Historiador afirma que Cáceres y Balaguer fueron dos entreguistas represivos

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Al conmemorarse este sábado, 19 de noviembre, el centenario del magnicidio del presidente Ramón Cáceres, el historiador José C. Novas propuso revisar la historia y la figura del ex mandatario, al considerar que la idea de orden, paz y progreso asociada a sus gobiernos es una fábula inventada por intelectuales e historiadores que han maquillado la historia.

“Mon Cáceres era un entreguista que, al igual que Balaguer, utilizó muy bien la política para aparentar que no lo era”, dijo Novas,

El historiador sugirió también hacer una revisión de la historia del ex presidente Joaquín Balaguer, al entender que el título de Padre de la Democracia que le otorgó la clase política dominiante no corresponde a la verdad histórica. Balguer

“Es cuestionable que le hayan dado el título de Padre de la Democracia a una persona que nosotros sabemos que no fue el Padre de la Democracia”, puntualizó Novas. (Balaguer fue declarado Padre de la Democracia en el año 1997 cuando el Congreso Nacional era dominado mayoritariamente por los partidos Reformista Social Cristiano y Revolucionario Dominicano. El PLD tenía una representación importante en el Congreso, pero no decisiva, aunque se sumó de manera entusiasta a esta iniciativa presentada por el PRSC, y que los peledeístas y perredeítas acogieron. El Poder Ejecutivo estaba en manos del PLD, en la persona del presidente Leonel Fernández, que saludó y acogió la declaratoria).

José C. Novas, historiador dominicano residente en Estados Unidos, presentó recientemente su último libro “El presidente Cáceres. Fábula del progreso, el orden y la paz”, que propone una nueva mirada sobre sus gestiones de gobierno.

Mon Cáceres gobernó el país del 12 de enero del 1906 al 19 de noviembre del 1911, fecha en que fue asesinado cerca de la zona de Güibia, en la parte baja de la ciudad de Santo Domingo. El grupo que lo mató estaba dirigido por Luis Tejera, uno de los oficiales de la “Guardia de Mon”, e hijo del historiador Emiliano Tejera.

Durante sus gobiernos fue creado el Senado de la República, construida la avenida Independencia hasta lo que hoy se conoce como La Feria o Centro de Los Héroes, fue fundada la oficina de Obras Públicas –bajo la dirección de un norteamericano- y firmada la controversial Convención Dominico-Americana, que dio al gobierno de los Estados Unidos el control de las aduanas dominicanas como garantía del pago de la deuda externa.

También fue promovida una reforma constitucional que aumentó el periodo de gobierno a seis años, suprimió la vicepresidencia y anuló la pena de muerte.

¿Por qué su libro sobre Mon Cáceres se llama Fábula del progreso y no Historia del progreso?

La palabra fábula está perfectamente definida en los diccionarios. Es un género literario, tiene su espacio dentro de la literatura, pero también tiene un significado semántico que es el que la gente le ve al título.

Todo autor tiene derecho a escoger un título que cree el impacto que considere para llamar la atención. Pero en el caso del libro éste, la palabra fábula se corresponde con el contenido porque se ha creado una fábula sobre el periodo de Mon Cáceres, en el sentido de que fue de progreso, de paz y orden.

Es una fábula que no creó Mon Cáceres, sino la intelectualidad dominicana de la época y la que le siguió. Hubo muchos intelectuales, muchos historiadores que vivieron la etapa de Cáceres, que la vieron, que fueron testigos, y que de algún modo dicen que hubo progreso, que hubo paz y orden.

Yo en mi investigación lo que encuentro es que no hubo paz porque lo que hubo fue macana y carabinas, y el orden fue consecuencia de eso, del temor. Y el progreso…cuando tú duras cinco, seis años gobernando un país, y a los 100 años, que ahora estamos, tú no ves la evidencia de ese progreso. Qué evidencia queda de lo que hizo Cáceres? La avenida Independencia hasta La Feria y el Senado de la República. Esa es la única evidencia de ese periodo, no hay más nada.

