La Barrick Vs. el país

Triste desempeño el de Octavio López en Uno más Uno. Se comportó más como empleado de la Barrick Gold que como representante de Estado dominicano. ¿Quién le paga? Creíamos, hasta ver su intervención en este espacio, que era director de Minería. A no ser que ese organismo haya sido endosado a esta firma, como parte del lesivo contrato bajo cuestionamiento.

Lógico era verlo defender los intereses del Estado, como lo hicieron, con valentía, los dominicanos Osiris de León, Jaime Aristy Escuder y Luis Carvajal. Sentado en la misma barra, al lado del gerente y el abogado de la minera norteamericana y canadiense, no dejó ninguna duda de los intereses que representa.

El agente legal de la Barrick perdió la compostura tras ver la ineficacia de las martingalas y cartas sacadas debajo de la manga, desconcertado frente a una contraparte juiciosa y de entrevistadores muy diestros en el análisis y la precisión.

Osiris de León insistió en una justa participación del Estado dominicano en las utilidades. Somos los dueños de los yacimientos, por tanto nos corresponde el 50% de las utilidades.

Sorprendentemente, el director de Minería rechaza esta demanda. La Iglesia en manos de Lutero. Camina, aplicado y obediente soldado, un paso más del representante de la multinacional. En su lugar, Luis Carvajal, corajudo y tozudo, levantó la bandera dominicana para pedir que el país sea resarcido justamente en el alto costo ambiental, sin que la empresa lo deduzca de los beneficios.

Jaime Aristy Escuder habló sobre las posibilidades de un delierado abultamientos de los gastos para presentar bajos beneficios netos, de manera que superen el margen del 10% aceptado como tope para cubrir el financiamiento durante cinco años. La cifra anunciada como inversión preliminar ha sido multiplicada por 10. Una pregunta quedó sin contestar. ¿Cuál es la garantía o quien garantiza inversión en marcha?

Y algo nos quedó bien claro: ahora es cuando comienza la lucha para que la Barrick acepte que tanto la mina como el costo ambienta como resultado de su explotación supera con crece su inmersión. Debemos ponernos de pie para que el contrato sea revisado, de manea que el Estado dominicano reciba los 1,200 millones de pesos que dejará de recibir de permanecer como ha sido concertado.

Por: Eduardo Álvarez

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