Nueva York. La Real Academia Española define adendum o adenda como presupuesto complementario o las cosas que se han de añadir y a la vez ponemos como ejemplo la reciente construcción del estadio de béisbol Yankee Stadium en esta ciudad, cuyo costo original era de mil millones de dólares y al finalizar hubo un adendum, adenda o presupuesto complementario de 300 millones más, para su costo total de 1,300 millones de dólares.
He de precisar que los que construyeron el famoso estadio en Nueva York no son los que han construido las obras en el INDRHI ni en ninguna otra institución en República Dominicana, aunque todas y en diferentes países hayan recurrido al adendum, adenda o presupuesto complementario para terminar sus obras.
Esto viene a colación por los debates a que ha sido sometida la sociedad dominicana en los últimos días con los adendum, adenda o presupuesto complementario entre el director del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI), ingeniero Héctor Rodríguez Pimentel, y algunos medios de comunicación en el país.
Y tiene razón el ingeniero Rodríguez Pimentel al precisar que se le ha querido satanizar los adendas o presupuestos complementarios, señalando que los técnicos presentes, con hasta 30 años laborando en el INDRHI son testigos de que esa medida es normal en las obras de construcción.
Queremos señalar que cuando ocurren grandes desastres naturales como ciclones, terremotos e inundaciones los gobiernos siempre han dispuesto mediante decreto la emergencia nacional y los organismos de socorro y mitigación, entre ellos, Plan Social de la Presidencia , Obras Públicas, Salud Pública, los Comedores Económicos, el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, el Programa de Medicamentos Esenciales, el Instituto Nacional de la Vivienda , y la Defensa Civil, entre otros, se ponen al frente de las labores de asistencia a las comunidades afectadas y quedan liberadas del cumplimiento de los procedimientos establecidos en la ley 340-06 y su modificación, sobre Compras y Contrataciones de Bienes, Servicios y Obras, de manera que puedan auxiliar a las comunidades afectadas en el país lo más rápido posible.
Debemos recordar que existiendo en el INDRHI un departamento de acceso a la información pública de acuerdo a la ley 204 y que en su artículo primero establece que todas las instituciones o personas tienen pleno derecho de solicitar, exigir y reclamar cualquier información en las instituciones gubernamentales, una entidad poco conocida sometió a mediado del año pasado al ingeniero Rodríguez Pimentel por ante el Tribunal Contencioso y Tributario de Santo Domingo, supuestamente por no entregar a tiempo informaciones sobre la construcción de la presa de Monte Grande, pero dicha querella no prosperó por falta de asidero.
Hay un interés tan marcado en hacerle daño al ingeniero Rodríguez Pimentel que el país entero pudo observar a través de una reciente entrevista pública que le hicieran al presidente de la Comisión Nacional de Ética y Combate a la Corrupción, doctor José Joaquín Bidó Medina, hombre ecuánime y parsimonioso y quien fuera sacado de sus cabales con la repetición de la misma pregunta del periodista cuando él expresó: “Yo no hago juicio de valor sobre nada ni digo si es falso o verdadero, porque yo soy presidente de la Comisión de Ética y toda afirmación que haga a una persona sobre algo que no se ha investigado, aunque lo publiquen con letra de oro y salga en los periódicos, es subjetiva hasta tanto se investigue”.
Con esta situación recordamos al poeta inglés Alexander Pope al proclamar “el que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de la primera.
La política es el debate de las ideas y el arte de lo posible y el ingeniero Rodríguez Pimentel debe estar consciente que esos sectores seguirán mintiendo y seguirán tratando de denigrarlo al hacerlo por encargo, mientras el amo, de lejos, se acoge al lema de los indios Dakota, cuando exclamaban: ´´es sencillo ser valiente a la distancia´´, y esos abusos se remontan a los inicios mismos de la República y esta mala costumbre del agravio la han sufrido en carne propia los hombres públicos, comenzando por el Padre de la Patria Juan Pablo Duarte, llegándose a la aberrante creencia de que es parte del quehacer político.
Las buenas normas del periodismo indican que hay que tener objetividad, ética, principios, honestidad y probidad y estos 5 vocablos deben concatenarse con la conducta de todo buen periodista en estos turbulentos tiempos, en los que hay casos cuestionados en el ejercicio del periodismo en el país que deben trabajar en base a esos principios y no ejercer el oficio por encargo o rumores.
Queremos terminar con aquellas muestras de nuestra sabiduría popular de que sólo se “le arrojan piedras a los árboles con frutos”, así como lo manifestado por Paul Joseph Goebbels, Ministro de propaganda del Tercer Reich bajo el mandato de Adolfo Hilter, “una mentira repetida adecuadamente muchas veces se convierte en una verdad, miente, miente que algo queda”.