De ahí viene el término fábula, para dar la visión de que los historiadores y los intelectuales que escribieron sobre ese periodo lo que hicieron fue una fábula de progreso o de orden y de paz por las razones que te acabo de explicar. La posteridad hizo una fábula de él, y a eso se refiere mi libro.

¿De dónde procede la figura de Mon Cáceres?

Mon tuvo un antecedente notorio en su padre. El padre de Mon Cáceres fue figura fundamental en el gobierno de Buenaventura Báez. Como tú conoces, Báez fue el presidente que en 1870 trató de anexar la República Dominicana a Estados Unidos como una posesión, no como un Estado.
En ese gobierno el padre de Mon Cáceres tuvo grandes funciones como militar y como miembro del gabinete de Buenaventura Báez. Pero Mon Cáceres en sí surge al espectro público con la conspiración en que mataron a Lilís.

Cuando al padre de Mon Cáceres lo asesinan aquí en la ciudad de Santo Domingo Mon Cáceres era un niño y el se crió en su ambiente, con su madre y sus hermanos, en la Estancia Nueva de Moca. Yo pienso, particularmente, como dominicano y como persona que tiene inquietudes en la historia, que lo que llevó a Mon Cáceres a involucrarse en la conspiración fue el hecho de que la apertura de los trenes, de los ferrocarriles que impuso Lilís en la región del Cibao, donde operaban los negocios de la recua que tenía Mon Cáceres, lo llevó a la quiebra. Yo creo que esa fue una de las razones por las que él se metió en la conspiración. Pero esa también es una opinión personal.

¿Antes del magnicidio Mon Cáceres no tenía una historia política?

En lo absoluto. Es posible que haya tenido una historia dentro del sistema de recuas o como un agricultor de cierta prominencia en Moca. Pero en el ámbito político y en el ámbito social, nacional, Mon Cáceres era totalmente desconocido hasta ese día.

¿La familia de Mon Cáceres quebró económicamente con el cambio de sistema?

Se fue casi a la quiebra porque los mayores ingresos de esa familia en ese momento eran por el sistema de recua.

El sistema de recua era algo parecido a lo que hoy son las franquicias de alquileres de automóvil. Mon Cáceres operaba un sistema de recua en la región del Cibao, en la que pasaba, por ejemplo de Moca a San Francisco de Macorís. Y ahí el tenía una persona con trescientos mulos, cincuenta bueyes de tirar carretas. El llegaba con un cargamento de queseyocuantos –estos son números imaginarios- con trescientos sacos de cacao, cambiaba todos los mulos y todas las carretas en San Francisco de Macorís y le subalquilaba esos animales y esas carretas a esas personas que él conocía. Cuando llegaba a Samaná, que tenía que cambiar de nuevo, hacía lo mismo. De un pueblo a otro había que cambiar carretas y bueyes y todo eso. Él operaba un sistema como ese.

Para esa época era un gran negocio de transporte que se fue abajo cuando se abrieron los trenes. Recuerda que el ferrocarril que iba de La Vega a Sánchez pasaba por Moca, pasaba por San Francisco de Macorís, atravesaba la cordillera y llegaba hasta la bahía de Samaná. Esa era la zona donde operaba Mon Cáceres con su recua.

Cuando posteriormente abrieron el otro llegaba desde Puerto Plata hasta Santiago, que era la otra ruta que operaba hacia el puerto de Puerto Plata con las recuas.

De manera que es de suponer que con la apertura de un ferrocarril que le tomaba dos horas llegar de Sánchez a La Vega no era lo mismo que coger una recua de veinte animales y salir para San Francisco de Macorís, llegar al otro día, y de San Francisco de Macorís a Nagua, y de Nagua a Sánchez. Eso era un viaje de una semana en mulos y caballos, atravesando ríos en barcazas.

