De grito en grito

Hay un chiste muy conocido que dice que cuando en un país hay crisis, el jefe le grita al obrero, el obrero le grita a la mujer, la mujer le grita al niño y el niño patea al perro. Asi de simple explica la gente la crisis que esta afectando nuestra sociedad, donde esta muriendo en promedio una mujer cada día. Los crímenes, como en Juárez, están incorporando modalidades no vistas en nuestra cultura, lo que ha provocado pensar que se está afincando en el país la mafia mexicana.

He leído, además de este análisis, una multitud de escritos sobre este problema, que pueden sintetizarse en una conclusión: mientras haya pobreza y desempleo la violencia se agravará y este descubrimiento del agua tibia, llena las páginas editoriales, pero no resuelve nada.

Desde hace años venimos diciendo que lo único que puede paliar los asesinatos, en lo que llega la panacea política, es la organización de comités barriales contra la violencia que rompan con el esquema de que “en pleito de marío y mujer yo no me meto”. Si algo frustra, es oír a los vecinos decir, cuando matan a una mujer, que el marido le vivía dando golpes, pero que no se metieron a impedirlo porque en esos pleitos nadie debe meterse.

Pues hay que meterse, porque si cinco o diez vecinos tumban una puerta cuando oyen los gritos, el victimario lo va a repensar, y si se sabe vigilado por la comunidad también lo va a pensar. Este modelo, que funciona en Cuba, donde los CDR han evolucionado a entidades mediadoras en los problemas que afectan a una comunidad, no cuesta nada, excepto disposición y tiempo, y esta es una meta que fácilmente se puede convertir en un ticket para ganar las elecciones si las militantes dejan de estar inventándose ONG como modus vivendi, se arremangan las mangas y se fajan a convocar a las comunidades, convencer a las iglesias, y a los clubes deportivos y culturales de que si no es su madre la próxima víctima, puede ser su hermana, o su prima, o su hija.

Creemos que la iniciativa que está tomando la Policía Nacional de crear los comités barriales de mediación va en ese camino, sólo que le falta añadir a su enfoque, centrado en la violencia juvenil, la violencia de genero, es decir, la violencia contra la mujer, algo que estoy segura Monchi Fadul entiende, porque es uno de los mas asequibles, menos pomposo y curado de auto-importancia, dirigentes del partido en el poder.

Las Fiscalias Barriales, como afirma Rosanna Reyes, son un gran logro del sistema judicial, pero cada una de ellas debería apoyarse en las juntas de vecinos, clubes culturales y deportivos, iglesias de todas las denominaciones, para enfrentar esta problemática como hay que enfrentarla: de grito en grito: ¡BASTAAAAAAAAAAAAAA!

Por: Chiqui Vicioso (luisavicioso@hotmail.com

Fuente: http://www.elnacional.com.do

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