El ingeniero geólogo Osiris de León dijo que la evaluación realizada por un grupo de expertos internacionales del Programa de las Naciones Unidas, en relación a la pertinencia o no de la instalación de una cementera en Los Haitises, evaluación que responde a un requerimiento formulado por el Presidente de la Republica, Dr. Leonel Fernández, y por la propia Secretaría de Estado de Medio Ambiente, luego de que la población dominicana rechazara el intento de destrucción del principal acuífero no contaminado con que cuenta la ciudad de Santo Domingo y toda la región Este de nuestro país, es una clara demostración de que en materia de medio ambiente no necesariamente se hace lo que decida el Presidente o el secretario de medio ambiente, sino lo que más convenga a una sociedad inteligente.
Dijo que el texto del informe expresa que el proceso de otorgamiento de la Licencia Ambiental 0157-09 “fue poco riguroso y exhaustivo y no se observaron los principios y el espíritu del marco legal ambiental” y ello concuerda con los planteamientos formulados por los ambientalistas dominicanos, quienes desde el mes de mayo de 2009 cuestionamos el otorgamiento de esa licencia ambiental, absurda e irregular.
El informe señala que “el Estudio de Impacto Ambiental (EsIA) fue depositado por parte del Consorcio Minero Dominicano en la SEMARENA al día siguiente de haber recibido, de parte de la misma Secretaría, los términos de referencia (TdR) necesarios para la elaboración de dicho estudio”, y Osiris dice que esta dura observación cuestiona los vicios procedimentales que se dan a lo interno de esa institución.
Osiris de León expresó que cualquier especialista ambiental sabe muy bien que luego de haber recibido los TdR, la empresa consultora que ha de ejecutar el estudio de impacto ambiental requiere de cuatro a seis meses para realizar los estudios de campo especificados en los TdR, luego procesar, correlacionar e interpretar los datos obtenidos, y posteriormente elaborar el extenso informe correspondiente, y como el informe fue entregado al día siguiente de recibir los TdR, está más que claro que los TdR se elaboraron adaptándolos a un estudio que ya estaba hecho sin TdR, y eso desnuda públicamente a la Secretaría de Medio Ambiente; y aunque los ambientalistas dominicanos ya habíamos dicho eso, tiene mayor repercusión internacional si lo dice un organismo de las Naciones Unidas que fue llamado por el propio gobierno.
El PNUD dice en su duro y muy crítico informe que “se han ignorado principios de Derecho Internacional que la Ley No.64-00 incorpora (como el Principio de Precaución) y que se encuentran integrados al régimen jurídico del país en los diferentes Tratados y Acuerdos Internacionales aprobados y ratificados por el Estado de la República Dominicana, conforme lo establece la Constitución en su artículo 3”, y esto había sido dicho, una y otra vez, por los ambientalistas dominicanos; pero también dice que no se consideró la conservación del patrimonio cultural (arte rupestre precolombino de las cavernas de la zona) como un objeto jurídico a proteger, ni se consultó a la Secretaría de Cultura ni al Museo del Hombre Dominicano.
En lo relativo al Estudio de Impacto Ambiental el PNUD concluyó que “el Estudio tiene más carencias que virtudes y no cumple con la rigurosidad necesaria, dada la complejidad del caso, ya que hubo falta de consideración de los acuíferos kársticos y se ignoró la existencia de un acuífero local, pues sólo menciona la existencia de un acuífero regional profundo”. Esto se lo dijimos muchas veces a los consultores que trabajaron la geología y la hidrogeología para el Consorcio Minero, pero ellos se limitaron a insistir que había un único acuífero profundo, y quizás ahora admitan que obviaron el acuífero superficial y que ese fue un error fatal dijo De León, quien siempre se opuso a la autorización otorgada por la Secretaria de Medio Ambiente para que la cementera fuera instalada en Los Haitises.
Dijo que el informe señala que “el Estudio contiene Imprecisiones Técnicas del Proyecto y que las emisiones a la atmósfera fueron consideradas de manera general y no se analizaron de manera específica para el caso de la fábrica de cemento Portland en la zona de Los Haitises”, ya que todos sabemos que una planta de cemento emite al aire grandes volúmenes de dióxido de carbono fruto de la calcinación del carbonato de calcio (CaCO3=CaO+CO2) de una piedra caliza que contiene cerca de 40% de CO2; y que las cementeras emiten polvillo al aire.
El PNUD también dice que “el Estudio no presenta ningún análisis de los impactos potenciales del proyecto sobre la salud humana, y sólo presenta la identificación de impactos ambientales, sin mencionar ningún aspecto sobre la salud por las emisiones de gases, partículas e incremento de ruido”, y que tampoco se habla de la sensibilidad del área con relación a la percepción social de la zona, más allá de su mera condición ecológica y el valor emblemático del Parque Nacional Los Haitises para la población dominicana, rematando con la contundente expresión: “Baja calidad de la cartografía”.
