El Cólera es una infección intestinal de aparición súbita producida por una bacteria aeróbica (vive en presencia de oxigeno) gran negativa (se tiñe de azul con la tinción de gran) la cual posee un periodo de incubación de horas hasta 5 días, llamada: “Vibrión Colerae”.
Este organismo posee un flagelo polar que le permite moverse, produce una “entero toxina” (toxina que ataca al intestino) que causa diarrea la cual puede alcanzar hasta treinta deposiciones en 24 horas.
La diarrea es fétida o con olor a pescado, con apariencia de agua de arroz por la que se puede perder hasta un litro de liquido cada hora. De no ser tratada conduce a una deshidratación grave, acidosis metabólica, colapso vascular, fallo renal y muerte.
El organismo se transmite por la contaminación de los alimentos o del agua con material fecal infectado, si las condiciones le son favorables puede sobrevivir a la intemperie entre 5 y 7 días en espera de introducirse en un nuevo huésped.
Los signos nos hacen sospechar de la enfermedad: son la ausencia o poca fiebre, el gran número de deposiciones, la disminución de los glóbulos blancos (leucocitos) en sangre, las eses no presentan leucocitos ni gérmenes.
El diagnostico se establece identificando el Vibrión, detectando sus anticuerpos o sus antígenos.
El tratamiento debe estar dirigido al remplazo cuidadoso de líquidos y electrolitos, en los casos más graves está indicado el uso de antibióticos.
Con tratamiento adecuado el 100% de los enfermos debe restablecerse sin secuela alguna, en un periodo de una semana.
La prevención es la medida más importante para controlar una pandemia como la presente, debe estar orientada al establecimiento de medidas básicas de higiene, cocer los alimentos, hervir el agua y disponer adecuadamente de las aguas negras.
En un pequeño país como el nuestro el total de la población debiera estar provista de agua potable y de un eficiente sistema de manejo de aguas residuales.
Pero hemos preferido contar con un costoso tren eléctrico a pesar de estar atravesando por una gran crisis energética y encontrarse gran parte de nuestra población viviendo en condiciones infra humanas.
Este es un escenario que podría costarnos muy caro, no tan solo en término de de vidas sino también en términos económicos.
Pues el miedo a las enfermedades infecciosas producto de la imprevisión de nuestras autoridades, podría desacelerar el TURISMO, el cual representa para el país 4 mil millones de dólares cada año, situándose como el renglón más productivo de nuestra economía.
Por: Luis Campillo
