Los partidos políticos emergentes y los movimientos sociales, hijos de la antigua confrontación bipolar de guerra fría, han creado algunos mecanismos de cooperación y casi todos siguen siendo muy independientes entre ellos tanto económicamente como en el ámbito de la cohabitación. El bipartidismo histórico, en cambio, ha reaccionado ante la fuerza de la atracción gravitatoria de la lógica de la economía global y se ha apartado realmente de la esfera de influencia y de dirección de los líderes de los partidos emergentes y de los líderes de los movimientos sociales del Siglo 21.
En conjunto, los partidos políticos emergentes y los movimientos sociales están creando un interesante bloque socio político bajo su liderazgo y están fundando una estrecha colaboración que se espera la sociedad acepte y apruebe el sistema. Los organismos internacionales y las organizaciones de la sociedad civil tienen que aportar al sistema electoral garantías democráticas más comprometidas con el interés nacional y alejarse políticamente de la USAID y fijar posición ante del PRD si es que en realidad pretenden avanzar socioculturalmente más allá de la coyuntura histórica.
Esto pasa por el reconocimiento de la realidad económica global, de la discusión seria de los conflictos geopolíticos y de abordar los asuntos culturales con la finalidad de elegir gobiernos progresistas que respalden reformas aún más integrales. Históricamente, la izquierda democrática ha identificado sus intereses con el PRD y el PRD se ha enorgullecido de ser el defensor de las reivindicaciones sociales frente a sus vecinos de la derecha empresarial y del PRSC. Las diferencias entre la APD de Max Puig y la Alianza País de Guillermo Moreno son manifiestas en las actitudes de sus militantes. La escisión entre Balaguer y Peynado, por ejemplo, quedo de manifiesto de forma evidente en las elecciones presidenciales de 1996. El año de 1994 fue su origen.
Los partidos políticos emergentes colaboran estrechamente con las comunidades y tienen presencia en la mayoría de las provincias incluso con mayorías que alcanzan la dirección de las municipalidades políticas. Las elecciones presidenciales al 2012 expresaran la división social y política de las fuerzas económicas en conflicto y mostraran la visión neoliberal de la empresa privada local y lo que el Estado debe ser. No se trata tanto de polarización electoral cuanto que visiones económicas diferentes. La probabilidad de alianza entre los emergentes para llevar en la boleta una candidatura común es muy baja.
La burguesía partidarista sigue siendo muy ortodoxa y aunque ha mantenido estrecha relación con los trabajadores durante décadas, Manuel Salazar, del Partido comunista de los Trabajadores, (PCT) sabe muy bien que los matrimonios en la izquierda no son muy comunes. Pese a los problemas conflictivos y a la presión mediática de los grupos empresariales Ismael Reyes del PDI y Eduardo Estrella de (DxC) han trabajado mucho y en buena medida con éxito para deponer viejas disputas. – No porque existiera ninguna actitud personal-.
La elección de 21 sacerdotes católicos liberales encabezados por el Padre Rogelio Cruz del movimiento Se Puede y de los sacerdotes Jesuitas Regino Martínez y el Padre NINO con el objetivo fundamental de lograr una candidatura común entre los partidos emergentes ( Acuerdo de Jima) reduce el conflicto socio político actual de los partidos tradicionales (exacerbado por la guerra de encuestas) e introduce un elemento novedoso en el panorama político.
La mera posibilidad de que ningún partido emergente - con candidato proclamado o no - NO pacte en primera vuelta, abre la posibilidad de que la Unión Demócrata Cristiana (UDC) de Luis Acosta Moreta - El Gallo- surja como fuerza social y política ante el vacio político dejado por el PRSC y se abra el camino a nuevas alianzas sociales y circunstancias políticas. Los movimientos sociales aun seguirán escindidos aunque actuaran independientes dependiendo el vaivén de los políticos y la volatilidad de los empresarios.
Una vez que se resuelven las impugnaciones del PRD en la Junta Central Electoral y se desactiven los problemas concernientes a la foto del candidato a Vicepresidente en la boleta o no, y los problemas económicos más serios sean llevados a una discusión fuera de campana y a largo plazo es seguro que la resolución política del Bloque Progresista se verá facilitada por las garantías institucionales del presupuesto nacional y de una cultura electoral conservadora parcialmente compartida por los partidos emergentes y los movimientos sociales con estrechos vínculos personales.
El Partido de los trabajadores (PTD) y la Fuerza Nacional Progresista ( FNP) lo intuyen acelerando la alianza con Danilo Medina. Es posible que el voto indeciso de mujeres solteras y jóvenes desempleados se esté moviendo hacia la abstención aunque su preferencia electoral sea el centro.
Los partidos políticos emergentes se están estructurando de una manera parecida. El papel cada vez más claro de los empresarios- como ejes centrales del financiamiento de los movimientos sociales de clase media como el 4%- se puede constatar en el modo en que: a) el PRD presenta su postura en los asuntos económicos de ámbito global confundiendo a la opinión pública con análisis locales de coyuntura; b) en la politización de los fenómenos socio culturales y educativos; y c) en las crecientes conexiones diplomáticas así como la influencia política en los Medios del grupo Corripio.
Tras haber abandonado los esfuerzos por la unidad y luego de promover sus intereses particulares a través de las elites de los partidos políticos tradicionales soy de opinión de que a los empresarios del CONEP y de Herrera les conviene asimilar las enseñanzas de las intenciones del Acuerdo de Jima. Además, los hombres de negocios saben que con la habilidad empresarial de la especulación de las encuestas no es suficiente para ganar en primera vuelta. Las enormes ventajas de distribución de la participación deben pasar primero por los canales primarios institucionales. Las raíces del desarrollo social y económico de la población queda de manifiesto en la esperanza y comprensión del momento histórico en que vive República Dominicana.
Las relaciones políticas entre los movimientos sociales y los partidos emergentes adoptan dos formas: a) La renuncia total a las aspiraciones presidenciales individuales de los pre candidatos o candidatos electos de todas las organizaciones y partidos políticos involucrados en la discusión ; b) La selección de la coalición electoral debería fijar un programa de luchas reivindicativas en conjunto de interés nacional y la final selección del candidato común mediante rigurosos estudios socio demográficos y políticos de una manera científica. Ahora bien, ¿cuánto cuesta la segunda vuelta?
Por: Juan Carlos Espinal.
Fuente: http://www.elnuevodiario.com.do