El ferrocarril desplomó todo ese negocio que, lógicamente, no fue total porque de las lomas hacia los puntos de montaje en el ferrocarril había que llevarlo todavía en recua. La cosecha no se agarraba ahí, donde estaba la línea del tren. Pero no era lo mismo, el negocio no era el mismo para ellos.

Pienso yo que esa reducción llevó a la quiebra el negocio de los Cáceres. Lógicamente, eso redujo todos los ingresos a la familia, y eso quizás, fue la razón que lo llevó hasta la conspiración.

¿Era inevitable el cambio del sistema de recuas al sistema de trenes en el momento de desarrollo económico que vivía la Republica?

Si, y fue inevitable en toda América. No es un asunto particular de la República Dominicana. Yo tengo un recuento de lo que fue el proceso de construcción de ferrocarriles en toda América Latina, con todos sus números, con todas sus estadísticas y con todos sus costos. Lo adquirí en un archivo de la Bolsa de Valores y ese archivo te muestra todo lo que fue ese proceso, desde la Argentina hasta México, a quién se le tomó prestado, cuánto se tomó, cuántas líneas se formaron, cuantas edificaciones.

Y debo decirte que el periodo de 1865 a 1900 fue un periodo de bonanza para los fabricantes de ferrocarriles en Europa y en Estados Unidos, en relación con América Latina. Fue un boom extraordinario. Endeudaron hasta el cuello a todos los países, y esas deudas causaron la tragedia en la que nosotros vivimos hoy, en general, en Latinoamérica.

¿Qué valoración tiene usted de los gobiernos de Mon Cáceres?

Yo pienso que Mon Cáceres se acogió al dictado del pensador español Ortega y Gasset, el hombre es él y sus circunstancias. La circunstancia fue que Ramón Cáceres se encontró con que Estados Unidos tenía su plan irreversible. Si Ramón Cáceres no hubiese estado ahí hubiese pasado lo mismo. Esa es la valoración que yo tengo de él.

Estados Unidos había aprobado ya todo lo que se hizo en el Caribe y en Latinoamérica. Lo tenía aprobado desde 1898, cuando comenzaron con la ocupación de Cuba y Puerto Rico. Ya ese plan estaba hecho, el Congreso de Estados Unidos lo había aprobado y había aprobado que había que comprar los derechos del Canal de Panamá. Todavía Lilís estaba vivo cuando eso pasó.

Ya esa iniciativa estaba definitivamente en marcha cuando Cáceres llega al poder y él lo que quiso fue ajustarse a eso. Si se enfrentaba, como lo hizo el presidente Santos Zelaya en Nicaragua, le pasaba lo mismo que le pasó a Santos Zelaya. Aquí quiso enfrentarse Alejandrito Gil y le pasó lo mismo. Yo no digo que éste lo enfrentó, sino quiso enfrentarse. El comenzó a tomar unas iniciativas que los americanos se dieron cuenta que no era lo que ellos querían, y a Alejandrito Gil le cortaron la cabeza, es decir, al gobierno.

Si Cáceres se enfrenta a los dictados de esa aprobación, de esa iniciativa que ya tenían determinada los norteamericanos, no hubiese durado tres meses en el poder, también se lo llevaban de encuentro. Entonces, él lo que hizo fue ajustarse a lo que Estados Unidos quiso que se hiciera. Y lógicamente, como se complacieron amigablemente, él estaba ahí. Si no lo matan, a lo mejor hubiera cumplido su periodo completo y se reelegía también.

¿Qué formas adoptó la expansión norteamericana en el periodo de Mon Cáceres?

Ahí fue grande lo que pasó. Me alegra que me hagas esa pregunta porque hay un aspecto que está contenido en el libro pero que no se ha expuesto dentro de la historia dominicana, y a eso es lo que yo lo llamo el maquillaje de la historia dominicana. Se pone lo que conviene y lo que no conviene no se ha expuesto.

