Con la muerte del Dr. Joaquín Balaguer surgió en el Partido Reformista Socialcristiano el interés personal particular que su membresía tenía acumulado por décadas y que no había podido aflorar debido al control absoluto que ejercía su fundador y Líder, el cual no permitía absolutamente ninguna libertad en cuanto a ese control.
Ese derecho legítimo, más que bien, le ha hecho mal al partido por una sencilla razón: todos lo quieren para sí mismos, sin importar lo que le pase a la organización política.
Si analizamos el pasado reciente, veremos con total claridad que mi aseveración es 100% correcta.
Simplemente pensemos en los innumerables grupos que han surgido de reformistas que han querido brillar con luz propia y, fundamentados en alguna situación personal del momento (un puesto en el Gobierno, por ejemplo), han atraído a su alrededor grupos de reformistas con los que han organizado movimientos específicos para apoyar tal o cual candidato o para lograr hacer un ruido determinado en un momento determinado.
Es así como inicia el devenir del partido y su pobre participación en las últimas contiendas electorales, en las cuales, como partido propiamente dicho, no ha servido ni siquiera de bisagra, como se le ha llamado últimamente.
Simplemente recuerden la llamada Alianza Rosada, en la que el PRSC se unió al PRD y fue derrotado por el PLD y cuando fue a elecciones con un candidato propio y a penas alcanzó un 4%.
No obstante lo sucedido en manera general por el partido, las consecuencias de los intereses personales particulares de los diferentes dirigentes que han formado sus propios grupos, han dado excelentes frutos a otros.
Para nadie es un secreto que el voto dividido del PRSC ha llevado en tres oportunidades al Dr. Leonel Fernández a la Presidencia de la República ya que, la casi totalidad de los dirigentes a los que me refiero, se han identificado con él y, siempre por sus intereses particulares, le han apoyado. Tengo que se sincero e incluirme entre los que ha trabajo a favor del Dr. Fernández.
Las circunstancias del momento nos favorecen.
En esta oportunidad Leonel no es candidato y esto puede ser aprovechado por el PRSC, pero, para que sea verdaderamente efectivo, tenemos que pensar en: Más PRSC y menos intereses personales.
El Partido Reformista puede florecer en estas elecciones y surgir como el ave Fénix de entre las cenizas para convertirse, en un futuro no muy lejano, nuevamente en una opción de poder político con posibilidades de llegar a dirigir el país o, en su defecto, ser verdaderamente una fuerza unitaria que defina, en una segunda vuelta, quien será el Presidente de la República Dominicana en las próximas elecciones.
Lo primero que tenemos que hacer es trabajar todos por el fortalecimiento del partido.
Esto puede lograrse fácilmente si dejamos de luchar por el Yo y pensamos más en el Nosotros. Si nos ponemos de acuerdo y, en lugar de estar peleándonos por definir quien será el que nos represente en la contienda electoral que se avecina, elegimos un candidato de consenso, que cuente de manera especial con el respaldo absoluto del Ing. Carlos Morales y del Lic. Amable Aristy y que logre aglutinar a su alrededor, como la abeja reina, a todos los que han formado sus propios grupos y que hoy en día deambulan por ahí pensando en quien será que le dará mejores frutos en las elecciones que nos esperan el próximo año.
Reformistas, la suerte está echada, es tiempo de más PRSC y menos intereses personales.
Por Lic. César Fragoso.
(El autor es Lic. En Contabilidad y un antiguo miembro del Directorio Central Ejecutivo del PRSC).