¡Ay ombe...!

Santo Domingo.- Luis Días se convirtió en “el terror” musical gracias a sus ideas y a su especial manera de hacer música. En momentos fue muy agresivo con sus mezclas, pero siempre con un profundo sentido de lo social y cotidiano. Arriesgado y decidido, nunca tuvo temor a las críticas. Su luz se apagó en la mañana de ayer y sorprendió a todos con su partida, a los 57 años. Sus amigos se congregaron entristecidos por la noticia.

Luis Días Portorreal nació en Bonao, el 21 de junio de 1952. Lo del amor por la música lo trajo consigo. Su padre era tocador de ‘tres’ y su madre cantante de salves.

Él, con profundo sentido revolucionario se dedicó por entero a investigar, pero sobre todo a enseñar lo que tanto disfrutaba: la música. “El padre del rock dominicano” se fue de esta tierra con el deseo de hacer un nuevo disco.

Sus amigos le dieron el pasado abril un merecido homenaje en Bellas Artes, que quedará como recuerdo.

Días de luto por Luis
Hace días en su página de FB sus seguidores le escribían mensajes de aliento, solicitándole que se parara de esa cama, porque “yerba mala nunca muere”, cuando se enteraron de sus complicaciones de salud.

Algunos hasta le comentaban que habían elevado una plegaria a Dios por su recuperación, pero que no se tomara tan en serio lo de la cama. Lo que para muchos era solo un susto que Luis sobrepasaría, se convirtió en una realidad funesta en la mañana de ayer; una mañana gris en la que la luz de “El Terror” se apagó para siempre. Sergio Vargas, Víctor Víctor, Alexis Casado, Guy y Amable Frómeta, Sonia Silvestre, sin dejar a Cholo Brenes y a otros menos conocidos pero de igual manera identificados plenamente con este hombre, estuvieron a su lado tan pronto les llegó la noticia.

Y es que Luis, el mismo hombre que en sus entrañas tenía una enorme inquietud social, descubrió luego de su contacto con Dagoberto Tejada que a través de la música podría transmitir todo eso que sentía y padecía de alguna manera. Su rebeldía la mostró por entero en sus crudas pero realistas letras, sin embargo, “El Terror” era un ser humano único, tan especial que era incomprendido, como señala su amigo Alexis Casado, quien lo aprendió a querer caminando a su lado porque “para conocer a Luis había que andar con él”.

Su deseo de enseñar
Era tan grande su amor por la música que no se quedaba con lo aprendido, porque no era mezquino.

Siempre estuvo en la disposición de dar y compartir lo que había descubierto en sus prácticas constantes de su instrumento: la guitarra, y sus investigaciones en torno a los ritmos. En el pasado homenaje que le produjo Alexis Casado en Bellas Artes en el mes de abril, él hizo una petición especial. Él quería que un amigo no vidente llamado Benito cantara como uno de los actractivos más del show. Benito no es más que un joven con muchas condiciones para el canto que él había conocido un día caminando en su barrio, Ciudad Nueva. Alexis lo puso hasta en el repertorio aunque Benito nunca apareció, porque no había manera como contactarlo.

Luis era un ser muy especial, tan especial que vivía solo en una casa en Ciudad Nueva, a la que pocos entraron porque él los recibía en su oficina: el colmado de en frente, donde los muchachos le hacían “fiao”, le prestaban el telefono y hacían de recepcionista y hasta de compañía de tragos.

Ramón, el dependiente del colmado lo vio antes de su partida. De hecho lo vio mal y le sugirió llamarle un taxi para que lo llevara a la clínica. Nos contó que él le dijo que no hacía falta y prefirió tomarse unas pastillas y olvidar, hasta que después el dolor le obligó a moverse hasta un médico. “Le llevé un jugo y él pensaba que con eso bastaba, nosotros lo queríamos mucho, él no tenía la cara de que iba a morir así”, dijo el colmadero.

Minutos después de su fallecimiento, varios admiradores hicieron una parada en este mismo colmado y se tomaron algunas frías ayer en su honor.

La muerte le sorprendió con el deseo de querer olvidar que por mucho tiempo abusó del alcohol. Hacía justamente tres días que el músico no ingería una gota, pero al parecer era muy tarde. Estaba tan emocionado con la preparación de su nuevo disco del que casi tenía listo más de la mitad y también de un viaje que según contó a los cercanos haría a Philadelfia, a unas grabaciones, lo que no pudo hacer.

De su vida íntima poco se sabe, sólo que tiene dos hijos. Una vive en Estados Unidos y otro en Haití, ambos viajaron hasta aquí para despedirlo. Su hija ya lo había hecho abuelo. Su nieto tiene 18 años y con él compartió algunos momentos de su vida.

Luis era tan especial que pocos sabían de su vida amorosa, si tenía o no pareja en la actualidad o si seguía casado con la mujer que le dio sus dos hijos. Para él no había más pasión que la música. Y así pasaba los días, entre los tragos, las presentaciones, el colmado y su deseo de acumular carros antiguos y nada más, porque para él lo material no tenía sentido.

“Quieres dormir y yo quiero andar, la noche es para un largo viaje y hay que llegar”, decía en uno de sus temas y así vivió mucho tiempo, pululando de un lado a otro sin rumbo fijo, sin nada a que aferrarse ni qué cargar.

EL APOYO A UN GRAN ARTISTA
Sergio Vargas llegó hasta la funeraria para despedir a su amigo, más que otra cosa. Un amigo que le dio buenos y grandes temas que popularizó y que hasta le ayudaron en su carrera.

Por eso tras su muerte se siente más que comprometido con Luis y en pleno velatorio llamó a su amigo Alexis Casado para decirle que en momentos como este es que todos los artistas y amigos de Luis deben dar la cara.

“No podemos dejar que sus hijos pasen vergüenza ahora”, cuenta Casado, quien desde que Días enfermó no se despegó de su lado. Tras su muerte deja un legado musical incalculable, mas nada material, aunque sí deudas como bien dijo el colmadero del frente de su casa.

“Aquí nosotros le teníamos tanta confianza que le fiábamos, por eso quedó con una cuenta de RD$20 mil pesos”, comentó aunque sin el más mínimo interés de cobrarlos.

“El dinero no era necesario para él, murió sin nada, por eso estamos todos aquí, tenemos que dar la cara los artistas por Luis, para que esos hijos no pasen humillaciones. No creemos que tenga nada, habrá dejado por el contrario muchas deudas”, aclaró Casado muy triste.

Sus amigos se hicieron presente. Maridalia Hernández, Roldán y hasta Rita Indiana estuvieron en el día de ayer en el velatorio que culminará hoy con la sepultura. Un adiós al terror la muerte de Luis Días.

Por: Emelyn Baldera - 12/9/2009

Fuente: Listín Diario Digital.



0 comentarios

Leave a Reply