Cotui, Capital de la Esperanza.- Hugo Chávez no pierde oportunidad para demostrar su histrionismo al lanzar frases que lo ponen cada vez más en ridículo. Cuando se produjo la caída de Zelaya en Honduras dio la orden para que las fuerzas militares de su país ayuden a que Zelaya recupere el poder.Ni tropas venezolanas fueron a parte alguna, ni tampoco Zelaya volvió al poder del que se encuentra alejado quién sabe para siempre, y vive ahora como “invitado” en la República Dominicana.

Luego, Chávez ordenó a sus batallones salir para declarar la guerra a Colombia y dispuso que su Ministro de Defensa mande diez batallones a pelear por su país. Nadie respondió a su charlatanería. Recién, en la reunión de Cancún, acaba de tutear y satirizar a la Reina de Inglaterra al decirle que se vaya para su casa, que nada hace como reina, y que devuelva las Malvinas a los argentinos.

Es inconcebible que una persona que representa a su país quiera irse contra la tradición de un pueblo, como el inglés, que se siente orgulloso de mantener por ser de orden consuetudinario su estructura política, a la reina a la que respetan, porque les nace por tradición respetarla.

¿Puede decirse, entonces, que Chávez es un hombre que merece ser estadista de una república como Venezuela? El presidente Chávez pregona la libre determinación de los pueblos, cuando a él le conviene, y cuando no, ataca este principio.

Como tiene problemas muy graves en su país por la falta de agua, de energía eléctrica, por la falta de empleo para sus connacionales; por el aumento de la delincuencia que cada día es mayor; porque tiene una resistencia popular superior al 50% de sus compatriotas; por su ataque permanente a la libertad de expresión y de palabra, trata de levantar presión con actos demagógicos que lo único que hacen es colocarlo como un discurseado intrascendente. Esta es la verdad del milanesa de este Guerrero Inmarcesible que no ha disparado ni un gallego chino en ningún frente.

Por: Daniel Efrain Raimundo