En su disertación en la cumbre de las Naciones Unidas, en fecha 21 de septiembre de 2010, el Presidente de la República, Leonel Fernández, dijo que la República Dominicana no va a poder cumplir con las metas del milenio en lo relativo a la educación y a la reducción de la pobreza extrema, y todo por culpa, según él, de la crisis financiera vivida por el país en el año 2003, por la crisis financiera de Estados Unidos, por el incremento de los precios del petróleo y por los fenómenos naturales que generan desastres.
Un Presidente que en el año 2010 dice que la culpa de no poder cumplir nuestras metas del milenio radica en la crisis financiera del año 2003, se nos parece a un estudiante universitario que al reprobar un examen de física vectorial culpa de ello a su profesor de kínder garden por no haberle enseñado que un vector tiene magnitud, dirección y sentido. Por eso es que hay gobiernos que no tienen dirección, ni tienen sentido.
Un Presidente que está gobernando de forma continua desde el año 2004, y en el año 2010 dice que la culpa de sus fracasos está en la crisis financiera del año 2003, demuestra su total y absoluta incapacidad administrativa, porque cuando él se presentó como candidato presidencial en el año 2003, ya la crisis existía y era de todos conocida, y el dijo que había que salir de ese gobierno malo y votar por él para tener un gobierno bueno, y 6 años son más que suficientes para resolver una crisis.
Un Presidente que ha gobernado un país durante 10 años, incluyendo los últimos seis años, y que todo el tiempo ha dicho que “e’ pa’ lante que vamos”, no debe decir frente a los demás jefes de Estados y de Gobiernos que no vamos a poder cumplir con las metas del milenio por causa del incremento de los precios del petróleo y por la crisis financiera de Estados Unidos, porque muchos otros países están cumpliendo con esas mismas metas, no obstante ser afectados por los mismos factores.
Un Presidente que durante sus gestiones ha visto pasar el huracán Georges (22 septiembre de 1998), la tormenta Noel (28 octubre 2007) y la tormenta Olga (11 diciembre 2007) no debe culpar a la naturaleza por el incumplimiento de las metas del milenio, sino a sus malos funcionarios, porque fue su Director de la Defensa Civil quien le dijo al país que el huracán Georges no vendría, justo en el mismo momento en que el huracán estaba tocando tierra en la provincia La Altagracia; fueron sus funcionarios quienes estaban durmiendo cuando la tormenta Noel ya estaba en Barahona y en San José de Ocoa; y fueron sus funcionarios quienes nos refutaron cuando dijimos, durante 10 horas, a través de la emisora Zeta 101, que la tormenta Olga estaba cerca, que la presa de Tavera estaba casi llena, y que era necesario evacuar a la gente de Santiago y luego abrir las compuertas de la presa de forma controlada. Estos fenómenos pasaron por Cuba y no provocaron desastres porque el gobierno cubano actuó de forma correcta.
Los desastres los ha provocado este gobierno, y no la naturaleza, y la culpa del incumplimiento de las metas del milenio es del gobierno y no de la naturaleza.
El país se comprometió a invertir el 4% del PIB para mejorar la educación y cumplir las metas del milenio, pero este gobierno apenas invierte 1.8% del PIB en la educación y el resto lo destina a la construcción del metro de Santo Domingo, porque esa es su meta del milenio.
Leonel encontró la pobreza extrema por encima del 10% de la población, y hoy día, 6 años después de haber asumido de nuevo el gobierno, la pobreza extrema sigue estando por encima del 10% de la población, porque el dinero que debió destinar a reducir la pobreza extrema lo ha invertido en el metro de Santo Domingo, porque esa es su meta del milenio.
La crisis financiera vivida por el país en el año 2003 no fue obstáculo para que el Presidente de la República iniciara en el año 2005 un costoso Metro de Santo Domingo cuyo emprendimiento se hizo sin consultar al pueblo dominicano y desoyendo las opiniones de los expertos dominicanos y de los organismos internacionales que dijeron (y dijimos) que el Metro no era la solución al problema del transporte público urbano, sino un sistema de autobuses rápidos articulados, tipo el Transmilenio de Bogotá, y hemos visto que luego de inaugurada la primera línea del metro los tapones se han agravado y la ciudad es un caos.
La primera línea del Metro de Santo Domingo, levantada contra viento y marea, sin los debidos estudios geofísicos de suelos, sin planos aprobados por la Secretaría de Estado de Obras Públicas, y sin el menor rigor científico, nos costó más de mil millones de dólares, y apenas monta entre 10 mil y 14 mil pasajeros diariamente, pero como el pasajero que va, generalmente regresa a su hogar, habría que dividir esas cifras por la mitad y tendríamos que la obra suministra transporte diario para unas 5 mil a 7 mil personas, es decir, menos del uno por mil de la población dominicana, aunque lo pagamos todos los contribuyentes.
