No es menos cierto que el éxito alcanzado por algunos empresarios en la República Dominicana, que luego de tener un gran poder económico han tratado de convertirse en políticos. Ha causado un gran sabor amargo a algunos de ellos y se fortalece cada día la teoría. Que el buen empresario siempre tiene un político muy malo en su interior.
Siempre hemos creído en la teoría. De que el Dinero no compra el poder. Pero el poder lo compra todo. Es el caso para nombrar de Jacinto Peynado. Extinto ex vicepresidente de la república y quien fuera también en las elecciones presidenciales del 1996 el candidato oficial por el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC). Jacinto invirtió parte de su fortuna y la de su familia en perseguir a todas costa la primera magistratura intentándolo sin tener ningún resultado.
En ese mismo tenor esta el caso del actual presidente del PRD, Miguel Vargas Maldonado, que de la misma manera que el antes mencionado Ex vicepresidente en dos ocasiones consecutivas, en el 2008 como candidato de su partido a la presidencia y en las pasadas primaria a invertido grandes recursos para obtener también la primera magistratura.
Tenemos también el caso del actual Canciller de la República y Presidente del PRSC, Carlos Morales Troncoso, quien luego de ser en dos ocasiones vicepresidente del extinto ex presidente Joaquín Balaguer, en palabras llanas y populares no pega una.
Carlos Morales pasó de ser el heredero inapto del Partido Reformista a ser un fiel empleado de un partido aliado con el cual se confabulo para destruirlo poco a poco con sus malos actos o con su falta de decisión de tomar las riendas de una responsabilidad histórica que le pertenece.
Conociendo a Morales Troncoso como muy bien puedo referir de su persona. El manejo de sus personeros y de aquellas personas que dicen que responden a sus órdenes cada día lo alejan de ser el hombre exitoso que fue en ámbito privado.
Su libro de lo Privado a lo Público lo llevara sobre sus hombros teniendo en su conciencia, en su historia pública el peso más grande que puede cargar un político. La destrucción de una herencia democrática que le fue entregada.
Ya me lo imagino como en aquellos tristes días en el 1995 cuando perdimos las primaria Internas en el PRSC, y luego al poco tiempo destituido del Ministerio de Relaciones Exterior.
Aquellos que en esos momentos decían que eran sus amigos todos se alejaron y en ese momento conocieron el sabor amargo de la soledad que se siente cuando se está fuera del poder, pocos nos quedamos y en este momento pocos se quedaran con él, porque en lo público sigue demostrando que muchos solamente para algunos personeros representan un empleo.
Por: Eddy Cruceta
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