El presente de nuestro Partido, exige el sacrificio de sus hijos. El hombre para ser capaz de realizar el supremo recurso del sacrificio debe poseer ante todos una fe capaz de mover montañas, aquella fe, que llevó al padre Abraham a no dudar para cumplir el voto impuesto por JEHOVA, el máximo sacrificio, el más difícil y el mas aterrador que se le puede pedir a un padre responsable: El sacrificio de la vida del retoño de sus amores.
La hora que vive nuestro Partido, exige de renuncias que rayan con el sacrificio. Debemos renunciar a nuestro propio yo, a nuestros intereses particulares en aras de robustecer, de hacer realidad una democracia no sólo formal, no únicamente justificada, por la capacidad de cada cierto tiempo de elegir a quienes dirigen el Partido. Disfrutamos de una democracia partidaria que no ha sido capaz de paliar si quiera los más ingentes problemas que nos plantea la cuestión partidaria. Es decir, que debemos transitar el espinoso y ríspido camino, que nos lleve al puerto seguro de una democracia plena, a lo interno de nuestra organización.
Nos reeditemos a SÍSIFO en su condena eterna; ni nos lancemos irreflexivamente de la roca TARPEYA en un holocausto a nuestras propias inconsecuencias. Antes al contrario, pisando el terreno firme de nuestra concepción doctrinaria, hagamos posible, en una realidad dialécticamente incontrovertible el paso de la democracia que tenemos a la democracia que aspiramos dentro de nuestra institución.
Confió, que hoy nosotros, podamos llegar decidido a convertirnos de nuevo en la esperanza, con una nueva directiva, no de un partido, no de unos cuantos, sino de toda una nación, que luchemos por una democracia para todos y para todas, que seamos conciente que hay cosas, que solo pueden ver “los ojos que han llorado”, como los ojos nuestros.
Hemos escogido hoy, la firmeza en vez de la duda, la confianza en vez de la desconfianza. Hemos elegido lo mejor para todos y no lo mejor para unos cuantos, hemos decidido luchar con la fuerza de la razón, con los pasos determinantes del soldado valiente que luchó por su pueblo aquel histórico 27 de febrero de 1844.
Sabemos que somos la esperanza y la vía que tiene este pueblo para seguir contando con una democracia participativa y realmente digna para él. Espero compatriotas que todos sepamos, que somos como la sal en los alimentos de nuestro pueblo, que no somos muy agradables, para algunos; pero que somos necesarios para mantener el equilibrio de nuestra democracia.
Estemos concientes hermanos, que este proyecto, no es para unos cuantos; este proyecto es el patrimonio patriótico de todos los dominicanos no importando su clase, su posición política o económica. Es de aquellos que se sientan identificados con nosotros y de los que se sientan adversarios del mismo. Este Partido nació para ser de todos los dominicanos.
Por: Carlos Rojas
WILLIS RAFAEL GENAO
Staff Prensa PRSC
La hora que vive nuestro Partido, exige de renuncias que rayan con el sacrificio. Debemos renunciar a nuestro propio yo, a nuestros intereses particulares en aras de robustecer, de hacer realidad una democracia no sólo formal, no únicamente justificada, por la capacidad de cada cierto tiempo de elegir a quienes dirigen el Partido. Disfrutamos de una democracia partidaria que no ha sido capaz de paliar si quiera los más ingentes problemas que nos plantea la cuestión partidaria. Es decir, que debemos transitar el espinoso y ríspido camino, que nos lleve al puerto seguro de una democracia plena, a lo interno de nuestra organización.
Nos reeditemos a SÍSIFO en su condena eterna; ni nos lancemos irreflexivamente de la roca TARPEYA en un holocausto a nuestras propias inconsecuencias. Antes al contrario, pisando el terreno firme de nuestra concepción doctrinaria, hagamos posible, en una realidad dialécticamente incontrovertible el paso de la democracia que tenemos a la democracia que aspiramos dentro de nuestra institución.
Confió, que hoy nosotros, podamos llegar decidido a convertirnos de nuevo en la esperanza, con una nueva directiva, no de un partido, no de unos cuantos, sino de toda una nación, que luchemos por una democracia para todos y para todas, que seamos conciente que hay cosas, que solo pueden ver “los ojos que han llorado”, como los ojos nuestros.
Hemos escogido hoy, la firmeza en vez de la duda, la confianza en vez de la desconfianza. Hemos elegido lo mejor para todos y no lo mejor para unos cuantos, hemos decidido luchar con la fuerza de la razón, con los pasos determinantes del soldado valiente que luchó por su pueblo aquel histórico 27 de febrero de 1844.
Sabemos que somos la esperanza y la vía que tiene este pueblo para seguir contando con una democracia participativa y realmente digna para él. Espero compatriotas que todos sepamos, que somos como la sal en los alimentos de nuestro pueblo, que no somos muy agradables, para algunos; pero que somos necesarios para mantener el equilibrio de nuestra democracia.
Estemos concientes hermanos, que este proyecto, no es para unos cuantos; este proyecto es el patrimonio patriótico de todos los dominicanos no importando su clase, su posición política o económica. Es de aquellos que se sientan identificados con nosotros y de los que se sientan adversarios del mismo. Este Partido nació para ser de todos los dominicanos.
Por: Carlos Rojas
WILLIS RAFAEL GENAO
Staff Prensa PRSC