EL CASO DE EDWIN ABREU. Hubo una blusa roja encajada en un voluptuoso cuerpo de mujer con mirada que destellaba fuego, sus labios carnosos y colorao dejaban escapar una sonrisa que llamaba la atención y que distrajo, a quien escribe y al resto de los asistentes a las actividades reformistas que tuvieron como protagonistas a Amable Aristy Castro y al Canciller y presidente del Partido Reformista, Carlos Morales Troncoso.
La misteriosa mujer-quien extrañamente fue vestida de rojo a las dos actividades- no me atestó ni me dijo: “¿por qué tú no me quieres?”, tal y como hizo con el Jurídico aquel, hoy convertido en Presidente en funciones del Partido Reformista filial Florida, pero si, llevó a cabo su reclamo con la gallardía que le caracteriza sobre algo escrito por mí, y sobre lo cual le di respuesta sincera, la cual calmó aquel volcán rojo en erupción convertido en mujer.
Lo sorprendente fue que traté de agarrarla y se esfumo de mis manos, lo que me dejó medio aturdido y pensativo… pensativo, porque yo escuché cuando Luis el propiedad de otro le dijo: “vamonos”. A mi adentro me pregunté ¿sera un ángel o el diablo hecho mujer que envió Balaguer para saber que está pasando con su partido?
Las actividades de Amable Aristy Castro y Carlos Morales Troncoso en Miami.
Algo sobrenatural
Vi una silueta parecida a la de Joaquín Balaguer que le hacia una seña a la misteriosa mujer para que se marchara del lugar (actividad de don Carlos), lo cual con mucha tristeza y a regañadiente ella realizo, como si la cercania al poder la hubiese hechizado. Me dije a mi adentro, “no se por qué fui el elegido para ver cosas sobrenaturales”.
Escuché que Balaguer le dejó un mandato a la misteriosa mujer de que “solo los precandidatos presidenciales jóvenes garantizan la supervivencia del Partido Reformista, porque enarbolan un discurso común de “ni PLD, ni PRD”.
Vi que Balaguer con sus ademanes característicos con voz de trueno lanzo centellas, y dijo: “Este es el momento de la juventud, pero ellos tienen que poner los pies sobre la tierra y sus cabezas elevarlas hasta el cielo, realizar varias cumbres y seleccionar uno de ellos como precandidato presidencial, para poder vencer a lo interno de Partido Reformista y producir el cambio y avance generacional que se pueda decir: “juventud divino tesoro”.
Lo malo del caso es que solamente la mujer misteriosa y yo escuchábamos todo lo que decía el mentor y líder del Partido Reformista el DR. JOAQUÍN BALAGUER.
Después del encuentro con la misteriosa mujer y la silueta de Balaguer, solo me quedó decir a lo interno: “que solo los que han vivido parte de la Guerra Fría, de la democracia y el neo liberalismo, y que no se han dejado matar por los gobiernos que han sucedido al Dr. Balaguer desde el 1996, pueden salir airosos de aquel momento mágico.
Pensé que todas las vallas las había saltado al estilo Félix Sánchez, pero cuando fui a buscar algo al coche me di cuenta que no…
Caso Edwin Abreu
Que se asomaba un abuso no permitido, que el analfabetismo político todavía ronda la sociedad política dominicana de Miami, que la envidia y el egoísmo de los políticos "miamenses" nunca nos dejarán desarrollar para servir al pueblo dominicano de aquí y de allá; que no tengo
palabras para describir el momento en que Edwin Abreu, director del periódico digital “El Poder de Miami”, me llamó para decirme que no le permitieron entrar a la actividad que se estaba llevando a cabo a favor de la precandidatura de Carlos Morales Troncoso.
¡Este hecho no tiene ninguna justificación válida!
Ninguna excusa que se presente tiene validez, porque ésta siempre se usa para salir del paso y luego repetir lo mismo en otra ocasión, con la misma persona o alguien diferente.
Edwin Abreu, tiene derecho a desarrollarse en cualquier área que sus conocimientos amplios le permitan, lo cual ha realizado de manera exitosa a saber, en la radio, en la política y su medio digital El Poder de Miami.
¡RECHAZAMOS TAJANTEMENTE LO OCURRIDO CON EDWIN ABREU EN LA ACTIVIDAD DEL ING. CARLOS MORALES TRONCOSO EN LA CIUDAD DE MIAMI!
Fernando Puesán y Carlos Morales Troncoso.
Por: Fernando Puesán.
