Temor invade familias en viejos edificios coloniales

Arelis Hilario habla de la inseguridad en que vive  con sus hijas y
 su esposo, en la parte atrás de la casona colonial de la  Isabel La
 Católica, donde se han derrumbado parte de los techos. Hoy/Napoleón
Marte.
Miedo a algún desplome o a que las desalojen sin proveerles nuevos techos.

Para decenas de familias que moran en viejas casas de la Ciudad Colonial la incertidumbre tiene dos motivos de peso. De un lado están los presagios de que las autoridades procederán a desalojar los ruinosos edificios antes de que ocurra una desgracia. Además, la sorpresiva caída de paredes y techos no es pura teoría. Ayer se propagó la noticia de que a una mujer que resultó herida en el derrumbe de la calle Luperón días atrás le amputaron una pierna.

Ayer, Tomasa Bravo, que tiene 30 años viviendo en una de las ruinas, se adelantó a temer que las autoridades pretendan desalojar a las familias sin “darles nada”.

La incertidumbre se apoderó ayer de las familias que viven en las deterioradas casonas de la Ciudad Colonial que están a punto de colapsar, al recibir la noticia de que a Nidelca Torres, una de las personas que resultó mal herida con el derrumbre del edificio ubicado en calle Luperón esquina Arzobispo Meriño, le amputaron una pierna.

Residentes en algunas de las casas coloniales esperan que las autoridades tomen medidas ante la situación de amenaza de nuevos derrumbes en la zona porque alegan no tener recursos para trasladarse a otro lugar.

En la Ciudad Colonial hay familias que han desarrollado prácticamente toda su existencia en pequeños espacios sin tener que preocuparse por el pago de alquiler, agua ni recogida de basura, tal vez por eso tampoco se han preocupado por buscar un lugar más seguro.

Las familias residentes en el edificio que colapsó la semana pasada se han quedado en la calle a merced de los vecinos que le han dado alojamiento para pasar la noche, tal como declaró Juana Mojica, quien tiene 46 años residiendo en la vieja casona.

Con sus tres hijos y varios nietos, Juana dice que están a la espera de ayuda del Gobierno porque no tiene trabajo y vive de chiripa.

Dijo que aunque la Ciudad Colonial está llena de negocios, en las casas coloniales viven muchas familias pobres que trabajan en el día para comer en la noche.

De acuerdo con sus narraciones, la vecina a la que debieron amputarle una pierna por los golpes que recibió en el derrumbe de la edificación, se dedicaba a cuidar niños y vender comida. El día de la tragedia se encontraban cinco menores -entre estos uno de meses-, en una habitación viendo televisión y milagrosamente no fueron afectados.

Juana informó que ese viejo edificio se quemó dos veces. El último incendio ocurrió hace veinte años y nunca apareció un propietario.

Entre los heridos en el derrumbe se encuentran Guillermina Torres y José Abreu, que ya fueron dados de alta del hospital.

El drama de las familias también está focalizado en la casona ubicada en la calle Isabel La Católica 112, en donde Tomasa Bravo lleva 30 años residiendo en una cuartería.

“Las autoridades no dicen nada, no ofrecen ayuda y lo que quieren es que uno se vaya sin darnos nada”, dijo la señora que ha dado alojamiento en el frente a su vecina, Merca Benzan, una anciana que ya no puede subir al segundo piso donde está su cuartito.

Zoom

A punto colapsar

Otra casona colonial a punto de colapsar es la ubicada en la calle Luperón esquina Isabel la Católica. Esa está desocupada.

En Católica

La casona de la 112, en donde viven varias familias y varios hombres solos, se está casi cayendo, aseguran sus residentes. Hace seis años se registró un incendio y ha quedado mal parada, pero la gente sigue viviendo ahí.
Por: FIOR GIL ( f.gil@hoy.com.do).
Fuente: http://www.hoy.com.do

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