En ese periodo es que surge el proyecto de la Convención Domínico-Americana, que fue una que ley puso en las manos de los Estados Unidos el manejo de los impuestos de las aduanas dominicanas, 60 por ciento para ellos, 40 por ciento para nosotros.

Ese proyecto no fue casual ni fue un invento fácil. Ese proyecto tuvo, en el contexto militar, un embargo a la República Dominicana. Ese embargo es el que está contenido en este trabajo pero que no se menciona en los textos dominicanos, al menos yo no he encontrado uno que lo tenga.

La República Dominicana duró con un cerco de barcos norteamericanos desde 1903 hasta 1908, cuando se firmó la Convención. La Convención le garantizaba, a partir de ahí, que los barcos estuvieran legalmente en las aguas territoriales dominicanas porque había una ley que decía que ellos debían estar aquí protegiendo ese flujo marítimo.

Pero el embargo completo y total se arma desde 1903, cuando la revolución de Carlos Morales Languasco, que fue reafirmada entonces la Convención de 1907 por el gobierno de Mon Cáceres.

En el contexto militar nosotros estuvimos virtualmente cercados desde 1903 hasta casi 1911, cuando mataron a Cáceres. O sea, la Marina de Estados Unidos estuvo alrededor de nosotros controlando todo lo que entraba y salía, no solamente en los puertos, en alta mar también. Paraban los barcos y los registraban, qué es lo que tú llevas o que fue lo que sacaste. Eso pasó y eso es un embargo.

¿Qué propósito cumplió el bloqueo naval norteamericano?

Controlar, controlar. Recuerda que la Convención Dominico-Americana lo que establecía era que se controle el ingreso de las aduanas. Y de la única manera que se controlaba el ingreso de las aduanas era sabiendo lo que entraba y lo que salía. Entonces, cómo lo sabían? Revisando lo que entraba y lo que salía, y los barcos los detenían y los requisaban.

En realidad, esa actitud no fue solo aquí. Ocurrió en Venezuela, ocurrió en México. Esa era la usanza de ellos para imponer. Los puertos de Centroamérica en total, de Costa Rica, Honduras, Nicaragua, fueron ocupados en varias ocasiones. De manera que eso fue parte del proceso. Era común que Estados Unidos dijera Yo ordeno la ocupación de Veracruz, y la ordeno y eso es lo que va. No importa si se oponen, tírenles cañonazos.

Aquí hubo momentos en que se invadió y está contenido en un pasaje. En 1903 hubo un impasse entre el gobierno de Morales y los jimenistas por asuntos de cuotas de poder. No se pusieron de acuerdo, entonces los jimenistas decidieron hacerle un sitio a la ciudad de Santo Domingo. Duraron dos meses en ese pugilato.

Cuando hubo la carestía, que no se aguantaba ya, el gobierno pidió a los Estados Unidos que trajeran un baro al puerto del Ozama para abastecer la ciudad. Y resulta que los que tenían sitiada la ciudad le dispararon al barco, y en ese vaivén de disparos mataron a un operador del barco norteamericano, ordenaron una invasión, que de hecho se produjo en 1903.

Eso fue en Pajarito, de Villa Duarte. Entraron 300 soldados marines y le entraron a cañonazos a Villa Duarte y a todo lo que estaba por ahí y los hicieron retirarse. Hubo muchísimos muertos, hubo destrucción, pero el gobierno logró sacarlos de ahí. Incluso, a Nicolás Arias, que era el que estaba comandando el sitio de Pajarito, en la persecución lo agarraron en Guerra y lo fusilaron ese mismo día sin juicio.

¿Ramón Cáceres era un entreguista?

