En los últimos meses, la gran mayoría del pueblo dominicano ha estado pidiéndole al Presidente Leonel Fernández, la introducción de cambios urgentes en su política económica y en la renovación de su gabinete. En el argot popular, se le estaba pidiendo al presidente de la República que 'remeneara la mata' del tren gubernamental.
La petición tenía su origen en las constantes denuncias de supuestos o reales actos de corrupción en los que estarían involucrados algunos funcionarios del gobierno, y también por la precariedad y deterioro en los servicios básicos, el alto costo de la canasta familiar, el aumento del narcotráfico (en el que se involucran a hombres de uniforme), el aumento de la delincuencia e inseguridad ciudadana, el problema energético que, sin lugar a duda, ha colapsado de tal manera que el país se mantiene a oscuras debido a los constantes y prolongados apagones.
El presidente produjo introdujo cambios, pero los mismos no han llenado las expectativas de la población, que esperaba ver 'caras nuevas', pero en realidad se ha producido --y ello coincide mucha gente, un verdadero ' Fiasco'.
Se los considera más de lo mismo; simples cambios de fichas en lo que respecta a las posiciones de los funcionarios en diferentes dependencias del Estado, lo que genera reacciones adversas, descontento e insatisfacción.
Entre los funcionarios removidos y/o simplemente cambiados de sus cargos, están Héctor Rodríguez Pimentel, José Francisco Peña Guaba, Andrés Vanderhorst, Eduardo Selman y algunos otros.
El único cambio significativo y a juzgar por muchos, es el del empresario Celso Marranzini, designado como Vicepresidente de la CDEEE, en sustitución de Radhamés Segura, considerado el centro de uno de los últimos grandes escándalos de corrupción denunciados, pero que a su vez fue nombrado Asesor Energético del Poder Ejecutivo, con rango de Secretario de Estado. Y no sería ocioso recordar que
Marranzini fue presidente del Consejo Nacional de Empresas Privadas (CONEP), y había sido señalado como uno de los grandes beneficiarios de la privatización eléctrica.
Las sustituciones y designaciones se producen, precisamente, cuando el Presidente Fernández cumple su primer año de su nuevo mandato, en medio de una crisis que traspaso el blindaje de la economía del país y en medio de fuertes críticas, protestas y demandas populares de parte de diferentes sectores de la vida nacional, como es el caso de los médicos, quienes han mantenido pie de lucha en procura de mejoras salariales, pero los objetivos no parecen estar a la vista.
Está administración peledeísta carga, además, con los señalamientos que dicen que ha sido tolerante y que poco o ningún caso ha hecho de los constantes rumores de sobre actos dolosos que atentan contra el erario Público, y que ha sido ineficaz para combatir el narcotráfico que ya cubre toda la geografía nacional.
El senador oficialista Winston Guerrero, ha sido más que valiente y ha acusado a los militares y policías de estar en complicidad con narcotraficantes, la delincuencia y criminalidad imperantes.
Pero ya parece una tradición en Fernández de mantener sus mismos funcionarios, sin importarle los escándalos que se denuncian, y lo que se ha producido en este 16 de agosto parece confirmarlo. No ha habido rostros nuevos, y por lo tanto ya en lo sucesivo no habría esperar cosas distintas.
Como es una realidad palpable, solo nos queda unimos al coro de voces que cantan la contagiosa composición musical del merenguero José Peña Suazo y la Banda Gorda, "Y sigo subido en el palo! o como diría la Fania All Stars: Quítate tu pa’ponerme yo.
Por CARMEN METZ
La petición tenía su origen en las constantes denuncias de supuestos o reales actos de corrupción en los que estarían involucrados algunos funcionarios del gobierno, y también por la precariedad y deterioro en los servicios básicos, el alto costo de la canasta familiar, el aumento del narcotráfico (en el que se involucran a hombres de uniforme), el aumento de la delincuencia e inseguridad ciudadana, el problema energético que, sin lugar a duda, ha colapsado de tal manera que el país se mantiene a oscuras debido a los constantes y prolongados apagones.
El presidente produjo introdujo cambios, pero los mismos no han llenado las expectativas de la población, que esperaba ver 'caras nuevas', pero en realidad se ha producido --y ello coincide mucha gente, un verdadero ' Fiasco'.
Se los considera más de lo mismo; simples cambios de fichas en lo que respecta a las posiciones de los funcionarios en diferentes dependencias del Estado, lo que genera reacciones adversas, descontento e insatisfacción.
Entre los funcionarios removidos y/o simplemente cambiados de sus cargos, están Héctor Rodríguez Pimentel, José Francisco Peña Guaba, Andrés Vanderhorst, Eduardo Selman y algunos otros.
El único cambio significativo y a juzgar por muchos, es el del empresario Celso Marranzini, designado como Vicepresidente de la CDEEE, en sustitución de Radhamés Segura, considerado el centro de uno de los últimos grandes escándalos de corrupción denunciados, pero que a su vez fue nombrado Asesor Energético del Poder Ejecutivo, con rango de Secretario de Estado. Y no sería ocioso recordar que
Marranzini fue presidente del Consejo Nacional de Empresas Privadas (CONEP), y había sido señalado como uno de los grandes beneficiarios de la privatización eléctrica.
Las sustituciones y designaciones se producen, precisamente, cuando el Presidente Fernández cumple su primer año de su nuevo mandato, en medio de una crisis que traspaso el blindaje de la economía del país y en medio de fuertes críticas, protestas y demandas populares de parte de diferentes sectores de la vida nacional, como es el caso de los médicos, quienes han mantenido pie de lucha en procura de mejoras salariales, pero los objetivos no parecen estar a la vista.
Está administración peledeísta carga, además, con los señalamientos que dicen que ha sido tolerante y que poco o ningún caso ha hecho de los constantes rumores de sobre actos dolosos que atentan contra el erario Público, y que ha sido ineficaz para combatir el narcotráfico que ya cubre toda la geografía nacional.
El senador oficialista Winston Guerrero, ha sido más que valiente y ha acusado a los militares y policías de estar en complicidad con narcotraficantes, la delincuencia y criminalidad imperantes.
Pero ya parece una tradición en Fernández de mantener sus mismos funcionarios, sin importarle los escándalos que se denuncian, y lo que se ha producido en este 16 de agosto parece confirmarlo. No ha habido rostros nuevos, y por lo tanto ya en lo sucesivo no habría esperar cosas distintas.
Como es una realidad palpable, solo nos queda unimos al coro de voces que cantan la contagiosa composición musical del merenguero José Peña Suazo y la Banda Gorda, "Y sigo subido en el palo! o como diría la Fania All Stars: Quítate tu pa’ponerme yo.
Por CARMEN METZ