El Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), bajo la luz brillante, y única, del emotivo discurso literario de Joaquín Balaguer, se convirtió en el partido político dominicano que en la segunda mitad del siglo XX estuvo más tiempo en el poder, ya que era muy difícil competir exitosamente contra un discurso cargado de propuestas y de realizaciones, adornado de cultura y de motivaciones, impregnado de belleza y de inflexiones, sensible ante la pobreza y las preocupaciones, con clara visión de que el medio ambiente debía ser protegido de la depredación y la contaminación, austero en el gasto corriente para disponer del capital que permitiera el crecimiento de la construcción que ayudaba al desarrollo de la nación, enemigo del endeudamiento externo y de hipotecar el futuro de nuestra población, y por demás, siempre atento a las quejas de la oposición.
Ese fue el gran éxito de un gran estadista que, consciente de haber nacido para gobernar, se dedicó por completo a almacenar en su sistema neural cuanta información fuese valiosa para garantizar el éxito en la administración nacional, ya que con Balaguer usted podía hablar de todo, porque sabía de todo, y su encanto al hablar era tan especial que muchos adversarios rehusaban acercarse por temor a contagiarse.
Pero aunque está claro que Balaguer era el número uno en la política nacional, lamentablemente Balaguer era sólo uno, y los líderes no se multiplican, porque las ciencias matemáticas nos enseñan que el número uno multiplicado por otro número uno siempre será igual al uno, nunca al dos, y quienes entienden que el Partido Reformista Social Cristiano ha colapsado porque Balaguer no se había ocupado de preparar el liderazgo que debía haberle relevado, demuestran que tienen una oblicua visión de la política y de la realidad de esta nación, ya que a diferencia del principio de Lavoisier que establece que en la naturaleza nada se crea, ni se pierde, sino que todo se transforma, en política el liderazgo se crea y se pierde, pero no se transforma, ni se hereda de una persona a otra.
El poder se puede heredar, pero el liderazgo no, y los reformistas no han sabido diferenciar entre ambas cosas.
El colapso político del PRSC comenzó con el apoyo incondicional al Partido de la Liberación Dominicana, en el año 1996, pues desde ese mismo momento, el presidente electo gracias al apoyo de Balaguer y del PRSC, el Dr. Leonel Fernández, entendió que la mejor forma de hacer crecer al PLD era disminuyendo al PRSC mediante la sustracción de importantes dirigentes reformistas, de sangre ferro magnética, a quienes solo hay que acercarles el imán del erario para que se muevan solos, lo que sumado a la falta de un verdadero líder reformista, con discurso, con carisma y con dominio de los temas que preocupan a la población, han llevado al PRSC a la ridícula votación que obtuvo en la pasada elección del 16 de mayo de 2008.
Desde el 1996 el PRSC ha errado al escoger a su candidato presidencial sin antes hacer una revisión del tipo de candidato que prefiere la población, porque en el año 1996 Jacinto Peynado, quien sin enarbolar un buen discurso le había ganado ampliamente unas primarias internas a Carlos Morales, no pudo lograr el respaldo a su aspiración.
En el año 2000, Balaguer, con 94 años de edad, estaba cansado y muy afectado en su salud, y sólo pudo obtener el 24% de la votación; en el año 2004 Eduardo Estrella no pudo detener la salida de Jacinto Peynado ni pudo articular un discurso impactante y efervescente que atrajera a la mitad de la población, logrando apenas el 8.67% de la votación.
En el año 2008 Amable Aristy no pudo detener la salida de Eduardo Estrella, y aunque repartió salamis, cerdos, pollos, gallinas y billetes de alta denominación, comprobó que la nación no piensa igual a su región, porque en la provincia La Altagracia siempre gana abrumadoramente, pero a nivel nacional perdió aplastantemente al recibir apenas el 4.59% de la votación, lo que ha llevado a la Junta Central Electoral a clasificar oficialmente al PRSC como partido minoritario, y no obstante esas traumáticas experiencias electorales reformistas, los mismos dirigentes que han llevado al PRSC al colapso, ahora quieren terminar de hundirlo al querer imponer como presidente de consenso, y futuro candidato presidencial de consenso, a un exitoso empresario que nunca ha sido político, ni ha sido reformista, ni ha tenido un discurso de claridad frente a los problemas de la gente pobre de esta sociedad, y quien en 1996 salió derrotado en las primarias frente a Peynado.
