Moscú, 6 jul (EFE).- El presidente de Rusia, Dmitri Medvedev, propuso hoy a su colega estadounidense, Barack Obama, diseñar un escudo antimisiles que sea capaz de proteger a todos los países del mundo.
Esta fue su respuesta a la declaración de Obama sobre la disposición de colaborar con Rusia en la creación de un escudo antimisiles como protección de posibles ataques de terceros países.
"El número de amenazas, incluidas las relacionadas con misiles balísticos y de alcance medio, lamentablemente no disminuye, crece, y todos debemos pensar en la configuración que podría tener un sistema antimisiles", declaró.
En este sentido, destacó el acuerdo de las partes de examinar los armamentos ofensivos y defensivos en común, y no por separado, como insistía la anterior administración de Estados Unidos.
"Hemos acordado los niveles tope tanto para portadores como ojivas, y también que los armamentos ofensivos y defensivos de ambas partes serán examinados en conjunto", dijo el presidente ruso en una conferencia de prensa conjunta con el presidente estadounidense, Barack Obama.
También indicó que "hasta ahora sólo se nos decía que las decisiones ya han sido tomadas", mientras que "ahora nuestros socios estadounidenses se han tomado una pausa" para revalorar el plan de despliegue del escudo antimisiles, heredado de la anterior administración.
El plan de desplegar el escudo antimisiles estadounidense en Europa, dijo Medvédev, "es un tema bastante complicado para estas conversaciones", pero destacó que las partes han dado hoy un"paso adelante" al constatar la "relación recíproca entre armamentos ofensivos y defensivos".
"Hasta hace poco en estas cuestiones las discrepancias eran totales", remarcó, y opinó que este nuevo enfoque permite "avanzar en el acercamiento de ambas posiciones".
Rusia llevaba insistiendo en la necesidad de tratar conjuntamente la reducción de armamentos estratégicos ofensivos con la congelación del despliegue de nuevos sistemas antimisiles desde que en diciembre de 2001 Estados Unidos anunció la renuncia al tratado ABM que limitaba los sistemas de defensa de los ataques de cohetes balísticos.
En respuesta, en junio de 2002 Rusia abandonó el tratado de desarme nuclear START-2 y sostuvo que cualquier nuevo acuerdo de desarme dependerá de la renuncia norteamericana al despliegue de su polémico escudo antimisiles.
Los acuerdos alcanzados suponen un "compromiso sensato", remarcó.
Esta fue su respuesta a la declaración de Obama sobre la disposición de colaborar con Rusia en la creación de un escudo antimisiles como protección de posibles ataques de terceros países.
"El número de amenazas, incluidas las relacionadas con misiles balísticos y de alcance medio, lamentablemente no disminuye, crece, y todos debemos pensar en la configuración que podría tener un sistema antimisiles", declaró.
En este sentido, destacó el acuerdo de las partes de examinar los armamentos ofensivos y defensivos en común, y no por separado, como insistía la anterior administración de Estados Unidos.
"Hemos acordado los niveles tope tanto para portadores como ojivas, y también que los armamentos ofensivos y defensivos de ambas partes serán examinados en conjunto", dijo el presidente ruso en una conferencia de prensa conjunta con el presidente estadounidense, Barack Obama.
También indicó que "hasta ahora sólo se nos decía que las decisiones ya han sido tomadas", mientras que "ahora nuestros socios estadounidenses se han tomado una pausa" para revalorar el plan de despliegue del escudo antimisiles, heredado de la anterior administración.
El plan de desplegar el escudo antimisiles estadounidense en Europa, dijo Medvédev, "es un tema bastante complicado para estas conversaciones", pero destacó que las partes han dado hoy un"paso adelante" al constatar la "relación recíproca entre armamentos ofensivos y defensivos".
"Hasta hace poco en estas cuestiones las discrepancias eran totales", remarcó, y opinó que este nuevo enfoque permite "avanzar en el acercamiento de ambas posiciones".
Rusia llevaba insistiendo en la necesidad de tratar conjuntamente la reducción de armamentos estratégicos ofensivos con la congelación del despliegue de nuevos sistemas antimisiles desde que en diciembre de 2001 Estados Unidos anunció la renuncia al tratado ABM que limitaba los sistemas de defensa de los ataques de cohetes balísticos.
En respuesta, en junio de 2002 Rusia abandonó el tratado de desarme nuclear START-2 y sostuvo que cualquier nuevo acuerdo de desarme dependerá de la renuncia norteamericana al despliegue de su polémico escudo antimisiles.
Los acuerdos alcanzados suponen un "compromiso sensato", remarcó.