Gobierno de crápulas y canallas

New York.- Hoy, 6 de octubre, se me ha convertido en un día nostalgia, después de haber leído una serie de artículos de Elsa Peña Nadal, donde narra sus vivencias revolucionarias junto su ex esposo, Héctor Homero Hernández, asesinado vilmente el 22 de septiembre de 1971.

Estos artículos han sido publicados, como parte de los actos conmemorativos del 40 aniversario del asesinato de Homero, por parte de las trogloditas fuerzas que obedecían al nefasto Balaguer y al imperio.

Es particularmente emotivo e ilustrativo de estos artículos, el titulado "Mis recueros del mes de Septiembre. Su lectura, nos arrancan lagrimas.

En los comentarios de esos escritos, publicados por el diario digital, "Siembra Hielo de Baní" uno de los comentaristas llamado, Miguel Cabral Ortiz, expone:

"Este 40 aniversario tan merecido para uno de los hombres mas valientes y sencillos y decentes de esos muchachos que eliminó ese monstruo de Joaquín Balaguer, lo que hace es amargarme, porque recordar tanta juventud que se perdió para que vengan estos pendejos del PLD, y en nombre de un hombre serio como Juan Bosch echar a perder a nuestro país, porque lo que no se han robado, lo han entregado por batata al capital extranjero como la mina de la Barrick Gold y todas las costas y playas del país, y también al narcotráfico, a cambio de comisiones; ahora miren esa vagamundearía de la Junta Central Electoral, se quieren quedar en el gobierno con fraude, porque saben que el pueblo ya no les cree ni los soportan un día mas después de mayo. Lastima que ya no queden hombres y mujeres como esa señora Peña y ese muchacho Homero Hernández, tan inmensos y valientes".(fin del la cita)

Es cierto amigo Miguel Cabral Ortiz, irrita e indigna, saber que tanto jóvenes se perdieron para que un grupo de cabrones del PLD, como los que hoy gobiernan a la Republica Dominicana sean los beneficiados de tantas muertes y sacrificios.

Como no irritarse, ante tantos entreguistas y ladrones descarados.
Como no indignarse ante una carroña como Francisco Javier García, que con el mayor cinismo proclama, que de dónde saca Hipólito Mejia advertir sobre el uso de los recursos del Estado en su contra, o cuando por otro lado, el cínico de Cesar Pina Toribio, declara que Hipólito Mejia puede ahorrarse el trabajo para impedir el uso del dinero del Estado a favor de la candidatura de Danilo Media, ya que no habrá recursos públicos en la campaña. ¿ Habrá usted visto mayor desfachatez?

!Como no alterarse!, cuando Leonel deja saber, que gastará 40 mil millones de pesos, para agenciarse del voto de un pueblo hambriento, analfabeto, embrutecido y enajenado.

Como no sentirse asqueado, cuando un mequetrefe como Danilo, habla de acabar y atacar la corrupción, cuando lo hace acompañado de vulgares ladrones que aplauden su insulso discurso. ¿no es esto una burla a este pueblo?

¿Cómo no enojarse? cuando leemos en los diarios de hoy, que el gobierno actual ha arrendado por 20 años, 9,242.77 tareas de tierra a 7 dólares anuales a un consorcio minero, lo que viene siendo menos de dos centavos de dólares por día la tarea, o lo que es igual, a 75 centavos dominicanos por día, por ese espacio ( una tarea), en el cual se pueden producir miles de matas de lechuga por año, de las cuales, con solo 21 bastarían para cubrir la inversión de los 7 dólares anuales del arrendamiento aludido. Semejante arriendo con 300 mil tareas, ya hicieron de con el grupo Vicini, al cual también le han entregado el área de San Souci. Pero también, algo similar han hecho con el Hotel Montaña en Jarabacoa, y con decenas de predios mas, enajenando, sin ningún escrúpulo el Territorio Nacional.

¿No es esto un gobierno de crápulas y canallas?

A los que conforman este desgobierno, le viene al dedillo, parafrasear el potente verso de Manuel del Cabral, contenido en su libro, "Los relámpagos lentos".

"Ustedes peledeístas, que están de rodillas sin que el poderoso los obligue. Cuando estén moribundos, los buitres no vendrán por sus carnes, esperarán una manjar mas sabroso, algo mas podrido, que saldrá de ustedes mismos".

