Retorcimiento de la verdad histórica

En su obra La Historia Oculta del Mundo, Paul H. Koch dijo : “Es preciso hacer desaparecer lo que no conviene para potenciar la versión histórica que interesa". Bernardo Vega pretende retorcer la verdad histórica, cuando procura establecer un paralelo entre la salida de Balaguer en 1962, y la situación por la que atraviesa en estos momentos Hosni Mubarak, Presidente de Egipto.



El Dr. Bernardo Vega se contradice en su tesis cuando afirma lo siguiente “Al morir el dictador, el objetivo anunciado del Presidente Balaguer fue quedarse en el Poder”. Como se advierte existe una marcada diferencia, porque mientras Mubarak se ha mantenido por treinta años, Balaguer era Presidente de la República recibido precisamente de Trujillo, luego de treinta años de dictadura.

La muerte de Trujillo, acaecida el 30 de Mayo de 1961, encuentra al Dr. Balaguer como Primer Mandatario de la Nación. Sabemos que por su participación en los gobiernos de Trujillo, y debido a los turbulentos acontecimientos que se presentaron luego de la desaparición del Tirano, era rechazado por los sectores antitrujillistas que se consideraban herederos del poder y consecuentemente acreedores del control de sus hilos conductores.

Sin amilanarse, porque Balaguer siempre contó con un carácter de acero y decisivo, aunque se condujo con discreción y mesura y de manera ecléctica, encamina sus primeros pasos post Trujillo iniciando el proceso de democratización del país como sistema de gobierno en la República Dominicana. 
Debido a su aquilatada formación en la administración pública, al conocimiento de la realidad social dominicana, su vasta cultura y formación enciclopédica, pudo realizar el proceso de transición de la forma menos traumática posible, que las circunstancias sociales y políticas del momento permitían.

No obstante, el gran resentimiento social hacia la dictadura, acumulado durante tres décadas, el caos y desorden que se apoderó de las masas que se dedicaron a saquear, derribar y desaparecer todo cuanto representara la era, y las luchas internas entre los grupos que pugnaban por el poder, provocaron la salida del país del Dr. Balaguer.

Sin embargo, tal como señala el dicho popular, el tiempo se encarga de poner en su justa dimensión a todos los hombres y las cosas. La actuación espectacular asumida por el Dr. Joaquín Balaguer en los aciagos momentos post Trujillo, motivaron que luego de la guerra fraticida de 1965, la población dominicana mirara nuevamente en retrospectiva hacia atrás, para comprender que en las circunstancias nacionales e internacionales que existían en ese entonces, Balaguer era el hombre señalado por la historia para regir los destinos nacionales. En 1966, en las elecciones generales celebradas, Joaquín Balaguer fue escogido por la mayoría de los dominicanos, como Presidente Constitucional de la República, para el cuatrenio 1966-1970. Posiblemente eso no ocurra con Mubarak, Dr. Bernardo Vega.

Pero hay más Dr. Vega. En su obra “Como los americanos ayudaron a Balaguer a ascender al Poder en 1966”, elaborada de documentos desclasificados del Departamento de Estado de Los Estados Unidos, Usted señala que una vez desparecido Trujillo, el Presidente Kennedy dijo que Balaguer era el hombre ideal para dirigir el proceso de transición del país. Gracias a las sabias y prudentes ejecutorias adoptadas en esos turbulentos acontecimientos, Balaguer logró acrecentar su figura como un notable Estadista.


Bernardo Vega se ufana en señalar lo siguiente : “los dominicanos logramos sacar a Balaguer del poder en 1961 en base a manifestaciones y huelgas, sin contar con armas, tan sólo coraje y ansias de libertad. El pueblo, por primera vez en treinta y un años, se sintió con poder”. 
Sin embargo, en la obra Crisis de la Democracia de América en la República Dominicana, el Profesor Juan Bosch señala que Los acontecimientos posteriores, conducidos por trujillistas enganchados a antitrujillistas, con el Dr. Rafael F. Bonelly a la cabeza, y la Unión Cívica Nacional, arrastraron a protestar a las calles a dominicanos que en ese momento no comprendían que su lucha debía orientarse a su situación económica y social, y no a la confrontación entre trujillistas y anti-trujillistas. 

Bernardo Vega dice que en el caso de los militares dominicanos reprimieron en 1961, a diferencia de los egipcios. Nuevamente distorsiona Bernardo Vega, ya que el profesor Juan Bosch, a quien nadie le puede regatear su fina sensibilidad democrática, en sus planteamientos y proceder, era un firme aliado del Dr. Balaguer en esos aciagos momentos. Dr. Bernardo Vega, quienes dirigieron las protestas contra Balaguer, fueron los mismos que dirigieron el golpe de Estado de 1963, contra el gobierno democrático del Profesor Juan Bosch. Perdone profesor Bernardo Vega que le recuerde esto.

