Los partidos democráticos para poder mantener su vigencia política, constantemente, deben contar con miembros capaces de demostrar su liderazgo. Cuando por cualquier razón este liderazgo no renueva sus orientaciones, tiende a enquistarse en posiciones improductivas las cuales le colocan en posiciones desventajosas con respecto al posible avance requerido para llegar al poder. Son líderes que viven encapsulados como parásitos a expensas de los beneficios que producen sus posiciones dentro del hábitat político de sus respectivos partidos. Con frecuencia nos encontramos dentro de nuestros partidos con individuos que se consideran líderes y que por lo tanto quieren incidir en las decisiones de dichas organizaciones, lo cual es entendible. Sin embargo estos "lideres" caen en la pueril posición de querer imponer sus criterios por encima de las razones lógicas que demandan las circunstancias. En lo que concierne a ciertos impostores nos encontramos con una realidad que produce reacciones inquietantes, pues deberíamos estar dirigidos por políticos con iniciativas coherentes, objetivas, productivas y que al final nos ofrezcan las soluciones precisas necesarias para avanzar. Soluciones que sean basadas en un consenso democrático, y no en base a conciliábulos de aposentos.
Con contadas excepciones, dentro de nuestra comunidad, por ejemplo, tenemos ciertos personajes que están muy lejos de las requeridas exigencias que demanda la problemática existente. Tenemos por ejemplo, ciertos políticos cuyas acciones están dirigidas solamente a ponerle obstáculos a las buenas iniciativas de los que puedan ofrecer salida a las dificultades que se presentan, sin ser capaces de ofrecer soluciones. Los partidos, para poder lograr un triunfo electoral, necesitan de orientadores con ideas visionarias, que sean capaces de dar un paso adelantado a cualquier inesperada iniciativa que pueda surgir. No podemos tener dirigentes políticos que están a la expectativa de bloquear el camino a determinado nuevo miembro que se integre a la guagua que nos llevara al triunfo. De ser así, esta guagua seguirá en la misma vía, siempre lamentándose de la poca velocidad y los pocos pasajeros de la ruta. Necesitamos de lideres que no les de pánico ante las posibilidades de encontrarse en el camino con nuevos pasajeros. Más que miedo deberían dedicarse a ajustar la palanca del cambio, pisar el cloche y prepararse para la velocidad que tomara la guagua.
Nuestros partidos locales necesitan de la sangre de hombres con ideas productivas. Se necesita de hombres con recursos suficientes para no caer en la viciosa práctica de solo buscar el poder para el lucro personal. El Partido Revolucionario Dominicano está en una coyuntura urgente que requiere de personas que sean lo suficientemente astutos para entender cual es su verdadero rol de lideres eficientes. No podemos caer en la inercia que nos conduzca a mantener el PLD nuevamente en el poder.
El PRD, desde su más humilde miembro hasta sus más altas posiciones, debe ser guiado para que de una forma definitiva pueda caer en el riel que le conduzca a un final triunfante y que detenga el tren descarriado del gobierno del Dr. Leonel Fernández.
Los hombres que verdaderamente entiendan que el presidente Hipólito Mejia es el candidato ideal para llevar al PRD al poder son aquellos que se orientan hacia el horizonte de jugar con cartas claras. Cartas limpias. De que sirve un partido con secretarios generales impuestos con jugadas políticas influenciadas por la compra de conciencia, el chantaje y el abuso antidemocrático de subterfugios desleales.
Existen otros dirigentes quienes además solo responden a las esperanzas de vivir de las dádivas políticas y con candidatos que no responden a los intereses del partido, sino a sus amañadas jugadas de políticas que han hecho que el partido haya perdido su mística. Mística que le impregno el Dr. José Francisco Pena Gomez. Se necesita de los lideres que sientan en sus simientes intrínsecas los valores reales del perredeismo, como son el jacho prendio, el buey blanco y que este guiado por los principios del socialismo democrático.
El presidente Ing. Hipólito Mejía, se caracteriza por el entendimiento de cuales son las verdaderas dificultades que debemos afrontar. La primera responsabilidad del PRD en las actuales circunstancias consiste es manejar la situación de las contradicciones interna y es aquí donde las cualidades de líder con carisma, con simpatías innatas y química política pueden facilitar que se supere los obstáculos existentes.