Expresó que al analizar la viabilidad de ejecutar el proyecto para explotar las rocas calizas e instalar una fábrica de cemento Portland en el distrito municipal de Gonzalo, Provincia de Monte Plata, el PNUD ha llegado a la conclusión de que “EL PROYECTO NO ES VIABLE, porque desde la perspectiva de los ACUÍFEROS KÁRSTICOS no existe la información suficiente para caracterizar y evaluar el comportamiento de uno de los principales acuíferos del país ante el posible impacto provocado por el proyecto. Adicionalmente, es importante tener en cuenta que en el esquema constructivo de la cantera, propuesto en el Estudio, se desconoció la existencia del acuífero superficial, que suple de agua a las comunidades locales, y es de importancia para los procesos ecológicos del lugar, el cual se verá impactado por la extracción de piedra caliza en la zona de cantera”, y que eso siempre lo dijo y lo escribió en la prensa, pero que el Secretario de Medio Ambiente no quiso oír.
El PNUD dice que “el análisis para la identificación de los posibles impactos ambientales del proyecto sobre los acuíferos, que es uno de los objetivos fundamentales del Estudio, no se llevó a cabo con el rigor necesario, por lo que hay serias deficiencias en la integración, análisis y evaluación de los posibles impactos ambientales generados por el establecimiento del proyecto en su conjunto”.
Osiris dijo que todo lo dicho por el PNUD fue repetido decenas de veces por los ambientalistas dominicanos, por la Academia de Ciencias y por la Universidad Autónoma de Santo Domingo, tanto en la radio, en la televisión como en la prensa escrita, pero que el secretario de medio ambiente, Jaime David Fernández, el sub secretario de áreas protegidas, Eleuterio Martínez, el relacionista público de la SEMARENA, Mayo Rodríguez, y el director de El Caribe, Manuel Quiroz, se empecinaron en decir, y escribir, que estábamos mintiendo por intereses económicos de la competencia cementera.
Dijo que está esperando pacientemente para ver si ahora dirán lo mismo del PNUD, o irán a la iglesia a pedir perdón por sus interesadas y perversas calumnias contra los ambientalistas serios del país, aunque de seguro que Dios ya los habrá perdonado, y que se limitará a recordar los versos de J. Balaguer quien deseó “amor para el perverso que me puso una espina en la mano que llevo tendida hacia la flor”.
Finalmente Osiris de León dijo que este informe elaborado por el PNUD, a requerimiento del gobierno dominicano, desnuda la famélica anatomía de un cuerpo gubernamental severamente enfermo de cáncer administrativo, con avanzada arterioesclerosis fruto de la ingesta indetenible de grasas saturadas provenientes de las cenas pagadas por la corrupción sin límites, con serias limitaciones motoras a causa de la rigidez de las articulaciones intergubernamentales que sufren de una artrosis crónica, y con un feo color morado, que no se sabe si es debido a cianosis por disfunción pulmonar, o a los duros golpes de una juventud que acampó en Gonzalo y desafió a los uniformes rameados. Aunque lo cierto es que este desastroso y entreguista modelo administrativo neoliberal agoniza con cáncer terminal y a punto de infartar.
Dijo que el texto del informe expresa que el proceso de otorgamiento de la Licencia Ambiental 0157-09 “fue poco riguroso y exhaustivo y no se observaron los principios y el espíritu del marco legal ambiental” y ello concuerda con los planteamientos formulados por los ambientalistas dominicanos, quienes desde el mes de mayo de 2009 cuestionamos el otorgamiento de esa licencia ambiental, absurda e irregular.
El informe señala que “el Estudio de Impacto Ambiental (EsIA) fue depositado por parte del Consorcio Minero Dominicano en la SEMARENA al día siguiente de haber recibido, de parte de la misma Secretaría, los términos de referencia (TdR) necesarios para la elaboración de dicho estudio”, y Osiris dice que esta dura observación cuestiona los vicios procedimentales que se dan a lo interno de esa institución.
Osiris de León expresó que cualquier especialista ambiental sabe muy bien que luego de haber recibido los TdR, la empresa consultora que ha de ejecutar el estudio de impacto ambiental requiere de cuatro a seis meses para realizar los estudios de campo especificados en los TdR, luego procesar, correlacionar e interpretar los datos obtenidos, y posteriormente elaborar el extenso informe correspondiente, y como el informe fue entregado al día siguiente de recibir los TdR, está más que claro que los TdR se elaboraron adaptándolos a un estudio que ya estaba hecho sin TdR, y eso desnuda públicamente a la Secretaría de Medio Ambiente; y aunque los ambientalistas dominicanos ya habíamos dicho eso, tiene mayor repercusión internacional si lo dice un organismo de las Naciones Unidas que fue llamado por el propio gobierno.
El PNUD dice en su duro y muy crítico informe que “se han ignorado principios de Derecho Internacional que la Ley No.64-00 incorpora (como el Principio de Precaución) y que se encuentran integrados al régimen jurídico del país en los diferentes Tratados y Acuerdos Internacionales aprobados y ratificados por el Estado de la República Dominicana, conforme lo establece la Constitución en su artículo 3”, y esto había sido dicho, una y otra vez, por los ambientalistas dominicanos; pero también dice que no se consideró la conservación del patrimonio cultural (arte rupestre precolombino de las cavernas de la zona) como un objeto jurídico a proteger, ni se consultó a la Secretaría de Cultura ni al Museo del Hombre Dominicano.
