Pero el PRSC no tiene que cerrarle el camino a nadie, y menos si la recomendación procede del gobierno o de reformistas que ocupan posiciones en el actual gobierno, porque es evidente que los reformistas que ocupan posiciones en el actual gobierno quieren seguir disfrutando de los beneficios del gobierno, mientras las bases reformistas se mueren de hambre, no tienen empleo, no tienen agua potable, no tienen adecuados servicios de salud, ni tienen esperanzas de mejoría bajo el actual estilo de gobierno.

Los reformistas de las bases quieren que su propio partido llegue al poder como en los tiempos de Balaguer, quieren que su partido sea el que abra los caminos del desarrollo y del bienestar nacional, y quieren que su partido lleve a un buen candidato propio, con ideas reformistas propias y con cabeza propia, no a un candidato cuyo compromiso sea con el actual gobierno, que en 11 años gobernando no ha tenido, ni tendrá, respuestas efectivas para los males que afectan y estancan al pueblo dominicano.

En lugar de cerrar caminos, el PRSC debe abrir las puertas de la esperanza, y la mejor forma de abrir las puertas de la esperanza nacional es presentando propuestas válidas, creíbles y objetivas, y el PRSC tiene en su seno a los mejores talentos nacionales para encarar nuestros graves males sociales.

Es una pena que un miembro del PRSC, que ocupa una posición en el actual gobierno, se dedique permanentemente a descalificar a los precandidatos reformistas y al mismo tiempo caiga en adulonerías grotescas hacia el actual Presidente de la República, con lo cual insulta a los reformistas de las bases que quieren que su propio partido llegue al poder, pero con candidatura propia, e insulta a todo un pueblo que sabe y reconoce que esas adulonerías no son gratuitas.

Los reformistas que desean seguir sirviendo al gobierno del PLD debían tener la elegancia de pedir una licencia de sus funciones directivas en el PRSC, y dejarnos a los verdaderos reformistas, y a los precandidatos, reconstruir este partido para convertirlo en un instrumento social al servicio del pueblo dominicano, pudiendo ellos estar seguros que el día que retornemos al poder los tomaremos en cuenta, sin vejarlos, ni humillarlos, pero deben dejarnos organizar a este partido que cuenta con la admiración y el respeto de una parte importante del pueblo dominicano.

Los reformistas ya estamos cansados de ver a miembros de nuestro partido descalificando públicamente a nuestros compatriotas y a nuestros precandidatos, y adulando odiosamente al Presidente de la República y presidente de otro partido, en un gesto de servilismo propio de un funcionario que desea conservar su importante puesto en la administración publica, a sabiendas de que no es miembro del partido de gobierno.

El peor error que puede cometer un profesional exitoso es convertirse en adulón y servil de un gobierno ajeno, y al mismo tiempo tratar de descalificar a miembros de su propio partido que se han ganado un espacio social sobre la base del conocimiento científico, el trabajo serio y el servicio social desinteresado, porque los pueblos siempre han rechazado las adulonerías que buscan ventajas.

El PRSC debe exorcizar el espíritu que alberga esas malas prácticas políticas.

Por: R. Osiris de León.