Honduras: La causa de la escritora Rebeca Becerra

Compañeras y compañeros de Nuestra América y el mundo: La causa de la escritora Rebeca Becerra, que se expone en estos momentos ante la Fiscalía Especial de Derechos Humanos, habrá de resultar emblemática, pues por primera vez se lleva ante los tribunales a quienes, abusando de las prerrogativas que se otorgaron a si mismos los golpistas, atropellaron la dignidad, los derechos laborales y humanos de centenares de personas.

El caso de la escritora Rebeca Becerra y sus niñas es especial, pues ellas sostienen -con valor indomable- el asedio y las amenazas constantes de las fuerzas represivas, pese a tener una "medida cautelar". La causa de nuestra compañera Rebeca puede constituirse en un referente singular para conocer cómo se pronunciarán en adelante los jueces. La jurisprudencia a sentarse tiene en estos momentos de aguda crisis de los derechos humanos en Honduras capital importancia.

Reiteramos nuestra adhesión y solidaridad con Rebeca y sus hijas, y el fraterno compromiso de mantenernos siempre vigilantes. Confiamos plenamente en que el FNRP no habrá de cejar en su empeño de brindarle la ayuda y protección que ellas requieren, aun sin haberlo solicitado expresamente.

Para mejor comprensión del asunto trascribo su testimonio:


Yo Rebeca Becerra, acuso a Mirna Castro, a Juan Fernando Ávila Posas, disque Secretaria de Estado en el despacho de Cultura, Artes y Deportes y el otro Viceministro de Cultura; y todos aquellos que por medio de la traición han enfrentado al pueblo hondureño, los golpistas que juzgará la historia, y que están haciendo retroceder el estado de democracia que se desarrollaba en mi país. A los traidores y traidoras que dentro de la Secretaría fraguaron mi salida, estos y estas también arrastrarán en su conciencia hasta el día de su muerte la traición, no se les puede llamar de otra manera más que cobardes, cómplices del gobierno de facto.
Los denuncio por haberme, ilegítimamente, depuesto de mi cargo de Directora General del Libro y el Documento de esta Secretaría; por atrasar los procesos culturales emprendidos, por atentar contra la cultura.

Mi trabajo era llevar libros a los municipios más pobres de Honduras organizando bibliotecas (20 bibliotecas organizadas en menos de 2 años) en municipios donde nunca se había presentado un encargado de gobierno, de llevar el Bibliobús (promoción a la lectura) a los niños descalzos que no pueden acceder a un simple libro por la pobreza en la que viven. Mi trabajo se basó en impulsar un proceso de modernización en la Biblioteca, Archivo y Hemeroteca Nacionales, un proceso de digitalización que hoy peligra porque la ignorancia impera en el país. En fortalecer la Agencia Nacional del ISBN y atender hasta donde fuera posible las demandas de las dependencias a mi cargo.

Mi trabajo se basó en poner a trabajar gente que pernoctaba en sus cargos sin producir nada para el país, en despedir corruptos que se robaban los pocos recursos con que cuenta la Secretaría. En gestionar recursos para las dependencias. Se basó en imprimir libros, ¿acaso imprimir libros es un delito?, en apoyar a autores y autoras nacionales por medio de la compra de sus obras literarias para suplir la Red Nacional de Bibliotecas Públicas. En representar a mi país en el exterior dignamente. En hacer visible una dirección que agonizaba por falta de iniciativa, de visión y de compromiso.

Mi trabajo era apoyar a personas que venían del interior del país de colegios y escuelas públicas a solicitar libros para tener que leerles a sus alumnos. Personas sin recursos, que llegaban sin comer y que no podían irse con las manos vacías. Mi sensibilidad iba más allá de mi cargo como funcionaria pública hasta ofrecer parte de mi pago salarial para actividades y personas.

En apoyar a las y los artistas con producción de afiches, trifolios, etc. Nadie se fue de la Dirección General del Libro y el Documento con las manos vacías. Mi trabajo era mi compromiso con la cultura y con mi patria. Lo cumplí con honradez y entrega, sacrificando mi familia, trabajando horas extras, sábados y domingos y más allá del cansancio.

Gracias a los que me acompañaron en esta lucha a favor de la cultura a los Coordinadores y Directores que creyeron en las directrices; los exhorto a seguir adelante, no dejemos morir este trabajo que nos ha costado tanto sacrificio.Gracias a aquellos y aquellas que dentro de la Dirección General del Libro y el Documento, al Sindicato de la SCAD y otros/otras que no quiero mencionar porque me da asco, traicionaron este proceso cultural que se llevaba a cabo a favor del patrimonio bibliográfico y documental de la nación, el mal no me lo hacen a mí ni a mi familia si no a la CULTURA Y A NUESTRO PUEBLO.




