¿Policías mártires? ¿Policías delincuentes?

SANTO DOMINGO ESTE, INVIDOREX.- Lo dijimos hace unos días: La Policía Nacional está siendo expuesta a una de las peores crisis de seguridad de su historia, debido al proceso de estigmatización a que está siendo sometida por organismos internacionales.

A la lluvia de lodo moral que significa para la institución el asunto de los asesinatos de supuestos delincuentes y el ludibrio lavado de la honra de unos cuantos indignos de la uniformada que deberían estar cumpliendo condenas de treinta años. El infierno que han vivido varios oficiales, algunos de los cuales no han sido mencionados en asesinatos que tienen larga data en procesos que el mismo gobierno ha engavetado por compromisos políticos. Aquí no es necesario mencionar ninguno de ellos.

A raíz de esto, denunciábamos en pasado editorial, por todo el territorio nacional estallan reacciones violentas en contra de policías que son apedreados, asesinados y asaltados. Muchos de los cuales en verdad deberían ser linchados por su mala conducta y su trayectoria gansteril en su hoja de servicio a lo largo de la historia de la institución más tremebunda que tiene el país. ¿Cuántos militares hay que son los jefes de bandas paramilitares que siembran el caos y el terror en nuestras calles? ¿No vimos en el caso reciente del nefasto diputado Hubieres a un teniente coronel disparándoles a sus propios compañeros? ¿No hay otros militares que se venden como defensores de los derechos humanos y son unos delincuentes marcados por la ola de asesinatos que tienen en su fichero dactilar? Nuestro mismo presidente en información a organismos extranjeros habló de que los militares cobraban un 10% y en eso no se inmiscuía, porque temía por su vida. Imagino que a nuestro presidente mundial se le movían las canas onduladas cuando afirmaba, con su sinceridad habitual, esas locuras militares.

Hoy, la noticia principal de cualquier diario nacional es la relacionada con la violencia que existe en el país por un cúmulo de situaciones que no es necesario mencionar y que las autoridades conocen al dedillo cuales son las causas. Notamos como los casos de policías, generales retirados, son asesinados frente al portón de sus hogares y otros asesinados mientras desempeñaban sus respectivos deberes en la refriega diaria que las pandillas dominicanas han acostumbrado a nuestra suciedad.

La gente le está perdiendo el respeto y peor aún, el afecto, a la Policía Nacional, una institución que heroicamente ha defendido la vida, la ley, el orden y el respeto a la propiedad privada (¡jajá!, cuidado que vienen los invasores a sacarnos a patadas de nuestros hogares, porque sus jefes son militares), durante toda la historia nacional.

Hoy día una cuadrilla de delincuentes en su mayoría ex militares de los tres cuerpos castrenses son los hazmerreíres de las noticias que llenan los cintillos noticiosos que ahora –gracias al Internet--, se pasean en segundos por los corredores del mundo.

Hoy, diputados delincuentes, policías asesinos, políticos demagogos, magistrados y fiscales con facha de embusteros y así como se le ve la seriedad a nuestro Jefe de la Policía con el Bigote que muestra que no es un reflejo de aquel legendario artista mexicano llamado, Jorge Negrete que inmortalizo a Guadalajara con su ¡Jalisco nunca muere!, son los que marcan el trazo sucinto de esta desgracia que arropa a todos los estamentos de la sociedad.

Imagino que en el avión robado por un teniente --hijo de un general retirado--vengan otros paramilitares directamente desde Colombia a continuar con el Sicariato diario por las calles sin ley que reflejan que Juan Pablo Duarte hace tiempo que se marchó de nuevo, para otro planeta, dejándonos huérfanos a todos. ¿Quién será el próximo Benefactor de la Patria y Padre de la Patria nueva?


El que tenga oídos para oír que oiga.
Por la paz.

Por: Daniel Efraín Raimundo.

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