Los héroes de Junio vencieron todo tipo de obstáculos para venir a combatir la tiranía trujillista. Los expedicionarios de Maimón y Estero Hondo apenas salieron de Cuba y ya tenían problemas en su empeño de pisar tierras dominicanas.
Los que llegaron por Constanza encontraron adversidades desde antes de internarse en las montañas.
No obstante, como eran patriotas auténticos, muchos vinieron convencidos de que su inmolación sería un aporte por el futuro de dignidad para el pueblo dominicano, consagrado en el programa mínimo de liberación que traían en sus mochilas.
Lo que jamás pensaron los héroes de Junio fue que al cabo del medio siglo de su gloriosa gesta, sus ideales por sustanciales cambios sociales y por la democracia plena estarían mutilados por las manos de poderosos intereses contrarios a sus propósitos de liberación.
Constituye una grosera burla hablar a una población atrapada por el analfabetismo y la falta de formación escolar exaltando los ideales de los héroes, mientras se oculta la responsabilidad parcial o directa en el incumplimiento en la cristalización de sus ideales.
No se respeta la sangre derramada en Constanza, Maimón y Estero Hondo, cuando se transita el “camino bueno” proclamado por Balaguer un 2 de junio, hostil al sueño de los mártires.
Muy pocos se atreven a decir que “valió la pena” el derramamiento de la sangre de la Raza Inmortal, insinuando veladamente que se han alcanzado sus objetivos.
Esto para no citar una gorra verdinegra que no le luce a quien se equivoca en la primera estrofa del himno del “14 de Junio”.
Mientras tanto, una representación de la Fundación Testimonio proclamó al subir la montaña ¡En Constanza nació la esperanza! en sencillo pero sincero homenaje a los héroes de la Raza Inmortal. Así se hizo también en Nueva York, en Mao, Montecristi, Santiago, San Pedro de Macorís. Y como se hará el próximo domingo 20 en Puerto Plata, para rendir tributo a los que llegaron por Maimón y Estero Hondo.
Por: Raúl Pérez Peña (Bacho)
columnapancarta@yahoo.com
Fuente: http://www.listindiario.com
Los que llegaron por Constanza encontraron adversidades desde antes de internarse en las montañas.
No obstante, como eran patriotas auténticos, muchos vinieron convencidos de que su inmolación sería un aporte por el futuro de dignidad para el pueblo dominicano, consagrado en el programa mínimo de liberación que traían en sus mochilas.
Lo que jamás pensaron los héroes de Junio fue que al cabo del medio siglo de su gloriosa gesta, sus ideales por sustanciales cambios sociales y por la democracia plena estarían mutilados por las manos de poderosos intereses contrarios a sus propósitos de liberación.
Constituye una grosera burla hablar a una población atrapada por el analfabetismo y la falta de formación escolar exaltando los ideales de los héroes, mientras se oculta la responsabilidad parcial o directa en el incumplimiento en la cristalización de sus ideales.
No se respeta la sangre derramada en Constanza, Maimón y Estero Hondo, cuando se transita el “camino bueno” proclamado por Balaguer un 2 de junio, hostil al sueño de los mártires.
Muy pocos se atreven a decir que “valió la pena” el derramamiento de la sangre de la Raza Inmortal, insinuando veladamente que se han alcanzado sus objetivos.
Esto para no citar una gorra verdinegra que no le luce a quien se equivoca en la primera estrofa del himno del “14 de Junio”.
Mientras tanto, una representación de la Fundación Testimonio proclamó al subir la montaña ¡En Constanza nació la esperanza! en sencillo pero sincero homenaje a los héroes de la Raza Inmortal. Así se hizo también en Nueva York, en Mao, Montecristi, Santiago, San Pedro de Macorís. Y como se hará el próximo domingo 20 en Puerto Plata, para rendir tributo a los que llegaron por Maimón y Estero Hondo.
Por: Raúl Pérez Peña (Bacho)
columnapancarta@yahoo.com
Fuente: http://www.listindiario.com
