Con alguna frecuencia, yo escribo descargas. ¿ Tú también escribes descargas? Bueno, para los que no las escriben, definamos aquí lo que es una descarga. Al menos ésta es mi definición de la misma. Si coincide con la tuya, mucho me alegrará. Si no es así, mucho me interesa conocerlo.

Una descarga no es un comentario. No es una noticia. No es un ensayo. Una descarga no es nada parecido a algo estudiado. Nada producto de una investigación o chequeo de textos sobre un tema.

La descarga se parece un poco al piropo, en cuanto que es un texto inmediatamente salido de una emoción. Una canción española decía que "el piropo es una flor de los labios desprendía". (Bueno, ya sabemos que, aquí, los americanos, salvo excepciones, no entienden el piropo y a veces lo confunden con lo que llaman "harassment", que el diccionario traduce como hostigamiento, persecución, vejamen). Claro, que aquí, como en cualquier ciudad hispana también puede haber ese Harassment. Pero. por supuesto, eso no es el piropo, que el piropo es una flor de los labios desprendía.

Una descarga se parece también a la sonora palabra o expresión que uno suelta cuando el martillo que usa, lejos de dar en la cabeza del clavo dá contra el dedo con que uno agarra el clavo. Se parecen en lo súbito y en lo espontáneo. No necesariamente en las palabras que uno usa en una u otra ocasión.

Una descarga envuelve otra característica. La descarga cubre solamente la responsabilidad de quien la escribe. Es siempre una opinión, una súbita opinión, muy personal. Por eso, no creo que un funcionario público o un dirigente de cualquier organización o grupo deba o pueda escribir descargas. Personas con demasiado temor a "herir susceptibilidades" o a "meter la pata" tampoco pueden escribir descargas.

Es pertinente aclarar que hay descargas orales y también escritas. Las orales suelen ser un poquito más espontáneas que las escritas.

Un amante de la música folclórica española podría comparar la descarga con la saeta, esa copla doliente y en apariencia espontánea e improvisada, salero y devoción de la Semana Santa Sevillana.

Un abrazo,

Tiberio Castellanos

Por: JOSÉ T. CASTELLANOS.