Entonces, antes un país endeudado, hambreado, embrutecido, acorralado, sumido en la delincuencia, en la corrupción, en la violencia, en el consumo y trafico de drogas, entregado, envilecido, traicionado…cabe decir, que quienes lo han conducido a este desastre, no son mas que crápulas y canallas.

!Por Dios! hagamos algo para salir de estas víboras, aunque para ello tengamos que votar por Pedro Cacata, hasta que aparezca un Chávez, un Evo, o un Correa.



Anexo" articulo referido de:
Elsa Peña Nadal Mis recuerdos del mes de septiembre.

Septiembre es el noveno mes en el calendario gregoriano y su nombre procede de la misma raíz latina, “séptimo”; toda vez que era el séptimo mes del calendario romano. El día 21 en el Hemisferio Norte, inicia el Otoño, que dará paso luego al Invierno; de ahí la frase alusiva a este mes: “el que no lleve ropa que tiemble”.

Sin embargo; las estaciones no llegan en la misma fecha a todos los países, y mientras en unos, comenzamos a airear los abrigos; en otros, abren las maletas para sacar la ropa de primavera y verano.

Y a medida que se acerca el invierno, se intensifica el turismo a nivel mundial, pues mientras unos viajan dejando detrás el frío; otros van tras él, aprovechando las ofertas de bajas tarifas para conocer destinos, ya de por sí caros, en otras épocas del año.

En 1752, el Imperio Británico, adoptó el calendario romano y pasó, del día 2 de septiembre, al 14, al día siguiente. En tanto, en Colombia, se celebra el Día del Amor y la Amistad, el tercer fin de semana de este mismo mes; contrario a tantos países que lo celebran en febrero.

A su vez, la Iglesia Católica, celebra a septiembre como el Mes de la Biblia, ya que un 26 de este mes, en el año 1569, en Basilea, Suiza, se terminan de imprimir 260 ejemplares de este libro; en idioma español, traducido por Casiodoro de Reina. Y en cuya portada, dicen los historiadores, exhibía el dibujo de un oso, lamiendo miel de un panal.

El 1ero. de septiembre del 1939, con la invasión de Alemania a Polonia, se precipita el inicio de la Segunda Guerra Mundial; y fue en septiembre, seis años después, en 1945, que concluyó esta fatídica y oscura época de nuestra historia contemporánea, que está cumpliendo su 70 aniversario.

Y hago un paréntesis para decir, que si bien hubo una primera y una segunda, estoy totalmente convencida de que ésta será, por siempre, la última guerra mundial; ya que la humanidad no permitirá, ¡nunca jamás!, que se repita un conflicto bélico de tal magnitud, que costó la vida a cerca de 62 millones de habitantes, entre soldados y civiles; de los cuales, doce millones eran judíos, cremados en campos de concentración nazis; y el resto, muerto por efecto de las balas y los bombardeos, los inclementes inviernos y terribles hambrunas.

Asimismo, cabe resaltar que en este mes de septiembre, Latinoamérica está de fiesta pues muchos de sus países se aprestan a celebrar el Mes de la Patria.

Un 15 de septiembre de 1821, México, Guatemala, Costa Rica, Honduras, El Salvador y Nicaragua, proclamaron su independencia de España, y se aprestan a recordar las hazañas libertarias y la solidaridad de hombres tales como: José de San Martín, José de Sucre, Agustín de Iturbide y al cura Hidalgo; entre otros. En tanto que los chilenos, los días 18 y 19, honrarán a Bernardo de O’Higgins.

Otras naciones que celebran en septiembre, el haberse liberado del yugo colonial de los imperios de entonces, son: Vietnam, Botswana, Armenia, Mali, Marta, Nueva Guinea, Bulgaria y Qatar.

Y me viene a la memoria que a mí llegada a Chile, en agosto del 1972, me decían los chilenos, con la simpatía que le es característica, que había yo llegado en la mejor época del año; por la proximidad, en septiembre, de sus fiestas patrias y por la primavera.

Lejos estaban de saber que no andaba de turista y que había llegado a aquellas frías tierras, con una bebé en brazos, por estar impedida de residir en la mía propia, de la cual fuera deportada seis meses antes, directamente de la cárcel hacia México; de donde procedía.

Tampoco podían imaginar los chilenos, y mucho menos yo, que un “septiembre negro” se avecinaba para ellos y que marcaría por siempre, la alegría propia de esas fiestas que celebran con vino y chicha; cantando y bailando Cuecas.