A mi modo de ver, si. Era un entreguista que utilizó muy bien la política para aparentar que no lo era. Era algo parecido a lo que era Balaguer. Se ha presentado como un demócrata y como un gobierno de progreso, pero todo sabemos que el mandato de ese periodo de los doce años era lo que decían los norteamericanos. Él seguía esos patrones y, por lo tanto, el apoyo del imperio le permitió que durara los doce años ahí.

Él era ese tipo de políticos, que estaba a tono con lo que los norteamericanos decían, pero se hacía pasar ante el pueblo dominicano como que era un gobierno legítimamente independiente y sin subordinación de nadie. Yo pienso que esa fue la razón. Yo pienso que él fue un entreguista que supo vender una imagen de que no lo era.

¿Cómo le fue a Mon Cáceres en el manejo de la economía?

Bien. Yo pienso que bien porque el hecho de que él firmara la Convención de 1907 le garantizó a él 20 millones para operar el gobierno. O sea, se firmó la Convención de 1907 que le daba a los Estados Unidos las aduanas; entonces, a cambio el Departamento de Hacienda de la República Dominicana recibió 20 millones de dólares, y esos 20 millones de dólares se le sumaron a la deuda externa del país.

¿Mon Cáceres logró la estabilidad política?

Eso depende a qué tú le llames estabilidad política. Hasta donde yo sé, hasta donde he visto en los textos que he estudiado de la historia dominicana, nosotros le llamamos estabilidad política al hecho de que no haya enfrentamiento entre una tendencia y otra. Pero si eso se debe a que en cada esquina, en cada puerta hay una macana esperándote, entonces ahí no hay una estabilidad política, ahí lo que hay es una represión política.

Yo pienso que la tranquilidad que se percibió en el gobierno de Cáceres fue el resultado de esa macana severa que impuso la Guardia Rural, que fue una creación de Estados Unidos, no de Mon Cáceres.

A eso se debió la tranquilidad que hubo, pero fue una tranquilidad tensa, una tranquilidad por temor.

Fíjate tú que en el tiempo de Mon Cáceres la mayoría de los opositores estuvieron exiliados. Incluso, a las elecciones que ganó Ramón Cáceres en 1908 él fue solo; no tuvo competencia. Porqué? Porque Juan Isidro Jimenes, que era el opositor de mayor preponderancia, estaba fuera del país exiliado, tenía miedo de venir. Pero también estaba fuera Eugenio Deschamps y estaba fuera Alejandro Woss y Gil. Eran los líderes, los presidenciales, y todos estaban fuera porque tenían temor de vivir aquí y no porque estaban paseando.

Entonces, tú me vas a decir a mi que había paz! No había paz, había represión, había macana. Y un presidente que gana unas elecciones yendo solo al encuentro, yo no sé si debe llamarse elecciones.

¿Por qué fue solo a las elecciones?

Por lo mismo que te dije. Los posibles candidatos tenían temor a “candidatearse”. La pena de muerte era dictada, no por un tribunal en ese tiempo. Ellos no estaban por casualidad fuera del país, ellos estaban era huyendo. Era el temor de la época.

Los que tenían posibilidad de ser candidatos, como lo era Jimenes, como lo era Eugenio Deschamps, sabían que si se quedaban iban a correr la misma suerte. Cuando llegó el momento de “candidatearse” dijeron Yo no voy para allá, en el proceso me pueden matar.

¿Por qué Ramón Cáceres, sin ser ministro de guerra, tenía tanto poder militar?

Él no era ministro de guerra pero era la espada militar más sobresaliente que había en el país. Era la persona a la que el ala militar del país seguía. Él era el que impartía las órdenes. Otra persona era el ministro de guerra, pero Mon Cáceres era Mon Cáceres, a él era que el ministro de guerra le seguía las instrucciones.

Eso tiene su explicación. Lo que ocurre es que dentro del movimiento posterior a la muerte de Lilís, en todos esos enfrentamientos su espada fue la más sobresaliente y que ganó más batallas para el horacismo. Eso lo hizo acreedor del prestigio de que él general es él, la espada es él, a él era que había que seguirle las instrucciones porque él era el estratega. Tú no le puedes quitar esa particularidad que él tenía. La espada de la época era Ramón Cáceres, sin lugar a dudas. No había otra.

