Una militancia formada por decenas de millares de hombres y mujeres humildes de toda la geografía nacional, dispuestos a luchar por regresar al poder; y una cúpula de millonarios los mas, acomodados el resto, que prefieren mantenerse como la rémora al servicio del partido de gobierno, manteniendo el Partido Reformista Social Cristiano como una organización subalterna, para ellos mantener sus posiciones y garantizar beneficios individuales.
Es evidente el conflicto de intereses. Entre las aspiraciones de las mayorías y unos pocos. Pero hay una tercera posición de individuos que hace el papel de larvas mercuriales. Son aquellos pobres, que por nombramientos unos, o promesas otros, traicionan a su clase y se ponen al servicio de los pocos que traicionan a la mayoría.
Qué situación, tan indigna como descarnada. Y ese mismo pequeños grupo fue el que engañó a los principales líderes de los pueblos, quitándoles candidaturas, despojándolo de su dinero que inscribieron para candidatearse, dinero este que muchos de ellos habían tomado prestado, muchos inclusive, hipotecando propiedades, algunos hasta su propia casa.
Ahora hay que reconocerle valor a ese grupo, que estando traicionando las aspiraciones e ilusiones de millares de dirigentes, tienen el valor, la osadía, de presentarse ante ellos como que nada a pasado. E inclusive hablarles como si fueran sus amigos. ¡Dios mío, cuanta simulación y falsedad! Quizás peores son aquellos que los reciben. Ciertamente ¿Quién es peor?
Los pocos que son funcionarios, el CPP, están claro, lo de ellos es mantener sus posiciones con el PLD. Para eso es vital, mantener el partido como una oxidada y sucia bisagra.
El objetivo de las mayorías reformista debería ser simplemente decidirse a salir de ese grupo – el CPP- cuyos objetivos no son los del partido, sino que responden a metas individuales, prioritariamente expulsándolos, y disolviendo ese organismo. ¡A grandes males, grandes remedios!
Para eso hay que auto convocar la Comisión Ejecutiva –CE- para que tome las grandes decisiones que el partido requiere en el presente para poder seguir existiendo, de lo contrario seremos testigo de una desbandada generalizada.
y que de paso, que la Comisión Ejecutiva nombre una Comisión Electoral que se encargue de organizar la próxima asamblea para elegir al candidato presidencial, en las cuales tenga como miembros un representante de cada candidato, determine fecha de inicio y cierre de inscripción de candidatos, y establecimiento del reglamento electoral.
O rescatamos el partido de aquel grupito, o el pueblo lo pierde para siempre. Los partidos son sociedades intermedia, que representan las aspiraciones de grupos sociales, salvo cuando lo secuestra un grupito como al reformismo en el presente.
La suerte está echada, y al final tendremos lo que nos merecemos. Que será el resultado de nuestros actos. Y si la cobardía y la simulación, sustituyen en cada uno de nosotros, la dignidad, el valor y la responsabilidad… tendremos lo que nos merecemos, desaparecer.
Por: MILTON OLIVO Milton.olivo@gmail.com 9-7-11