La primera línea del metro consume un subsidio del orden de los 3,000 millones de pesos anuales, es decir, más de 8 millones de pesos diarios, equivalentes a casi 700 pesos por cada pasajero que se monta, y ese dinero hay que sacarlo de la educación, de la salud y de los planes de mitigación de la pobreza. Por eso el Presidente admite en la ONU que no podremos cumplir con las metas del milenio, pero tenemos un metro que sí cumple con las metas del milenio y con las metas de Leonel.
La segunda línea del metro, iniciada a pesar de la crisis financiera vivida por el país en el año 2003, también nos está costando más de mil millones de dólares, y hasta el momento ha acumulado deudas por más de 300 millones de dólares con unos 400 contratistas nacionales y extranjeros, y ello ha motivado que el metro haya hecho su primera parada, pero en esta parada no se han subido nuevos pasajeros estudiantes, ni se han subido los enfermos que van al hospital, sino que se han bajado algunos contratistas que ya han quebrado y están al borde de una crisis psicológica fruto del acoso judicial de sus acreedores. Pero eso no le importa al Presidente, porque tenemos un metro que es más importante que la educación, más importante que la salud y más importante que la reducción de la pobreza. Para Leonel el metro es la meta del milenio.
Cuando las líneas 1 y 2 del metro estén en operación simultánea, el subsidio anual subirá a unos 7,000 millones de pesos, pero habrá más tapones que ahora, aunque con ese dinero podríamos financiar 140,000 micro empresas anualmente, lo que indica que en 4 años podríamos crear unas 560,000 micro empresas que mejoren las condiciones de vida de 2 millones de dominicanos, equivalentes al 20% de la población dominicana, y con eso eliminaríamos la pobreza extrema que sufre poco más del 10% de nuestra población, y cumpliríamos una de las principales metas del milenio, pero para Leonel la meta es el metro, aunque el país se hunda en la pobreza.
Lástima que vivimos en una sociedad anestesiada e indiferente, donde todavía hay gente que dice que “e’ pa’ lante que vamos”, aunque en las Naciones Unidas nuestro Presidente admita que hemos ido para atrás, pero bien atrás, y hay que ser muy adulón, para después de este discurso de frustración seguir pensando en su reelección.
Por: R. Osiris de León.
Un Presidente que en el año 2010 dice que la culpa de no poder cumplir nuestras metas del milenio radica en la crisis financiera del año 2003, se nos parece a un estudiante universitario que al reprobar un examen de física vectorial culpa de ello a su profesor de kínder garden por no haberle enseñado que un vector tiene magnitud, dirección y sentido. Por eso es que hay gobiernos que no tienen dirección, ni tienen sentido.
Un Presidente que está gobernando de forma continua desde el año 2004, y en el año 2010 dice que la culpa de sus fracasos está en la crisis financiera del año 2003, demuestra su total y absoluta incapacidad administrativa, porque cuando él se presentó como candidato presidencial en el año 2003, ya la crisis existía y era de todos conocida, y el dijo que había que salir de ese gobierno malo y votar por él para tener un gobierno bueno, y 6 años son más que suficientes para resolver una crisis.
Un Presidente que ha gobernado un país durante 10 años, incluyendo los últimos seis años, y que todo el tiempo ha dicho que “e’ pa’ lante que vamos”, no debe decir frente a los demás jefes de Estados y de Gobiernos que no vamos a poder cumplir con las metas del milenio por causa del incremento de los precios del petróleo y por la crisis financiera de Estados Unidos, porque muchos otros países están cumpliendo con esas mismas metas, no obstante ser afectados por los mismos factores.
Un Presidente que durante sus gestiones ha visto pasar el huracán Georges (22 septiembre de 1998), la tormenta Noel (28 octubre 2007) y la tormenta Olga (11 diciembre 2007) no debe culpar a la naturaleza por el incumplimiento de las metas del milenio, sino a sus malos funcionarios, porque fue su Director de la Defensa Civil quien le dijo al país que el huracán Georges no vendría, justo en el mismo momento en que el huracán estaba tocando tierra en la provincia La Altagracia; fueron sus funcionarios quienes estaban durmiendo cuando la tormenta Noel ya estaba en Barahona y en San José de Ocoa; y fueron sus funcionarios quienes nos refutaron cuando dijimos, durante 10 horas, a través de la emisora Zeta 101, que la tormenta Olga estaba cerca, que la presa de Tavera estaba casi llena, y que era necesario evacuar a la gente de Santiago y luego abrir las compuertas de la presa de forma controlada. Estos fenómenos pasaron por Cuba y no provocaron desastres porque el gobierno cubano actuó de forma correcta.