En lo relativo al Estudio de Impacto Ambiental el PNUD concluyó que “el Estudio tiene más carencias que virtudes y no cumple con la rigurosidad necesaria, dada la complejidad del caso, ya que hubo falta de consideración de los acuíferos kársticos y se ignoró la existencia de un acuífero local, pues sólo menciona la existencia de un acuífero regional profundo”. Esto se lo dijimos muchas veces a los consultores que trabajaron la geología y la hidrogeología para el Consorcio Minero, pero ellos se limitaron a insistir que había un único acuífero profundo, y quizás ahora admitan que obviaron el acuífero superficial y que ese fue un error fatal dijo De León, quien siempre se opuso a la autorización otorgada por la Secretaria de Medio Ambiente para que la cementera fuera instalada en Los Haitises.
Dijo que el informe señala que “el Estudio contiene Imprecisiones Técnicas del Proyecto y que las emisiones a la atmósfera fueron consideradas de manera general y no se analizaron de manera específica para el caso de la fábrica de cemento Portland en la zona de Los Haitises”, ya que todos sabemos que una planta de cemento emite al aire grandes volúmenes de dióxido de carbono fruto de la calcinación del carbonato de calcio (CaCO3=CaO+CO2) de una piedra caliza que contiene cerca de 40% de CO2; y que las cementeras emiten polvillo al aire.
El PNUD también dice que “el Estudio no presenta ningún análisis de los impactos potenciales del proyecto sobre la salud humana, y sólo presenta la identificación de impactos ambientales, sin mencionar ningún aspecto sobre la salud por las emisiones de gases, partículas e incremento de ruido”, y que tampoco se habla de la sensibilidad del área con relación a la percepción social de la zona, más allá de su mera condición ecológica y el valor emblemático del Parque Nacional Los Haitises para la población dominicana, rematando con la contundente expresión: “Baja calidad de la cartografía”.
Expresó que al analizar la viabilidad de ejecutar el proyecto para explotar las rocas calizas e instalar una fábrica de cemento Portland en el distrito municipal de Gonzalo, Provincia de Monte Plata, el PNUD ha llegado a la conclusión de que “EL PROYECTO NO ES VIABLE, porque desde la perspectiva de los ACUÍFEROS KÁRSTICOS no existe la información suficiente para caracterizar y evaluar el comportamiento de uno de los principales acuíferos del país ante el posible impacto provocado por el proyecto. Adicionalmente, es importante tener en cuenta que en el esquema constructivo de la cantera, propuesto en el Estudio, se desconoció la existencia del acuífero superficial, que suple de agua a las comunidades locales, y es de importancia para los procesos ecológicos del lugar, el cual se verá impactado por la extracción de piedra caliza en la zona de cantera”, y que eso siempre lo dijo y lo escribió en la prensa, pero que el Secretario de Medio Ambiente no quiso oír.
El PNUD dice que “el análisis para la identificación de los posibles impactos ambientales del proyecto sobre los acuíferos, que es uno de los objetivos fundamentales del Estudio, no se llevó a cabo con el rigor necesario, por lo que hay serias deficiencias en la integración, análisis y evaluación de los posibles impactos ambientales generados por el establecimiento del proyecto en su conjunto”.
Osiris dijo que todo lo dicho por el PNUD fue repetido decenas de veces por los ambientalistas dominicanos, por la Academia de Ciencias y por la Universidad Autónoma de Santo Domingo, tanto en la radio, en la televisión como en la prensa escrita, pero que el secretario de medio ambiente, Jaime David Fernández, el sub secretario de áreas protegidas, Eleuterio Martínez, el relacionista público de la SEMARENA, Mayo Rodríguez, y el director de El Caribe, Manuel Quiroz, se empecinaron en decir, y escribir, que estábamos mintiendo por intereses económicos de la competencia cementera.
Dijo que está esperando pacientemente para ver si ahora dirán lo mismo del PNUD, o irán a la iglesia a pedir perdón por sus interesadas y perversas calumnias contra los ambientalistas serios del país, aunque de seguro que Dios ya los habrá perdonado, y que se limitará a recordar los versos de J. Balaguer quien deseó “amor para el perverso que me puso una espina en la mano que llevo tendida hacia la flor”.
Finalmente Osiris de León dijo que este informe elaborado por el PNUD, a requerimiento del gobierno dominicano, desnuda la famélica anatomía de un cuerpo gubernamental severamente enfermo de cáncer administrativo, con avanzada arterioesclerosis fruto de la ingesta indetenible de grasas saturadas provenientes de las cenas pagadas por la corrupción sin límites, con serias limitaciones motoras a causa de la rigidez de las articulaciones intergubernamentales que sufren de una artrosis crónica, y con un feo color morado, que no se sabe si es debido a cianosis por disfunción pulmonar, o a los duros golpes de una juventud que acampó en Gonzalo y desafió a los uniformes rameados. Aunque lo cierto es que este desastroso y entreguista modelo administrativo neoliberal agoniza con cáncer terminal y a punto de infartar.