Los partidos son sociedades de hombres y mujeres libres que se organizan con el fin de conquistar el poder.
El partido Reformista Social Cristiano, como sociedad intermedia que es, para volver a triunfar tienen sus hombres y mujeres que ser libres de criterio y romper con lo mismo de siempre; las líneas, los engaños, las traiciones, y volver a los principios y la dignidad.
Demás está relatar la lamentable situación en que se encuentra nuestro partido. Pero si cambiamos la actitud, podemos relanzarlo y volver al poder en el 2012. Y eso es lo que nos proponemos e invitamos a todos nuestros compatriotas.
Cada reformista tiene que convertirse en un soldado defensor; de su propio criterio, de su conciencia, del Estatuto, de su comunidad, de su partido y de su patria. Y en cada decisión pensar si honra o no la memoria de nuestro líder y guía el Dr. Joaquín Balaguer.
Mientras grupos significativos sacrifiquen el interés de la organización, y servilmente se presten a seguir línea, que en el fondo saben responden a intereses personales, fracasaremos.
Los principales enemigos del partido son esos, los serviles. Los serviles, son y han sido los traidores de siempre.
Son esos individuos sin voluntad y sin criterio propio, esas almas tibias y timoratas, que morirán sin conocer jamás, ni la derrota, ni la victoria.
En toda época, en cada siglo, en cada coyuntura, esas almas cobardes son el principal enemigo interno a vencer en toda organización o pueblo, por los individuos de carácter y de principios.
¡Podemos volver al poder! El reformismo puede volver al Palacio Nacional. Pero sus hombres y mujeres tienen que sincerarse consigo mismo y decidir actuar; o como valientes independientes solo comprometido con el partido y con la patria, o como cobardes individualistas al servicio de intereses impuros.
Todos sabemos que entre las desgracias del Partido Reformista, es que hay un grupo que está en el poder, a cambio de mantener como bisagra el partido, sacrificando la dirigencia y hasta la patria misma, que está siendo llevada a la desarticulación.
Es hora de sacrificio y de patriotismo para los auténticos reformistas. Mientras dirigentes reformistas sean cómplice de este desastre de gobierno, no tendremos credibilidad ante la sociedad. Y no nos creerán, ni votaran por nosotros, por lo tanto no podremos regresar al poder.
Por lo que, o renuncian los que son funcionarios o debemos excluirlos de los organismos de dirección del partido.
El país está en cuidado intensivo; es urgente regresar al poder a continuar la obra de Balaguer; rescatar el campo, crear una red nacional de agroindustrias para crear millares de empleos e incrementar nuestras exportaciones, destinar más de 40 mil millones por año, para prestarlo a la población para crear Mipymes, para generar más empleos y oportunidades, y tener los recursos necesarios para bajar los impuestos, y cumplir con el 4% para educación, y darle la mano amiga del estado a los sectores más vulnerables; los niños, los ancianos, los discapacitados y las madres solteras.
El dilema es; o ellos, los que quieren seguir negociando con el partido, o la patria. La decisión está en cada uno de ustedes, distinguidos miembros de la Comisión Política.
Por: Ricardo Espaillat
