Las últimas tres entregas de la semana pasada de la encuesta de Penn & Schoen evidenciaron lo pobremente que son percibidos por los votantes los tres principales partidos del país. Un 40% tiene una opinión desfavorable del PLD, un 47% del PRD y un 67% del reformismo. Eso habla bien mal de nuestro sistema político y constituye terreno fértil para el surgimiento de nuevos partidos. Esas organizaciones son vistas desfavorablemente a pesar de que un 30% de los encuestados declararon ser miembros de un partido político y un 54% de ser simpatizantes, para un total de 84%, quedando sólo un 16% de independientes.
Los reformistas están en crisis. No sólo representan apenas un 3% del voto total, sino que entre ellos mismos un 45% quiere ir con candidato propio contra un 55% que quiere ir aliado a otro partido. Amable Aristy Castro es considerado por el 47% de los reformistas como el mejor candidato presidencial, pero ha sido excluido de la directiva del partido.
Hay mucho pesimismo. Un 63% piensa que el país va en dirección equivocada y un 74% cree que la economía va en dirección equivocada. Sin embargo, un 52% está satisfecho con la labor del gobierno. Esa incongruencia se explica por el hecho de que un 82% de los peledeístas y un 45% de los reformistas dijeron estar satisfechos con el gobierno. Obviamente muchos son empleados públicos.
La delincuencia ligada a la droga por primera vez es percibida como el problema más importante que enfrenta nuestro pueblo (30%), seguido por el costo de la vida (26%) y el desempleo (18%). La campaña del 4% luce haber calado, pues el deficiente sistema educacional es considerado como el cuarto problema (8%), seguido por un tema que antes no se mencionaba, la corrupción (6%). Los apagones, que antes aparecían entre los principales problemas, apenas son percibidos así por un 4%. Aumentar la inversión en educación y combatir la corrupción ya aparecen entre las cinco principales tareas del próximo gobierno, en opinión de los encuestados.
Un 53% está más satisfecho con los gobiernos de Leonel Fernández contra un 46% que está más satisfecho con el de Hipólito Mejía, lo que se refleja en la intención de voto 47%-44%. Sin embargo, un 57% dice que en este gobierno de Leonel Fernández hay más corrupción que en el de Hipólito Mejía, un 19% cree que la corrupción ha seguido igual y apenas un 22% cree que hay menos.
La debilidad de Danilo Medina es su vinculación con la corrupción en el gobierno de Leonel Fernández. La de Hipólito Mejía es el recuerdo de la crisis bancaria, pues ni su forma chabacana de hablar ni su referencia a que “aquí hacen falta muchas cosas del jefe”, según la encuesta afectan mucho la intención de voto. La campaña de Hipólito debe concentrarse en la corrupción y en lograr incorporar a Vargas Maldonado a la misma.
Las obras públicas, la tarjeta Solidaridad y la construcción del Metro son consideradas como las tres mejores cosas que ha hecho el gobierno de Leonel Fernández. Lo del Metro sorprende pues la encuesta fue a nivel nacional y el Metro sólo beneficia a los votantes del Distrito Nacional. Lo peor que ha hecho ese gobierno ha sido no combatir la corrupción, el alto costo de la vida y no haber parado la delincuencia y el narcotráfico.
Los partidos pequeños, excluyendo el reformista, tan sólo están sacando, en conjunto, un 2% de los votos.
Y entre los dos grandes partidos la percepción general que sale de la encuesta es que se votará por el que se considere el menos malo.
El que entre los dos principales candidatos la diferencia sea sólo de un 3%, lo que está dentro del margen de error, coincidiendo con que tan sólo un 45% de los encuestados tiene una opinión favorable de la Junta Central Electoral y entre los perredeístas e independientes tan sólo un 35%, es lo que más debe preocupar.
Por: BERNARDO VEGA.
Fuente: www.hoy.com.do