
No hay duda de que uno de los temas a tratar, será la precaria situación económica de la Nación y como repercutirá en su economía la difícil situación financiera mundial.
Hay que recordar que esas fuerzas vivas que hoy convoca el Presidente, le instaron en su momento a romper con la política de dispendio que venía practicando su administración, para que pudiera confrontar con éxito la crisis mundial que él no veía venir.
Se le alertó en contra de la construcción del Metro por considerase ex temporera, pues no había razón para construir un tren movido por energía eléctrica, cuando en el País había carencia de ese fluido.
Se le criticaba también el uso indiscriminado de fondos del estado en la pasada campaña electoral, lo cual sin duda menguo sensiblemente el presupuesto del pasado año.
Al invitarle la oposición a debatir sobre estos temas, el presidente se negó, alegando que sus adversarios no sabían conceptulizar, que nuestra economía estaba blindada.
Hoy nos damos cuenta que el blindaje del cual hablaba el Presidente, tan solo existía en su mente, por lo que la presente situación económica se debe a su arrogancia, a su testarudez y a su falta de previsión.
Si de verdad el mandatario quiere discutir la crisis económica presente, los dominicanos del exterior debemos estar representados en ese conclave, pues somos la fuerza económica más importante de la Nación.
Si se nos invita propondremos, recortar los salarios de los funcionarios que ganen más de 100 mil pesos, recortar la nomina gubernamental, combatir con energía la corrupción administrativa, el narcotráfico y la delincuencia.
Pero antes de asistir a la cumbre requeriríamos del Presidente, se baje del pedestal en que cree se encuentra, que reconozca con humildad sus limitaciones, pues con un Presidente testarudo, no se puede consensuar.
Por: Dr. Luis Manuel Campillo
