El pasado martes 28 de julio el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) inició las Jornadas Informativas abiertas al público a propósito de su intervención como organismo de consulta externo en el muy sonado caso de La Cementera ante la solicitud expresa del Gobierno Dominicano en este sentido; algo que, dicho sea de paso, nunca antes se había visto en la –desafortunadamente breve- historia de las reivindicaciones medioambientales en la República Dominicana.
El propósito fundamental de dichas Jornadas Informativas es dar a conocer al público, los medios de comunicación y las organizaciones civiles todos los pormenores del proceso de elaboración del Informe que, según afirmó la representante residente de las Naciones Unidas, Valerie Julliand, el equipo de consultores expertos del PNUD elaborará con la mayor objetividad, transparencia y calidad técnica posibles.
En el contexto de esta actividad, tuvimos la oportunidad de compartir con todo el equipo del PNUD y los representantes de la sociedad civil allí presentes, nuestro punto de vista sobre la problemática considerada.
En nuestra opinión, el problema de la instalación de La Cementera en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional de Los Haitises no consiste únicamente en la determinación de su viabilidad e impacto ambiental, por cuanto este caso entraña también una confrontación de voluntad e intereses entre amplios segmentos de la población y el gobierno que se supone debería ser fiel intérprete de los mismos.
¿Deberían prevalecer en casos como éste las opiniones del gobierno de turno frente a la de la mayoría de los ciudadanos? Entendemos que no, habida cuenta del hecho de que las áreas protegidas no le pertenecen al Gobierno, ni a las comunidades vecinas sino que son más bien patrimonio común de todos los dominicanos. Por tanto, deberían ser ellos quienes tengan directamente la última palabra en estos casos.
Lo anterior se corresponde plenamente con la concepción del PNUD -basada en las ideas del pensador y Premio Nobel de Economía Amartya Sen- del desarrollo como un proceso integral de ampliación de la libertades individuales; de las opciones con las cuales cuentan los particulares para buscar y definir su propia perfección.
Cierto es que los individuos pueden ser a veces algo irracionales, ignorantes, ingenuos, emotivos, poco objetivos y hasta manipulables (este es uno de los argumentos favoritos de los enemigos de la Libertad para justificar la usurpación de la soberanía que reside en cada ciudadano) pero no menos cierto es que les asiste, aún así, la libertad de elegir lo que prefieren, incluso a riesgo de estar equivocados; en ello consiste la auténtica democracia política, social y económica.
En el caso de la Cementera no basta una mayor –y muy necesaria- transparencia y rendición de cuentas, tampoco un informe objetivo y esmerado como el que esperamos del PNUD, reclamamos como ciudadanos y condueños de todo cuanto pertenece a éste, nuestro país, el poder de decisión final sobre si procede o no la instalación de una Cementera en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional de Los Haitises. República Dominicana somos todos.
Por: Manuel Moisés Montás, economista y coeditor del portal www.toyjarto.com
El propósito fundamental de dichas Jornadas Informativas es dar a conocer al público, los medios de comunicación y las organizaciones civiles todos los pormenores del proceso de elaboración del Informe que, según afirmó la representante residente de las Naciones Unidas, Valerie Julliand, el equipo de consultores expertos del PNUD elaborará con la mayor objetividad, transparencia y calidad técnica posibles.
En el contexto de esta actividad, tuvimos la oportunidad de compartir con todo el equipo del PNUD y los representantes de la sociedad civil allí presentes, nuestro punto de vista sobre la problemática considerada.
En nuestra opinión, el problema de la instalación de La Cementera en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional de Los Haitises no consiste únicamente en la determinación de su viabilidad e impacto ambiental, por cuanto este caso entraña también una confrontación de voluntad e intereses entre amplios segmentos de la población y el gobierno que se supone debería ser fiel intérprete de los mismos.
¿Deberían prevalecer en casos como éste las opiniones del gobierno de turno frente a la de la mayoría de los ciudadanos? Entendemos que no, habida cuenta del hecho de que las áreas protegidas no le pertenecen al Gobierno, ni a las comunidades vecinas sino que son más bien patrimonio común de todos los dominicanos. Por tanto, deberían ser ellos quienes tengan directamente la última palabra en estos casos.
Lo anterior se corresponde plenamente con la concepción del PNUD -basada en las ideas del pensador y Premio Nobel de Economía Amartya Sen- del desarrollo como un proceso integral de ampliación de la libertades individuales; de las opciones con las cuales cuentan los particulares para buscar y definir su propia perfección.
Cierto es que los individuos pueden ser a veces algo irracionales, ignorantes, ingenuos, emotivos, poco objetivos y hasta manipulables (este es uno de los argumentos favoritos de los enemigos de la Libertad para justificar la usurpación de la soberanía que reside en cada ciudadano) pero no menos cierto es que les asiste, aún así, la libertad de elegir lo que prefieren, incluso a riesgo de estar equivocados; en ello consiste la auténtica democracia política, social y económica.
En el caso de la Cementera no basta una mayor –y muy necesaria- transparencia y rendición de cuentas, tampoco un informe objetivo y esmerado como el que esperamos del PNUD, reclamamos como ciudadanos y condueños de todo cuanto pertenece a éste, nuestro país, el poder de decisión final sobre si procede o no la instalación de una Cementera en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional de Los Haitises. República Dominicana somos todos.
Por: Manuel Moisés Montás, economista y coeditor del portal www.toyjarto.com