Septiembre es en Chile, después de la Navidad, el segundo mes en importancia en ventas; en este mes se desborda el patriotismo nacional; se resaltan la cultura y las tradiciones, y es época para visitar a amigos y parientes en todo el país, ya que hay vacaciones colectivas para padres e hijos.

Se trasladan masivamente por el interior del país y hacia los principales balnearios de la costa del Pacífico Sur, en Viña del Mar, Valparaíso y todo el Litoral Central. La mayor cantidad de personas sale de Santiago, la ciudad capital.

Se instalan grandes carpas y enramadas en las afueras de la ciudad de Santiago, donde se dice que la noticia de la Independencia llegó con dos días de retraso, y allí se baila la Cueca, hermosa danza típica nacional; se toma la Chicha, una especie de pisco, en vistosos cuernos de vaca; y se sirve una amplia variedad de platos de la comida tradicional chilena, tales como empanadas, pasteles de choclo, anticuchos y demás.

Toda una semana se toman los festejos de las fechas patrias, que comienzan el dieciocho: desfilan los Huasos a caballo con su vestimenta tradicional, y el 19 que también es feriado, se realizan desfiles militares y navales, celebrando sus victorias; principalmente las de la Independencia.

Para mí, septiembre traía ya, connotaciones muy felices y muy tristes también: Un 14 de septiembre, contraje matrimonio con Homero Hernández, quien había nacido también en septiembre. Y quiso él celebrar su cumpleaños con la boda, pero al caer en jueves, le sugerí rodarlo al sábado; y así lo hicimos.

Y cuatro años después, un 22 de septiembre, bien temprano en la mañana, con 28 años recién cumplidos, y ante mi atónita presencia, cayó Homero acribillado a balazos por la policía política balaguerista de aquellos aciagos “doce años”.

Y ahí estaba yo en Santiago, la capital chileña, viendo a un pueblo alegre e instruido, construyéndose un futuro de justicia social para todos. Fui acogida en mi destierro y llevaba buen curso mi vida, viendo crecer a mi hija, mientras terminaba el último año de la carrera de Sociología en la Universidad Autónoma de Chile.

Y para la Universidad me proponía salir temprano esa mañana del 11 de Septiembre de 1973, cuando una vecina entra a mi casa y me dice muy exaltada:--“ Pero no ha oído la radio?, ¡Están “botando” al gobierno!”--
Salvador Allende Gossens, presidente de la Unidad Popular y del país, fue derrocado y muere ese día; alcancé a oírlo despidiéndose del pueblo chileno, a través de Radio Balmaceda. Se dirigió a los estudiantes, a las mujeres, a los campesinos, a los trabajadores y a los profesionales; solicitándoles que no perdieran la fe en un mejor futuro para Chile.

En tanto, Pablo Neruda, su gran amigo, poeta y Premio Nóbel de Literatura, muy enfermo de cáncer, pero estable, cae en profunda depresión al conocer la noticia, y fallece doce días después, el 23 del mismo fatídico mes de septiembre.

Y el día 29 de ese mismo “septiembre negro” para Chile y el mundo libre; mi padre, enfermo del corazón, sufre otro ataque y se despide amoroso de toda mi familia, a la edad de 61 años, y se va con el Señor.

En Otoño, cuando los árboles se desembarazan de sus hojas amarillentas, es también la época de las cosechas en ambos hemisferios, Norte y Sur.

Hoy en Chile, nueva vez ondea en libertad la bandera tricolor con su blanca y solitaria estrella. Se hace justicia en los tribunales y se restaura la gloria del nombre de Salvador Allende y de sus valerosos compañeros.

Y yo, como cada año para esta fecha, me esfuerzo sobremanera por barrer las hojas secas que septiembre arrastra hacia mi memoria.

Y levanto mi copa y con el vino de sus uvas, brindo por Chile; y por la cosecha del maíz y de los girasoles y por la vida. Y también por todos los que amé y admiré y que hoy son polvo de estrellas titilando en el firmamento. (fin de la cita).

Y es bueno repetir"

"Ustedes peledeístas, que están de rodillas sin que el poderoso los obligue. Cuando estén moribundos los buitres no vendrán por sus carnes, esperarán una manjar mas sabroso, algo mas podrido, que saldrá de ustedes mismos".

Por: Miguel Espaillat
New York, 6 de octubre de 2011

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