Dejemos que el Profesor Bosch exponga, citamos : “La presión siguió sitiando a Balaguer. Un día, a fines de diciembre, el doctor Balaguer me hizo saber que dada la situación, el tendría que dejar el poder y que entre ponerlo en manos de la Unión Cívica y en manos de nosotros, prefería lo último. Poco después me llamó el general Rodríguez Echavarría ¬¬—era un domingo, de mañana – y me invitó a hablar con él en el círculo de oficiales. El presidente Balaguer, según sus palabras, quería nombrarme Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas;¬¬ inmediatamente, el doctor Balaguer renunciaría a la Presidencia y yo pasaría a ser Presidente. “Si usted acepta, yo renunciaré a mi cargo, y si después que usted sea presidente quiere nombrarme otra vez Secretario de las Fuerzas Armadas, me nombra, pero si quiere nombrar a otro, lo hace. De todas maneras, yo le aseguro a usted la lealtad de las fuerzas armadas”, dijo el general.

Los acontecimientos estaban precipitándose. Si yo aceptaba la Presidencia de la República de manos de Balaguer, las juventudes de clase media iban a reaccionar en forma violenta. Para ellos, sólo UCN podía ir al poder. El problema que se planteaban los jóvenes no era de revolución o no, si no el de trujillismo o antitrujillismo, y no se daban cuenta de que en el fondo de sus sentimientos lo que querían era vengarse de las humillaciones, las torturas, los maltratos padecidos, y que a eso los habían llevado hábilmente, porque así se desviaba la revolución.

Guiada por la casta de “primera”, la alta clase media y la mediana clase media –incluyendo en estas a los comunistas del PSP, aunque cause asombro a los comunistas de otros países –, sin distinción entre adultos y jóvenes, repudiaron a Joaquín Balaguer por trujillista y escogieron para sucederle, a Rafael F. Bonelly. ¿Por antitrujillista? No; porque pertenecía a la casta. Rafael F. Bonelly era tan trujillista como Balaguer; de arriba abajo, de costado a costado, por fuera y por dentro, Bonelly era tan trujillista como Balaguer, y más responsable que Balaguer de los peores aspectos del trujillismo.

Balaguer, doctor en derecho graduado en Paris, no le sirvió como abogado a Trujillo; Bonelly, licenciado en derecho de la Universidad Dominicana, fue el abogado y notario preferido por Trujillo para legalizar sus apropiaciones forzadas de tierras y bienes. Balaguer, buen orador, pronunció numerosos discursos a favor de Trujillo; Bonelly, lector de discursos, leyó tantos a favor de Trujillo como los que Balaguer improvisó. Balaguer no le sirvió a Trujillo en cargos donde tuviera que tomar medidas represivas; Bonelly fue durante años el secretario de Estado de Interior y Policía, instrumento de la policía represiva del régimen. Nadie puede afirmar que Balaguer se enriqueció con el favor de Trujillo; nadie puede decir que Bonelly salió del servicio de Trujillo con los mismos bienes que tenia al inicio de su carrera de funcionario Trujillista”. 

Balaguer fue objeto del odio de la casta de “primera”. Ya entrado en el año 1964, un “aeda laureado”, portavoz de Unión Cívica, catedrático de la Universidad, que había sido Subsecretario de Educación bajo Trujillo mientras Balaguer era el Secretario, escribió un artículo en que afirmaba que el doctor Balaguer era una persona sin importancia alguna porque era de origen humilde, hijo de un inmigrante puertorriqueño, y había trabajado en su juventud en una pulpería. Ese antiguo subalterno del doctor Balaguer ejercía la lucha de clases en la República Dominicana mucho antes de que yo hablara de ella. Aunque el “aeda laureado” no lo mencionó, sin duda que tenia presente el caso opuesto, el del licenciado Bonelly, que no había tenido que trabajar y entraba sin cortapisas en los clubs de Santiago donde se reunían las familias distinguidas mientras el joven Balaguer, en esa misma ciudad, vendía centavos de jabón a los pobres de su barrio.

¡Que delito tan infamante el de ese señor Balaguer; haber trabajado en una pulpería! ¿Cómo se le puede perdonar a Trujillo que lo hiciera Embajador, Secretario de Educación y Bellas Artes, Vicepresidente y después Presidente de la República? A Trujillo se le podía perdonar que hiciera Subsecretario al “aeda laureado”, diputado, senador, Secretario de Estado y Embajador a Rafael L. Bonelly, Presidente de la República al licenciado Jacinto Peynado y al licenciado “Pipi” Troncoso de la Concha, gente de alcurnia, pero no a un Joaquín Balaguer, que había nacido en cuna humilde”. 

