamamiento del presidente para unirnos para que juntos, como estadounidenses, pongamos de nuevo al país a funcionar", declaró.