Pero no sólo se trata de imponer a un presidente que no goza del respaldo de la mayoría reformista, ni goza del apoyo de la población, sino que las actuales autoridades reformistas, tratando de mantener una importante cuota de administración, quieren imponer a un secretario general y a un secretario de organización que van a aportar muy poco al crecimiento de esa organización, y que solo van a ganar la indiferencia de la nación, porque usted no debe poner un fusible de 5 amperios donde usted necesita un fusible de 100 amperios, porque se quema en la primera sobrecarga eléctrica, con el agravante de que la gente piensa que el PRSC prefiere estar del lado del gobierno en lugar de estar del lado de la población y eso ha generado un rechazo colectivo en cada rincón de la nación, poniendo cada vez más lejos del crepúsculo atardecer la vuelta al poder de los supuestos herederos de Balaguer.
Néstor Kirchner, ex presidente de Argentina, esposo de la actual presidenta Cristina Fernández, y presidente del partido en el poder, se presentó recientemente como candidato a diputado en las elecciones legislativas de su país, y como perdió, al día siguiente asumió una postura digna y renunció a la presidencia del partido, pero en el PRSC no se conoce la dignidad, y los candidatos que pierden contundentemente, así como los dirigentes responsables de esas vergonzosas derrotas, nunca renuncian, sino que se sienten con más autoridad y más potestad para establecer lo que entienden ha de ser el camino (del fracaso) y lo que es su propia verdad, siempre alejada de la realidad.
Muchos habrán olvidado que en sus primeras seis victorias, Balaguer y los balagueristas obtuvieron en promedio un 49.5% de la votación, mientras en el año 2008 los reformistas apenas obtuvieron un 4.59% del voto de la población, porque en el 2008 los balagueristas no se sumaron a lo que entendían era un fracaso en peregrinación, pues para ganar una elección no basta tener dinero y ser devoto de la virgen de una región, sino que hay que añadir un buen discurso, con una buena propuesta y una muy buena promoción, y para eso se requiere de mucha preparación, tal y como la tenía el único Balaguer que ha tenido esta nación, quien nunca tuvo dinero, pero le sobraba cualificación.
Nadie en su sano juicio entiende como un partido que pudo gobernar 22 años bajo la extraordinaria conducción de un hombre ilustre como Joaquín Balaguer, desde hace años se empeña en escoger a candidatos que encarnan la antítesis de Balaguer, y para quienes aplica perfectamente la famosa paradoja de filósofo matemático griego Zenón, quien al analizar el criterio serial estableció que un corredor nunca ha de llegar a la meta porque siempre le faltará por recorrer la mitad de la distancia recorrida, y esa segunda mitad tiende al infinito, y en el caso del PRSC esa segunda mitad está representada por la falta de carisma, falta de discurso, falta de propuestas y falta de identidad con los problemas de la sociedad. Y esas falencias de los aspirantes reformistas también tienden al infinito.
Por el camino por el cual va, al PRSC sólo le resta que quienes le dirigen le canten el “Requiescat In Pace”.
Escrito por: R. Osiris de León
Ese fue el gran éxito de un gran estadista que, consciente de haber nacido para gobernar, se dedicó por completo a almacenar en su sistema neural cuanta información fuese valiosa para garantizar el éxito en la administración nacional, ya que con Balaguer usted podía hablar de todo, porque sabía de todo, y su encanto al hablar era tan especial que muchos adversarios rehusaban acercarse por temor a contagiarse.
Pero aunque está claro que Balaguer era el número uno en la política nacional, lamentablemente Balaguer era sólo uno, y los líderes no se multiplican, porque las ciencias matemáticas nos enseñan que el número uno multiplicado por otro número uno siempre será igual al uno, nunca al dos, y quienes entienden que el Partido Reformista Social Cristiano ha colapsado porque Balaguer no se había ocupado de preparar el liderazgo que debía haberle relevado, demuestran que tienen una oblicua visión de la política y de la realidad de esta nación, ya que a diferencia del principio de Lavoisier que establece que en la naturaleza nada se crea, ni se pierde, sino que todo se transforma, en política el liderazgo se crea y se pierde, pero no se transforma, ni se hereda de una persona a otra.
El poder se puede heredar, pero el liderazgo no, y los reformistas no han sabido diferenciar entre ambas cosas.
El colapso político del PRSC comenzó con el apoyo incondicional al Partido de la Liberación Dominicana, en el año 1996, pues desde ese mismo momento, el presidente electo gracias al apoyo de Balaguer y del PRSC, el Dr. Leonel Fernández, entendió que la mejor forma de hacer crecer al PLD era disminuyendo al PRSC mediante la sustracción de importantes dirigentes reformistas, de sangre ferro magnética, a quienes solo hay que acercarles el imán del erario para que se muevan solos, lo que sumado a la falta de un verdadero líder reformista, con discurso, con carisma y con dominio de los temas que preocupan a la población, han llevado al PRSC a la ridícula votación que obtuvo en la pasada elección del 16 de mayo de 2008.
