Otros estudios han evaluado la relación entre la actividad física y la embolia pulmonar, pero son pocos los datos al respecto. Kabrhel y sus colegas del citado hospital estudiaron el estilo de vida de 69.950 enfermeras mujeres durante un periodo de 18 años, para lo que debieron contestar cada dos años un cuestionario. Así, los expertos hallaron que el riesgo de embolia pulmonar era más de dos veces mayor entre las mujeres que pasaban gran parte del tiempo sentadas (más de 41 horas a la semana fuera del horario de trabajo) frente a las que pasaban menos de 10 horas a la semana.
Los investigadores también tuvieron en cuenta factores importantes como la edad, el índice de masa corporal y el tabaco. Los autores sugieren en el BMJ que las campañas de sanidad pública sobre los problemas de la inactividad física pueden ayudar a la población a reducir los casos de embolia pulmonar. EFE