Incluso, el embajador de Estados Unidos en ese momento lo dice, que es el militar de mayor influencia, de mayor control. Lo dice en un despacho. Por lo tanto, él era el vicepresidente, delegado en la región del Cibao. Pero si Mon Cáceres daba una orden en Barahona o La Romana, lo escuchaban porque él era la espada militar del partido, de la tendencia horacista.

Dicen que Mon Cáceres era un hombre muy valiente

Y no hay duda de que lo fue. Yo he leído que era un hombre jovial, que reía a carcajadas y se escuchaba de una esquina a otra. Hay características en lo personal que aparentemente era una persona como es típicamente el dominicano, campechano, que se paraba y conversaba con cualquier en la calle.

Pero dicen que si, que era un hombre jovial. Hablan de que era un hombre de un gran tamaño, bastante corpulento. Dicen también que era físicamente atractivo. Sobre todo que tenía la jovialidad característica del dominicano, que se reía mucho, que hacía chistes.

¿Mon Cáceres era de la estirpe de los galleros?

Yo no conozco que fuera gallero pero dicen que Horacio Vásquez sí lo era.

Mon Cáceres yo sé que era acogido a la vida del campo, le gustaba mucho. Él era agricultor, de hecho, en el momento en que participa en la conspiración. La conspiración cambia la vida totalmente de Mon Cáceres. Y al mes de ocurrir la muerte de Lilís ya lo invisten como general. Es una investidura que le toca por lo que pasó, no porque tenía conocimientos militares.

¿Cuáles fueron los logros de los gobiernos de Mon Cáceres?

Yo creo que Cáceres tuvo cosas positivas y cosas negativas. Lo que yo planteo en mi trabajo es el hecho de que la historia dominicana está retorcida, no por el hecho de Cáceres solamente. Hay que verlo desde todos los ángulos.

Pero en el caso de Cáceres, si los historiadores han sido benevolentes con su accionar, esto tiene que tener una razón seria, y eso debe ser digno de estudio. Eso debe estudiarse separado de esto porque ocurrió lo mismo con Trujillo y ocurrió lo mismo con Lilís y con Buenaventura Báez.

Los dictadores se acercan a los intelectuales, a la gente con más luces y los benefician, y ese beneficio hace que los comprometan, y ese compromiso hace que ellos escriban a favor.

Nosotros tenemos el caso reciente de Trujillo y de Balaguer. Balaguer es el Padre de la Democracia para muchos. Yo viví los Doce Años y no puedo decir que el fue el Padre de la Democracia porque yo viví todo lo que pasó.

Ahora, dentro de 300 años los que no vieron van a leer eso de que este hombre fue el Padre de la Democracia. Ellos no tienen elementos de juicio porque no la vieron. Ahí es que está el asunto, ellos van a tener el dilema que estamos teniendo hoy. No estuvimos allí, entonces tenemos que acudir a lo que dicen los otros. Pero fíjate que cuestionable que le hayan dado el titulo de Padre de la Democracia a una persona que nosotros sabemos no fue el Padre de la Democracia.

Estamos repitiendo las mismas cosas que pasaron hace 100 años, lo que significa que no hemos evolucionado, que estamos detenidos. Y yo te estoy hablando de 100 años y es probable que eso tenga ciento cincuenta años de existencia. Pero definitivamente lo que ocurrió con Mon Cáceres, eso de entregar los recursos nacionales a corporaciones extranjeras, y que esté pasando hoy en día, habla muy mal de nosotros porque no hemos evolucionado.

Fuente: http://www.acento.com.do
Acento.com.do ofrece este trabajo especial del periodista Vianco Martínez, en el centenario de la muerte del caudillo mocano.

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