A DECLARAR SOBRE CASO DE ESCRITORA REBECA BECERRA


El día viernes 26 de marzo Virgilio Paredes tendrá que comparecer ante la Fiscalía Especial de Derechos Humanos a declarar por el caso de la licenciada Rebeca Becerra despedida de la Secretaría de Cultura, Artes y Deportes (SCAD) días después del golpe del estado del 28 de junio de 2009 y detenida por orden de Myrna Castro y Virgilio Paredes junto con su hija menor de edad y trasladadas a la posta de El Manchén de Tegucigalpa argumentando que su detención se debía a extracción de documentos públicos de la SCAD cuando Becerra solamente se apersonó a realizar un simple trámite administrativo.

Rebeca Becerra, escritora reconocida a nivel Latinoamericano, y su familia han sido objeto de hostigamiento y amenazas a muerte desde ese día funesto, que cambió la cara política del país, hasta la fecha.

Virgilio Paredes funge actualmente Gerente del Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH) sin cumplir con los requerimientos académicos que exige el reglamento interno del IHAH para ser Gerente de dicho instituto como ser historiador, antropólogo y/o arqueólogo. Al momento de la detención de Becerra y su hija de 6 años de edad Virgilio Paredes se desempeñaba como Administrador de facto en la Secretaría de Cultura, Artes y Deportes.

Además de este individuo ha sido demandada por la licencia Becerra la exministra de facto Myrna Castro que de un momento a otro deberá comparecer a la justicia.

Asimismo deberán presentarse este viernes las demandadas Melba Bardales y Maura Castillo, ambas dirigentes del Sindicato de dicha Secretaría, que en vez de defender a Becerra la acusaron públicamente a través de medios de comunicación como Radio Globo de extracción de documentos públicos, además argumentando defender a la ministra de facto Myrna Castro.

El despido de Becerra no fue justificado por lo que el delito puede ser tipificado como persecución política y no de abuso de autoridad como quiere hacerlo ver la Fiscalía Especial de Derechos Humanos, debido a que nos encontrábamos en medio de un golpe de estado y las autoridades eran de factas. La nota de despido no especifica las razones de por qué Becerra debía abandonar su cargo de Directora General en la SCAD, Becerra además era Secretaria Nacional de Cultura de la Coordinadora Educativa y Cultural Centroamericana (CECC), dependiente del Sistema de integración Centroamericano (SICA) y realizaba una labor sin precedentes en la Dirección General del Libro y el Documento.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos presiona al Estado de Honduras porque se dé seguridad a Becerra por la situación de indefensión en que actualmente se encuentra junto a sus dos hijas menores de edad, sometidas a presiones psicológicas y hostigamientos; menores a las que se les están violentando sus derechos humanos.

“No dejaré pasar la injusticia que se ha cometido contra mi persona y mi familia, si la Fiscalía Especial de Derechos Humanos no resuelve a mi favor, continuaré mi denuncia y demanda a otro nivel” expresó Becerra. “Me han pedido que tome las medidas de seguridad necesarias como ser cambiarme de ciudad, esconderme en casas de seguridad, irme del país, pero yo no soy ninguna delincuente para andar huyendo o exiliarme del país que amo, que me ha dado tanto y al cual con mi trabajo cultural quiero devolver. Los delincuentes son otros y deben ser llevados a los tribunales, los delincuentes fueron los que perpetraron un golpe de estado y nos tiene sumidos en un estado de indefensión y criminalidad no visto antes en el país, los delincuentes están ocupando cargos públicos y es necesario señalarlos sin temor.

Si no nos exiliamos en los años ochenta cuando mi familia (padres y hermanos/as) fuimos sometidos a amenazas de muerte, hostigamiento psicológico, agresión física por la desaparición de mi hermano Eduardo Becerra Lanza, no lo haré ahora”.

La Fiscalía Especial de Derechos Humanos le ha ofrecido a Becerra seguridad a través de vigilancia con miembros de la policía o el ejército nacional, Becerra se ríe y responde “esos son los enemigos del pueblo hondureño, los que torturaron y asesinaron a mi hermano Eduardo Becerra Lanza, los que desaparecieron y torturaron a mi padre, los que de niños/as nos pusieron el fusil en nuestros pechos y estómagos; aceptar semejante bajeza es traicionar la memoria de mis muertos, es traicionar la lucha de mi madre y toda la familia, y traicionar la lucha del pueblo hondureño, la resistencia; es admitir que el que asesina quiere lavarse las manos.”
Fecha: jueves, 25 de marzo de 2010, 06:39 pm.

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