El PRD no puede darse el lujo de permitir llevar un candidato aburrido, que no sabe reír y que su mirada seca con sus tensos músculos faciales le impiden brindarles alegría a las gentes. Miguel Vargas podrá ser un buen hombre, sin embargo sus carencias de carisma le impiden poseer las cualidades de ángel que son necesarias en todo político. Para enfrentar al Dr. Leonel Fernández en las próximas elecciones no podemos tener un candidato que se parece a Danilo Medina por sus pocas proyecciones de simpatías debido a su cara dura que no pega.
Por: Dr. Angel Aguasvivas.
Con contadas excepciones, dentro de nuestra comunidad, por ejemplo, tenemos ciertos personajes que están muy lejos de las requeridas exigencias que demanda la problemática existente. Tenemos por ejemplo, ciertos políticos cuyas acciones están dirigidas solamente a ponerle obstáculos a las buenas iniciativas de los que puedan ofrecer salida a las dificultades que se presentan, sin ser capaces de ofrecer soluciones. Los partidos, para poder lograr un triunfo electoral, necesitan de orientadores con ideas visionarias, que sean capaces de dar un paso adelantado a cualquier inesperada iniciativa que pueda surgir. No podemos tener dirigentes políticos que están a la expectativa de bloquear el camino a determinado nuevo miembro que se integre a la guagua que nos llevara al triunfo. De ser así, esta guagua seguirá en la misma vía, siempre lamentándose de la poca velocidad y los pocos pasajeros de la ruta. Necesitamos de lideres que no les de pánico ante las posibilidades de encontrarse en el camino con nuevos pasajeros. Más que miedo deberían dedicarse a ajustar la palanca del cambio, pisar el cloche y prepararse para la velocidad que tomara la guagua.
Nuestros partidos locales necesitan de la sangre de hombres con ideas productivas. Se necesita de hombres con recursos suficientes para no caer en la viciosa práctica de solo buscar el poder para el lucro personal. El Partido Revolucionario Dominicano está en una coyuntura urgente que requiere de personas que sean lo suficientemente astutos para entender cual es su verdadero rol de lideres eficientes. No podemos caer en la inercia que nos conduzca a mantener el PLD nuevamente en el poder.
El PRD, desde su más humilde miembro hasta sus más altas posiciones, debe ser guiado para que de una forma definitiva pueda caer en el riel que le conduzca a un final triunfante y que detenga el tren descarriado del gobierno del Dr. Leonel Fernández.
Los hombres que verdaderamente entiendan que el presidente Hipólito Mejia es el candidato ideal para llevar al PRD al poder son aquellos que se orientan hacia el horizonte de jugar con cartas claras. Cartas limpias. De que sirve un partido con secretarios generales impuestos con jugadas políticas influenciadas por la compra de conciencia, el chantaje y el abuso antidemocrático de subterfugios desleales.
Existen otros dirigentes quienes además solo responden a las esperanzas de vivir de las dádivas políticas y con candidatos que no responden a los intereses del partido, sino a sus amañadas jugadas de políticas que han hecho que el partido haya perdido su mística. Mística que le impregno el Dr. José Francisco Pena Gomez. Se necesita de los lideres que sientan en sus simientes intrínsecas los valores reales del perredeismo, como son el jacho prendio, el buey blanco y que este guiado por los principios del socialismo democrático.
El presidente Ing. Hipólito Mejía, se caracteriza por el entendimiento de cuales son las verdaderas dificultades que debemos afrontar. La primera responsabilidad del PRD en las actuales circunstancias consiste es manejar la situación de las contradicciones interna y es aquí donde las cualidades de líder con carisma, con simpatías innatas y química política pueden facilitar que se supere los obstáculos existentes.
El PRD no puede darse el lujo de permitir llevar un candidato aburrido, que no sabe reír y que su mirada seca con sus tensos músculos faciales le impiden brindarles alegría a las gentes. Miguel Vargas podrá ser un buen hombre, sin embargo sus carencias de carisma le impiden poseer las cualidades de ángel que son necesarias en todo político. Para enfrentar al Dr. Leonel Fernández en las próximas elecciones no podemos tener un candidato que se parece a Danilo Medina por sus pocas proyecciones de simpatías debido a su cara dura que no pega.
Por: Dr. Angel Aguasvivas.