El día que Balaguer murió

Cuando me acerqué
nunca pensé llegar
tan lejos con El

Cuando lo conocí
nunca pensé
que nos trataríamos así


Cuando lo traté
nunca pensé
llegar a quererlo tanto a él

Por eso el día que El murió
un océano de lágrimas
inundó mi corazón, 
mi alma se destrozó
y sobre mi vida 
una nube negra se posó

El día que Balaguer murió
el tren de mi vida se detuvo
y mi mundo se derrumbó
mis ojos se cegaron,
mis manos se frizaron
y mi voz enmudeció

El día que Balaguer murió
yo moría con El
porque con nadie más soñaría
como soñaba con El
con nadie más sonreiría 
como sonreía con El

El día que Balaguer murió
también moría yo 
mi luz se apagó
Y aquí estoy 
igual que El,
yaciendo en el recuerdo 
siete metros bajo tus piés.

Por: Tito Hernández.

1 comentarios

  1. Anonymous says:

    Vaya!!! al fin un dominicano sincero, uno que se sirvio con la cuchara ancha del balaguerismo, que se cobijo con el arbol frondoso de Balaguer y no hizo como los otros que salieron calladitos por la parte d atras.
    Alabo su sinceridad y su integridad Sr. Tito Hernandez.

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