Desde el 1996 el PRSC ha errado al escoger a su candidato presidencial sin antes hacer una revisión del tipo de candidato que prefiere la población, porque en el año 1996 Jacinto Peynado, quien sin enarbolar un buen discurso le había ganado ampliamente unas primarias internas a Carlos Morales, no pudo lograr el respaldo a su aspiración.
En el año 2000, Balaguer, con 94 años de edad, estaba cansado y muy afectado en su salud, y sólo pudo obtener el 24% de la votación; en el año 2004 Eduardo Estrella no pudo detener la salida de Jacinto Peynado ni pudo articular un discurso impactante y efervescente que atrajera a la mitad de la población, logrando apenas el 8.67% de la votación.
En el año 2008 Amable Aristy no pudo detener la salida de Eduardo Estrella, y aunque repartió salamis, cerdos, pollos, gallinas y billetes de alta denominación, comprobó que la nación no piensa igual a su región, porque en la provincia La Altagracia siempre gana abrumadoramente, pero a nivel nacional perdió aplastantemente al recibir apenas el 4.59% de la votación, lo que ha llevado a la Junta Central Electoral a clasificar oficialmente al PRSC como partido minoritario, y no obstante esas traumáticas experiencias electorales reformistas, los mismos dirigentes que han llevado al PRSC al colapso, ahora quieren terminar de hundirlo al querer imponer como presidente de consenso, y futuro candidato presidencial de consenso, a un exitoso empresario que nunca ha sido político, ni ha sido reformista, ni ha tenido un discurso de claridad frente a los problemas de la gente pobre de esta sociedad, y quien en 1996 salió derrotado en las primarias frente a Peynado.
Pero no sólo se trata de imponer a un presidente que no goza del respaldo de la mayoría reformista, ni goza del apoyo de la población, sino que las actuales autoridades reformistas, tratando de mantener una importante cuota de administración, quieren imponer a un secretario general y a un secretario de organización que van a aportar muy poco al crecimiento de esa organización, y que solo van a ganar la indiferencia de la nación, porque usted no debe poner un fusible de 5 amperios donde usted necesita un fusible de 100 amperios, porque se quema en la primera sobrecarga eléctrica, con el agravante de que la gente piensa que el PRSC prefiere estar del lado del gobierno en lugar de estar del lado de la población y eso ha generado un rechazo colectivo en cada rincón de la nación, poniendo cada vez más lejos del crepúsculo atardecer la vuelta al poder de los supuestos herederos de Balaguer.
Néstor Kirchner, ex presidente de Argentina, esposo de la actual presidenta Cristina Fernández, y presidente del partido en el poder, se presentó recientemente como candidato a diputado en las elecciones legislativas de su país, y como perdió, al día siguiente asumió una postura digna y renunció a la presidencia del partido, pero en el PRSC no se conoce la dignidad, y los candidatos que pierden contundentemente, así como los dirigentes responsables de esas vergonzosas derrotas, nunca renuncian, sino que se sienten con más autoridad y más potestad para establecer lo que entienden ha de ser el camino (del fracaso) y lo que es su propia verdad, siempre alejada de la realidad.
Muchos habrán olvidado que en sus primeras seis victorias, Balaguer y los balagueristas obtuvieron en promedio un 49.5% de la votación, mientras en el año 2008 los reformistas apenas obtuvieron un 4.59% del voto de la población, porque en el 2008 los balagueristas no se sumaron a lo que entendían era un fracaso en peregrinación, pues para ganar una elección no basta tener dinero y ser devoto de la virgen de una región, sino que hay que añadir un buen discurso, con una buena propuesta y una muy buena promoción, y para eso se requiere de mucha preparación, tal y como la tenía el único Balaguer que ha tenido esta nación, quien nunca tuvo dinero, pero le sobraba cualificación.
Nadie en su sano juicio entiende como un partido que pudo gobernar 22 años bajo la extraordinaria conducción de un hombre ilustre como Joaquín Balaguer, desde hace años se empeña en escoger a candidatos que encarnan la antítesis de Balaguer, y para quienes aplica perfectamente la famosa paradoja de filósofo matemático griego Zenón, quien al analizar el criterio serial estableció que un corredor nunca ha de llegar a la meta porque siempre le faltará por recorrer la mitad de la distancia recorrida, y esa segunda mitad tiende al infinito, y en el caso del PRSC esa segunda mitad está representada por la falta de carisma, falta de discurso, falta de propuestas y falta de identidad con los problemas de la sociedad. Y esas falencias de los aspirantes reformistas también tienden al infinito.
Por el camino por el cual va, al PRSC sólo le resta que quienes le dirigen le canten el “Requiescat In Pace”.
Escrito por: R. Osiris de León