Por Ramón Mercedes
He de precisar que los que construyeron el famoso estadio en Nueva York no son los que han construido las obras en el INDRHI ni en ninguna otra institución en República Dominicana, aunque todas y en diferentes países hayan recurrido al adendum, adenda o presupuesto complementario para terminar sus obras.
Esto viene a colación por los debates a que ha sido sometida la sociedad dominicana en los últimos días con los adendum, adenda o presupuesto complementario entre el director del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI), ingeniero Héctor Rodríguez Pimentel, y algunos medios de comunicación en el país.
Y tiene razón el ingeniero Rodríguez Pimentel al precisar que se le ha querido satanizar los adendas o presupuestos complementarios, señalando que los técnicos presentes, con hasta 30 años laborando en el INDRHI son testigos de que esa medida es normal en las obras de construcción.
Queremos señalar que cuando ocurren grandes desastres naturales como ciclones, terremotos e inundaciones los gobiernos siempre han dispuesto mediante decreto la emergencia nacional y los organismos de socorro y mitigación, entre ellos, Plan Social de la Presidencia , Obras Públicas, Salud Pública, los Comedores Económicos, el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, el Programa de Medicamentos Esenciales, el Instituto Nacional de la Vivienda , y la Defensa Civil, entre otros, se ponen al frente de las labores de asistencia a las comunidades afectadas y quedan liberadas del cumplimiento de los procedimientos establecidos en la ley 340-06 y su modificación, sobre Compras y Contrataciones de Bienes, Servicios y Obras, de manera que puedan auxiliar a las comunidades afectadas en el país lo más rápido posible.
Debemos recordar que existiendo en el INDRHI un departamento de acceso a la información pública de acuerdo a la ley 204 y que en su artículo primero establece que todas las instituciones o personas tienen pleno derecho de solicitar, exigir y reclamar cualquier información en las instituciones gubernamentales, una entidad poco conocida sometió a mediado del año pasado al ingeniero Rodríguez Pimentel por ante el Tribunal Contencioso y Tributario de Santo Domingo, supuestamente por no entregar a tiempo informaciones sobre la construcción de la presa de Monte Grande, pero dicha querella no prosperó por falta de asidero.
Hay un interés tan marcado en hacerle daño al ingeniero Rodríguez Pimentel que el país entero pudo observar a través de una reciente entrevista pública que le hicieran al presidente de la Comisión Nacional de Ética y Combate a la Corrupción, doctor José Joaquín Bidó Medina, hombre ecuánime y parsimonioso y quien fuera sacado de sus cabales con la repetición de la misma pregunta del periodista cuando él expresó: “Yo no hago juicio de valor sobre nada ni digo si es falso o verdadero, porque yo soy presidente de la Comisión de Ética y toda afirmación que haga a una persona sobre algo que no se ha investigado, aunque lo publiquen con letra de oro y salga en los periódicos, es subjetiva hasta tanto se investigue”.
Con esta situación recordamos al poeta inglés Alexander Pope al proclamar “el que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de la primera.
La política es el debate de las ideas y el arte de lo posible y el ingeniero Rodríguez Pimentel debe estar consciente que esos sectores seguirán mintiendo y seguirán tratando de denigrarlo al hacerlo por encargo, mientras el amo, de lejos, se acoge al lema de los indios Dakota, cuando exclamaban: ´´es sencillo ser valiente a la distancia´´, y esos abusos se remontan a los inicios mismos de la República y esta mala costumbre del agravio la han sufrido en carne propia los hombres públicos, comenzando por el Padre de la Patria Juan Pablo Duarte, llegándose a la aberrante creencia de que es parte del quehacer político.
Las buenas normas del periodismo indican que hay que tener objetividad, ética, principios, honestidad y probidad y estos 5 vocablos deben concatenarse con la conducta de todo buen periodista en estos turbulentos tiempos, en los que hay casos cuestionados en el ejercicio del periodismo en el país que deben trabajar en base a esos principios y no ejercer el oficio por encargo o rumores.
Queremos terminar con aquellas muestras de nuestra sabiduría popular de que sólo se “le arrojan piedras a los árboles con frutos”, así como lo manifestado por Paul Joseph Goebbels, Ministro de propaganda del Tercer Reich bajo el mandato de Adolfo Hilter, “una mentira repetida adecuadamente muchas veces se convierte en una verdad, miente, miente que algo queda”.
Por Ramón Mercedes