Los desastres los ha provocado este gobierno, y no la naturaleza, y la culpa del incumplimiento de las metas del milenio es del gobierno y no de la naturaleza.
El país se comprometió a invertir el 4% del PIB para mejorar la educación y cumplir las metas del milenio, pero este gobierno apenas invierte 1.8% del PIB en la educación y el resto lo destina a la construcción del metro de Santo Domingo, porque esa es su meta del milenio.
Leonel encontró la pobreza extrema por encima del 10% de la población, y hoy día, 6 años después de haber asumido de nuevo el gobierno, la pobreza extrema sigue estando por encima del 10% de la población, porque el dinero que debió destinar a reducir la pobreza extrema lo ha invertido en el metro de Santo Domingo, porque esa es su meta del milenio.
La crisis financiera vivida por el país en el año 2003 no fue obstáculo para que el Presidente de la República iniciara en el año 2005 un costoso Metro de Santo Domingo cuyo emprendimiento se hizo sin consultar al pueblo dominicano y desoyendo las opiniones de los expertos dominicanos y de los organismos internacionales que dijeron (y dijimos) que el Metro no era la solución al problema del transporte público urbano, sino un sistema de autobuses rápidos articulados, tipo el Transmilenio de Bogotá, y hemos visto que luego de inaugurada la primera línea del metro los tapones se han agravado y la ciudad es un caos.
La primera línea del Metro de Santo Domingo, levantada contra viento y marea, sin los debidos estudios geofísicos de suelos, sin planos aprobados por la Secretaría de Estado de Obras Públicas, y sin el menor rigor científico, nos costó más de mil millones de dólares, y apenas monta entre 10 mil y 14 mil pasajeros diariamente, pero como el pasajero que va, generalmente regresa a su hogar, habría que dividir esas cifras por la mitad y tendríamos que la obra suministra transporte diario para unas 5 mil a 7 mil personas, es decir, menos del uno por mil de la población dominicana, aunque lo pagamos todos los contribuyentes.
La primera línea del metro consume un subsidio del orden de los 3,000 millones de pesos anuales, es decir, más de 8 millones de pesos diarios, equivalentes a casi 700 pesos por cada pasajero que se monta, y ese dinero hay que sacarlo de la educación, de la salud y de los planes de mitigación de la pobreza. Por eso el Presidente admite en la ONU que no podremos cumplir con las metas del milenio, pero tenemos un metro que sí cumple con las metas del milenio y con las metas de Leonel.
La segunda línea del metro, iniciada a pesar de la crisis financiera vivida por el país en el año 2003, también nos está costando más de mil millones de dólares, y hasta el momento ha acumulado deudas por más de 300 millones de dólares con unos 400 contratistas nacionales y extranjeros, y ello ha motivado que el metro haya hecho su primera parada, pero en esta parada no se han subido nuevos pasajeros estudiantes, ni se han subido los enfermos que van al hospital, sino que se han bajado algunos contratistas que ya han quebrado y están al borde de una crisis psicológica fruto del acoso judicial de sus acreedores. Pero eso no le importa al Presidente, porque tenemos un metro que es más importante que la educación, más importante que la salud y más importante que la reducción de la pobreza. Para Leonel el metro es la meta del milenio.
Cuando las líneas 1 y 2 del metro estén en operación simultánea, el subsidio anual subirá a unos 7,000 millones de pesos, pero habrá más tapones que ahora, aunque con ese dinero podríamos financiar 140,000 micro empresas anualmente, lo que indica que en 4 años podríamos crear unas 560,000 micro empresas que mejoren las condiciones de vida de 2 millones de dominicanos, equivalentes al 20% de la población dominicana, y con eso eliminaríamos la pobreza extrema que sufre poco más del 10% de nuestra población, y cumpliríamos una de las principales metas del milenio, pero para Leonel la meta es el metro, aunque el país se hunda en la pobreza.
Lástima que vivimos en una sociedad anestesiada e indiferente, donde todavía hay gente que dice que “e’ pa’ lante que vamos”, aunque en las Naciones Unidas nuestro Presidente admita que hemos ido para atrás, pero bien atrás, y hay que ser muy adulón, para después de este discurso de frustración seguir pensando en su reelección.
Por: R. Osiris de León.