Al pie del Cañón 27 años después

En una noche de Abril, el Abril romántico y fugaz de siempre, histórico y amoroso, por demás, hace hoy 27 años Mirna y yo decidimos transitar, juntos y unidos, los caminos de la vida. Caminos que nadie nos dijo que serian fáciles que nadie nos dijo que serian tan dolorosos . Pero que por difíciles y dolorosos que hayan sido, no han dejado de ser hermosos.


Desentrañar los misterios de la vida, desbrozar los caminos, hacer los surcos, subir las montañas, contemplar la luna que se escapa escurridiza en la noche oscura tras tras la silueta del mar adormecido, o el sol que te despierta despavorido tras el rayo que atraviesa de madrugada tu ventana, caer y levantarte, subir a los mas alto y luego bajar al fondo del mar, conocer la gloria y vivir en el infierno.

Y saber que nunca estuviste sólo, que siempre hubo alguien que estuvo y esta ahí contigo,  para tenderte su mano amiga y solidaria, tierna y amorosa. Para llenar de lágrimas el río, o para secar con su manto tu rostro sudoroso, para curar cada una de tus heridas, para amamantarte como un niño cuando cuando la vida te postro en una cama, cuando te caíste y te ayudo a levantarte, cuando todos estaban o cuando ya se habían ido.

Cuando se convirtió en muchedumbre y cuando se vistió de soledad, o cuando la muerte impetuosa e irreverente se asomó en tu puerta y sin invitarla entró en tu casa, ella siempre estuvo y ha estado ahí. En la guerra y en la paz, en la victoria y en la derrota, en la luz y en la sombra, en la noche y en el día. En el cielo y en el infierno.

Mirna mi esposa y compañera ha estado siempre ahí, en el campo de batalla, al pie del cañón, en primera fila, al lado o dentro de mi, pero siempre ahí, en las buenas y en las malas. Durante más de la mitad de mi vida, mas de la mitad de mi existencia y juntos hemos construido lo mas grande y hermoso que la vida te puede dar tus hijos, como si fueren tres mosqueteros: Víctor, Cristian y Carlos.

Que llegaron preparados y dispuestos a acompañarnos en esta cabalgata de la vida que uno no sabe hasta donde nos llevará. A ellos este día.

Por: Tito Hernández.

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