Esto pensaba en 1964 un catedrático de la universidad; pero el mismo año, otro catedrático de la Universidad, profesor de historia y autor de una columna de efemérides nacionales que se publica en uno de los dos principales periódicos de la capital, dijo paladinamente que jamás escribiría una efemérides en que apareciera mi nombre, a pesar de que yo fui Presidente por la voluntad mayoritaria del pueblo en elecciones supervisadas por la OEA. Ese profesor de Historia es nieto o biznieto o algo así de un señor que fue Presidente de la República cinco veces en el siglo pasado, y aunque ese señor fue hijo de una esclava con el hijo adúltero de un sacerdote, fundó una casa de gran rango, acumuló millones y sus descendientes no tuvieron que trabajar en pulperías”. (Fin de la cita)

Dr. Bernardo Vega, en los documentos consultados por Usted para la precitada obra, Usted expone que en el año 1964 la Agencia Central de Inteligencia realiza una encuesta en la que se pone de manifiesto que el Dr. Balaguer estaba en primer lugar en la aceptación de la población dominicana. 

De acuerdo a su obra, el candidato del Departamento de Estado de los Estados Unidos era el triunviro Donald Reid Cabral, quien además de tener un apellido anglosajón, representaba los intereses del imperio y de la oligarquía criolla. Donald Reid aparecía con apenas un 4% de respaldo.


Qué raro Dr. Bernardo Vega, que ese dominicano llamado Joaquín Balaguer, a quien como Usted sostiene en su artículo “los dominicanos logramos sacar a Balaguer del poder en 1961 en base a manifestaciones y huelgas, sin contar con armas, tan sólo coraje y ansias de libertad”, en apenas dos años tenía la mayor aceptación popular. Ni Baby Doc con su vudú ha podido lograr aceptación popular para ocupar la presidencia de la República de Haití, luego de veinticinco años de exilio. Juan Domingo Perón, de quien se comenta se llevó a España el sarcófago de Evita para hacer actos mágicos para conseguir de manera exotérica magnetismo en las masas, no pudo volver a la Argentina, sino veinticinco años después.

Sin embargo Dr. Vega, aquel personaje que según Usted fue sacado por el pueblo, logró atraer la atención del Departamento de Estado de los Estados Unidos, a partir de 1964, cuando se conoció los resultados de la encuesta. Antes, el Dr. Balaguer no podía ver ni al más humilde barrendero de la Casa Blanca.

Dr. Bernardo Vega, yo soy un admirador suyo desde los años 1979, 1980, cuando Usted daba cátedras de economía todos los sábados, a través de las páginas de un conocido matutino, y en el que utilizaba a la tía para explicarle a los lectores los problemas de la economía. En la época, apenas yo era un joven que traspasaba los veinte años. Por ese respeto que le tengo desde entonces, quiero que por favor me explique ese fenómeno sociológico que se produjo en el pueblo dominicano, que luego de haber expulsado a “Balaguer del poder en 1961 en base a manifestaciones y huelgas, sin contar con armas, tan sólo coraje y ansias de libertad”, en apenas cuatro años fuera Presidente de la República.

Como Usted sostiene en su obra, los americanos ayudaron a Balaguer, porque contaban con la experiencia reciente de Kennedy, quien le ganó las elecciones a un candidato más capaz, Richard Nixon, porque la televisión había penetrado en los hogares norteamericanos. 

El Presidente Johnson y su gabinete tenían temor de que Bosch remontara, ya que era telegénico, con un porte de actor de cine, brillante orador, y un discurso encantador que atraía las masas. A Bosch se le forzó a no salir a hacer campaña en 1966. En eso consistió la ayuda de los Estados Unidos a Balaguer, Dr. Vega. Eso lo dice Usted, no yo Dr. Vega. Como también Usted afirma que ante esa situación Balaguer estaba preocupado, ya que entendía que si Bosch se retiraba, su triunfo sería cuestionado. En ningún momento Bosch se quejó de Balaguer.

En el exilio, Bosch y Balaguer conspiraron juntos contra el triunvirato. Tal como Usted señala en su comentada obra, existe un discurso que iba a ser leído por los seguidores de Balaguer, en el que éste y Bosch apoyaban a Don Antonio Guzmán, como Presidente de la República, en el año 1965. Qué raro Dr. Vega, que Bosch y Balaguer tuvieran tanta coincidencia, mientras el pueblo según Usted, había sacado del poder a Balaguer.

No entiendo Dr. Vega, por qué en la encuesta Gallup, publicada por el periódico Hoy, en fecha 1 de diciembre del 2005, Joaquín Balaguer continúa siendo el más admirado entre todos los políticos vivos y muertos que ha tenido la República en los últimos años.

Concluyo con una frase del Premio Nóbel en Literatura, Camilo José Cela cuando dijo : “La más noble función de un escritor es dar testimonio como acta notarial y como fiel cronista, del tiempo que le ha tocado vivir.”

Por: Ing. Salvador Ramírez Peña.
 

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