De cambios, podredumbre y burlas

Remover lo hediondo denuncia el contenido putrefacto. Podredumbre no es mi término: lo invocó el fallecido Lic. Miguel Cocco, ex-Director General de Aduanas. In Memoriam suya valido los ideales de los mejores hombres. El pasado 30 de marzo él denunció un “estado de podredumbre” en la administración pública.

A la vez que la desvinculó del Presidente de la República, lamentó que “falta una mano sancionadora y dura para ponerle coto”. Ante el reclamo nacional de sancionar a corruptos, nepotistas y desfalcadores los dominicanos obtuvimos la más desconcertante respuesta, algo más que una burla.

Son atribuciones de los mandatarios gobernar con el equipo que entiendan.

Y, también, sentirse tan por encima del origen de su poder, del pueblo, que la opinión, necesidades y aspiraciones de éste les pueden importar un bledo.

El voto sí, para instalarse como dictadorcillos cuatrienales. Esa perspectiva electoralista explica la actual corruptela y los “cambios”.

Obviando el ascenso de 3,145 militares y si politiza o no este estamento, focalicemos el interés oficial por cerrar el tema corruptela designando a un hombre de abnegado hacer; identificado con el Presidente desde la capitalización, que lo ha apoyado, al que deseamos éxitos y logros favorables para empresarios eléctricos y consumidores.

Pero pronto dijo a lo que vino: ¡A privatizar! ¡A, otra vez, el reparto! Mientras Marranzini asume, emerge una supuesta sobrevaloración en la recién inaugurada presa de Pinalito y ciertos actos políticos nutren la memoria colectiva, aun ocurrieran hace seis años. Recuerdan al nuevo responsable de la CDEEE como la voz empresarial y ecuánime que dio visos de credibilidad a la campaña de un “mal manejo” de la crisis bancaria que sacó del poder a las autoridades enfrentadas a los fraudes del 2003, al 11-S y al incremento del precio del petróleo.

Comparecía sumado a la corriente de opinión del equipo de campaña del Dr. Fernández, apuntalándolo. Una vez que este llegó al poder, Marranzini no fue incluido, a pesar de sus consabidas cualidades, sutiles habilidades y aspiraciones políticas. Pero palacio no lo tomaba en cuenta y esperó cinco años. Cuando en noviembre empezó el “match” Conep-CDEEE y luego apareció el fardo de datos contra Radhamés Segura, muchos se preguntaron: ¿de dónde salieron tantas pruebas en un país donde el expediente de Anisia Risi se esfumó? Que la denuncia incluyera un familiar del Ejecutivo hizo suspicaz que procediera del sector de Danilo Medina. Obviamente, el escándalo abría espacio a Marranzini.

Segura lo sabía y desde la CDEEE se trató de desacreditarlo. El empresario compareció a la TV, grave. El pasado 3 de agosto, en un artículo en el periódico El Caribe, dejó claro, advirtió, qué estaba en juego: las elecciones del 2010: “Las autoridades que resulten electas en el 2010 tendrán un período de mandato extendido, hasta el 2016”, afirmó. ¡El empresariado eléctrico no iba a regalar eso! El golpe político a Segura estaba dado, contundente. En noviembre pasado este afirmó que los empresarios querían la CDEEE. El gobierno se decidió por entregarla y, de paso, ¿pagar los servicios políticos brindados por Marranzini, amarrando el apoyo de los eléctricos para el 2010? El movimiento anticorrupción nacional fue usado para abrir paso al objetivo privatizador. Aprendamos.

Al designar a Marranzini, ¿se quiso satisfacer el reclamo de la gente? Jamás, según nuestra hipótesis. No entenderemos sus causas al margen de los que podrían ser objetivos políticos mediatos y a largo plazo del mandatario.

Y el rol que en ese plan desempeñarán los “empresarios” eléctricos.

Partamos de una hipótesis: si estuviésemos frente a un político en el poder, abocado a transformar, en mayo del 2010, la mayoría congresual PLDista, preponderantemente favorable a Danilo Medina, como se dice, por una que le responda a él, ¿qué rol a su favor desempañarían estos “cambios”? 1ro: Ganar a los empresarios eléctricos, para crear bases y los recursos necesarios para esa meta. 2do: al declararse desarrollista y ser proclamado “líder viviente de los reformistas balagueristas”, enviar a sus competidores internos el mensaje de “Mientras Leonel respire, que nadie aspire”. 3ro: desarticular la maquinaria política de Segura y, como a “rey muerto, rey puesto”, esperar que sus simpatizantes se les sumen, para mantener sus empleos y cononjías.

Esto lo confirmaría la primera declaración de don Celso: quedarán en la CDEEE los que justifiquen sus salarios, los que trabajen no deben temer.

La confirmación definitiva provendrá del movimiento de nómina, varianzas de contratos, servicios, estructura del gasto y suplidores mientras se privatiza, si se decide y logra ofender y burlar más aún al pueblo.

4to: “Equilibrar” el “desbalance” interno creado con la venta de Refidomsa a Venezuela: un socio-inversor que estaría “a la mano”, empático a sus aspiraciones del 2010 y 2016, al que lo une el tema de un referéndum ganable a billetazos. 5to: propinar a Danilo Medina y sus opositores internos una derrota tan terrible que los reduzca a polvo político. Y 6to: de nuevo en el poder, con referédum a mano, ¿dejarse tentar por la corona de laureles de los tiranos? Estos objetivos harían que los recientes “cambios” respondan a intereses políticos, exclusivamente personales y egoístas, y a las ansias de poder político y empresarial; que estén desvinculados del interés nacional y de las aspiraciones de “relanzamiento” del gobierno que albergaban muchos.

Por eso se preservan figuras extremadamente desacreditadas (le aportan casi el 1% de votos), ruines y pervertidas; les otorgan posiciones en el patio de Aduanas, haciéndonos evocar el caso de Anisia Rissi. ¿Es que asienta su candidatura del 2016 en la capicúa PLD o PRSC? En Ciertas “doctrinas” políticas “liderazgos” y “figuras” son iguales. En todo caso deberá construirse una mayoría electoral parasitaria pagada con los dineros públicos.

Y eso, ¿es corrupción o rezo de arcángeles? ¿A eso se suma nuestro empresariado? Es una hipótesis. Quizás un lego político como yo, que no se arrodilla ante hombres porque no olvida que de eso fuimos liberados el 30 de mayo de 1961, esté equivocado. ¡Ojalá! Pero de resultar cierta, impondría tareas precisas y nuevos paradigmas a las fuerzas nacionales comprometidas con la democracia, sin importar banderías.

Me embarga el temor de que las sombras de un peligro público innombrable para el desarrollo, destino y democracia dominicanos se ciernan sobre la patria.

Por: Ignacio Nova - 8/20/2009

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