Los Mavericks ganan y acaba el sueño para el Heat

La imagen lo decía todo: Dirk Nowitzki con los brazos en alto y los puños cerrados, celebrando el hecho innegable de que él y los Mavericks son los nuevos amos de la NBA, los campeones del básquetbol.



Y, sin embargo, no fue esta vez el alemán el hombre grande del triunfo sino su escudero Jason Terry, quien lideró el ataque con 27 puntos para que Dallas derrotara 105-95 a Miami en su propia casa y delante de 20,000 aficionados que vistieron de blanco para apoyar a su equipo y salieron de la Arena American Airlines con un color de luto ante la realidad innegable de que el Heat finalizó de segundo, que para las enormes expectativas creadas es igual que cero.

Siempre se dijo que algo menos que un título sería considerado un fracaso para un conjunto que posee a tres de los 10 mejores jugadores de la liga y que disfrutó de un verano caliente en la agencia libre, pero como todo en la vida, lo importante no es el comienzo sino la manera de terminar.

Y Miami hizo todo lo que pudo, pero terminó de la mano de la derrota frente a un franquicia que durante años vivió con el malsano sabor del descalabro en la Final del 2006. Nowitzki y Terry, los sobrevivientes de aquel acto, vivieron con esa espina por dentro y el domingo en la noche.
“Este grupo nunca falló y en medio de las peores adversidades siempre supo responder’’, expresó Terry. “Es un gran triunfo para la ciudad de Dallas y todos sus fanáticos, que durante cinco años vivieron con la pesadilla de aquella Final del 2006. Esto es una reivindicación en toda la línea’’.

Mientras Dallas es una fiesta, Miami tendrá que aprender de sus errores y -si el conflicto entre la NBA y los jugadores lo permiten- reagrupar fuerzas para buscar la próxima campaña lo que en esta ocasión poseen los Mavericks: un título de campeón.

Por: JORGE EBRO.
JEBRO@ELNUEVOHERALD.COM

Fuente: www.elnuevoherald.com.

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