La Barrick Gold, la huelga, otra red de corrupción

COTUI, CAPITAL DE LA ESPERANZA.- Luego que los agitadores de turno en los sectores de la Provincia Sánchez Ramírez, unidos al impío coro de izquierdistas que se quedaron en la época de los Guaraguaos, notamos que todo este grupo de facinerosos lo que desea es la agresión a billetazos. El PRD y los grupos de izquierda que escriben herramientas sin H, para regalársela a la palabra alumno, porque piensan que lleva h dieron las muestras más esplendentes de sus agitaciones truncas en el municipio de Cotui. Muchos comunicadores ahora se quedaron sin el barrilito del dinero en la capital de la provincia, porque eran fonógrafos pagados. Ahora la lucha de esos personeros se encarniza contra la empresa canadiense.

Entendemos por corrupción toda clase de actitudes o conductas contrarias a la moral. Pero principalmente me refiero al incumplimiento de los deberes para conseguir una ventaja material injusta. El juez que prevarica, que obra injustamente por una dádiva que recibe; el legislador que se deja sobornar mediante ofrecimientos de cargos para sus coidearios; el funcionario que recibe o pide dinero para tramitar o no tramitar algún asunto, presentan las figuras más típicas de corrupción, contra las cuales se rebela muy acertadamente la opinión pública.

También se producen hechos de corrupción en la empresa privada, en los negocios y transacciones de los ciudadanos entre sí, en la vida económica o jurídica de las personas particulares. Todo esto ofende a Dios, daña a la sociedad y deprava a los mismos que cometen tales injusticias. Una forma de corrupción muy alarmante, por el desarrollo grande que ha adquirido entre nosotros, consiste en el recurso a los medios ilícitos, de fuerza y hasta de violencia colectiva para imponer ideas particulares, para hacer prevalecer intereses de grupo o simplemente para sacar provecho económico. De esta manera se desfigura la huelga, para convertirla en una especie de “guerra privada”, sin ningún miramiento ni respeto del derecho ajeno, de la paz social y de los más altos intereses de la nación.

Han proliferado las “medidas de hecho” en Dominicana, convirtiéndose en algazara, en tumulto. El proceder irracional de las masas enardecidas, en medios a los que se recurre con frecuencia, sin siquiera suscitar el rechazo unánime de la sociedad. Actos que están reñidos con la moral y el derecho quedan en la impunidad y, lo que es peor, las “victorias” conseguidas por esos medios ilícitos animan a otros a seguir por ese mismo mal camino, especialmente cuando se trata de agresión a billetazos.

En los años recientes hemos tenido “paros y huelgas”, que nada tenía de legítima reivindicación de derechos de los trabajadores, sino que estuvieron destinados a cambiar autoridades como al Presidente de la República, alcaldes, etc. Se ha querido forzar al Congreso para que apruebe o derogue leyes, o para imponer a las diversas funciones del Estado lo que ciertos grupos de presión se proponían con el único afán de satisfacer sus ambiciones y sin mirar al bien de la patria ni respetar el derecho de los demás, ni mucho menos, emplear los medios legítimos de reclamos. Estos lamentables acontecimientos denotan una grave degradación del sentido cívico y una tendencia anarquista que puede ser la más temible corrupción. Al fin fe de cuentas, un funcionario que tiene la debilidad de dejarse cohechar para retardar un trámite o para acelerarlo, no causa tanto daño como la paralización de la vida normal de un pueblo durante días, semanas o meses enteros.

Por tal razón, Cafebambú levanta su voz de alerta ante la nueva avalancha que se avecina contra la empresa canadiense Barrick Gold, dirigida por fonógrafos que lo único que tienen en cuenta es que se forme el caos y la desgracia en este pueblo humilde que ya no se deja embaucar tan fácil como en tiempos remotos.

Hoy día más de mil familias se benefician de la empresa canadiense. Esperamos que los nuevos planes de contingencia bullanguera --de los “politicastros”, los “botafumeiros” de turno y los eternos “fonógrafos” de los políticos de la cloaca local --, sean denunciados ante la opinión pública como un acto de desesperación de estos grupejos que lo único que respiran de punta a punta es que los agredan a puros billetes dominicanos y si fuera en dólares canadienses se sentirían mucho mejor. Ahí, el Imperialismo Yanqui no funciona.

¡Qué inverecundia vocinglera, para recordar a Narciso!

Daniel Efrain Raimundo

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